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La poligamia es una negación radical del designio original de Dios “porque es contraria a la igual dignidad personal del hombre y de la mujer, que en el matrimonio se dan con un amor total y por lo mismo único y exclusivo”.(Juan Pablo II, Familiaris consortio, 13)
(Librería Editrice vaticana, Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, edición 2005, p. 122-124)
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En la familia se aprende a conocer el amor y la fidelidad del Señor, así como la necesidad de corresponderle (cf. Ex 12,25-27; 13,8-14; Dt 6,20-25); los hijos aprenden las primeras y más decisivas lecciones de la sabiduría práctica a las que van unidad las virtudes (cf. Pr 1,8-9¸4, 1-4; 6,20-21). Por todo ello, el Señor se hace garante del amor y de la fidelidad conyugales (cf. Mt 2.14-15).
Jesús nació y vivió en una familia concreta aceptando todas sus características propias y dio así una excelsa dignidad a la institución matrimonial, constituyéndola como sacramento de la nueva alianza (cf. Mt 19,3-9). En esta perspectiva, la pareja encuentra su plena dignidad y la familia su solidez.
Iluminada por la luz del mensaje bíblico, la Iglesia considera la familia como la primera sociedad natural, titular de derechos propios y originarios, y la sitúa en el centro de la vida social: relegar la familia “a un papel subalterno y secundario, excluyéndola del lugar que le compete en la sociedad, significa causar un grave daño al auténtico crecimiento de todo el cuerpo social”. (Juan Pablo II, Carta a las Familias Grattissimam sane,17). La familia, ciertamente, nacida de la íntima comunión de vida y de amor conyugal fundada sobre el matrimonio entre un hombre y una mujer, posee una específica y original dimensión social, en cuanto lugar primario de relaciones interpersonales, célula primera y vital de la sociedad (Vat. II, Decre. Apostolicam actuositaten 11): es una institución divina, fundamento de la vida de las personas y prototipo de toda organización social.
(Librería Editrice Vaticana, Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, capítulo quinto p. 119-120)
La educación no se va de vacaciones
Ahora que tenemos tan cerca el verano, todos,
porque todos estamos implicados en la labor educativa de un modo u otro, hemos
de ver éste como un tiempo importantísimo en la labor educativa. O dicho de
otra manera, la educación no tiene vacaciones.
Ahora que ha acabado el periodo escolar y estamos a punto de comenzar las vacaciones veraniegas, uno podría pensar que ya se ha acabado el tiempo de educar y ahora toca descansar. Pero justo es lo contrario, el verano es un tiempo importantísimo en la labor educativa. O dicho de otra manera, la educación no tiene vacaciones.
Educar, lo sabemos, va mucho más allá de aprender
determinados conocimientos. Es hacer que el ser humano llegue a desarrollar
todas sus potencialidades. Y la misión de educar a los niños y jóvenes es
fundamentalmente un ejercicio que corresponde a los padres. Por eso las
familias han de vivir el verano también como un tiempo de crecimiento y
maduración de sus hijos. Y justo lo contrario, pensar que el verano es un
tiempo en el que despreocuparse de todo, dejar hacer a los niños lo que
quieran, pues ya hemos tenido suficiente dureza en este curso, sería un
tremendo error.
¿Qué hacer entonces? Pues lo primero que debemos
tener en cuenta es que debemos ayudar a nuestros jóvenes a luchar contra la
principal tentación del verano, que es dejarse llevar por la pereza.Para ello
hemos de proponer actividades lo más dinámicas y creativas posibles. Porque
descansar no es no hacer nada, sino cambiar de actividad. El verano no es para
estar tumbado en el sofá todo el día y generar así un hábito negativo de pereza
y desidia, sino para disfrutar de muchas actividades que a lo largo del curso
no tenemos tiempo para realizar. Actividades que pueden ser tremendamente
enriquecedoras. Y generar así un hábito de bien.
Claro, que todo empieza por tener un cierto orden
de vida, un horario, propuestas concretas. Dirigir nosotros la actividad. Y muy
en concreto pasa por no estar tumbado en la cama hasta que el cuerpo aguante.
Es verdad que es verano y se debe descansar, pero una actitud proactiva en la
que se aprovecha el día desde la mañana es el mejor modo de vivir a tope el
verano. ¡Hay tanto qué hacer!
¿Por qué no visitar lugares históricos, conocer
rincones de nuestro país? ¿Por qué no disfrutar de la naturaleza, de una
ascensión a una montaña? ¿Por qué no aprender sobre fauna en los parajes más
cercanos a nuestro entorno? ¿Por qué no leer algún buen libro? ¿Por qué no
hacer un recorrido en bicicleta a lugares cercanos? Todo menos la opción fácil
del video juego, de estar tumbado en la cama, de matar el tiempo. Y más
aún, ¿por qué no cultivar la amistad, las relaciones con la familia? ¿Por
qué no ayudar y acompañar a otras personas que estén solas o enfermas? ¿Por qué
no pensar en los demás y vivir un verano de entrega y solidario? ¿Por qué no
emplear el verano para que también el alma tenga su tiempo para orar y
encontrarse con Dios?
No puedo evitar pensar en que el modelo ideal para
un joven en este verano es el de, precisamente, otra joven: María.
Recién recibida la noticia de que su prima, ya
mayor, estaba embarazada y por lo tanto necesitada de ayuda, María no lo pensó
dos veces. Nos dice el evangelio que subió aprisa a la montaña y se quedó tres
meses –todo un verano- con ella. Aprisa, rápido, venciendo la pereza, María
sube hasta Ain-Karim, el pueblo de su prima Isabel. Se olvidó de ella misma y
decidió darse totalmente a quien la necesitaba. Y lo hizo alegre, cantando,
entonando el Magnificat, contagiando la felicidad que llevaba dentro, en sus mismas
entrañas. Sin quejas de ningún tipo, dándose a los demás, viviendo unida al
Señor.
Un verano vivido así será un tiempo de crecimiento
y maduración. No desaprovechemos la ocasión de vivirlo así nosotros y
enseñárselo así a nuestros hijos.
Publicado por Omnes, 17 de junio 2021, autor
Javier Segura
De bodas,
bautizos y comuniones
Resulta paradójico que,
en una época como la nuestra, en la que valoración de la institución matrimonial (con o sin sacramento de por medio)
está en sus horas más bajas, las ceremonias nupciales se hayan convertido en
eventos de una magnitud y complejidad fuera de lo común. La boda es, de hecho,
para algunos, mucho más importante que el matrimonio en sí.
El despiporre comienza
en las denominadas despedidas de soltero, que podrían tener su sentido cuando
el novio o la novia abandonaban la casa de sus padres para iniciar la vida en
común; pero la mayoría de las parejas de hoy ya saben bien lo que es no dormir
en casa de papá y mamá.
Las despedidas podrían
tener su lógica cuando el matrimonio significaba renunciar a vivir
preocupándose solo de uno mismo para comenzar a vivir para el cónyuge y los
hijos; pero muchos matrimonios jóvenes siguen saliendo con los amigos de toda
la vida, están abiertos a nuevas aventuras amorosas porque no creen en el amor
para siempre y la responsabilidad común más alta que llegan a asumir es la de
adoptar juntos una mascota (o varias).
¿De verdad tiene
sentido seguir llamándolas despedidas de soltero cuando en realidad muchos
matrimonios actuales son solo dos solteros que viven juntos?
En cuanto a las bodas,
se han convertido en una carrera desenfrenada por el «yo más». El efecto que en
los pueblos llevaba a las familias a competir por ver quién agasajaba mejor a
los invitados, se ha visto multiplicado por el efecto de las redes sociales.
Las empresas
organizadoras de eventos y de restauración conocen esta debilidad humana, la
envidia, e inflan los precios hasta niveles desorbitados.
Muchas parejas se ven
obligadas a organizar un bodorrio muy alejado de sus gustos y posibilidades
para evitar comparaciones. Ya no es solo la boda, el vestido, el banquete…; es
la invitación más original, la iglesia más fotogénica, la preboda más divertida,
el coche mejor adornado, el menú más exclusivo, la mesa dulce mejor surtida, el
regalito más curioso para los invitados, el baile de recién casados más
inolvidable, el DJ más de moda… Cientos de detalles que hacen sufrir muchísimo
a las parejas y a sus familias.
¡Cuántos dejan de
casarse por la sencilla (y lógica) razón de que las bodas de hoy son una
locura!
Una boda con cientos de
invitados tenía un sentido social cuando lo que se celebraba era una unión
fecunda y para siempre, pues las dos familias quedaban unidas por lazos
fuertes.
En la boda, los
familiares y amigos arropaban a los novios y les ayudaban incluso
económicamente, pues aún eran jóvenes, a comenzar su nueva vida juntos de la
que nacería una prole que extendería los apellidos familiares.
Pero, ¿qué sentido
tiene que una pareja invite a su familia a una ceremonia para pagar entre todos
cuando la edad media para casarse en España ronda los 35 años, la duración
media del matrimonio está en 16 y el número medio de hijos es de uno? ¿Y cuando
un familiar se casa dos o tres veces? ¿Qué estamos celebrando? ¿A quién estamos
arropando? ¿Cuál de las tres fiestas es la buena y cuáles hay que olvidar?
El carácter social de
la boda se ha perdido y ha dado paso a una ceremonia donde ya no se celebra el
«nosotros», sino el culto al «yo» propio de la cultura narcisista en la que
vivimos.
Todos quieren ser,
aunque sea por un día, el niño en el bautizo, la novia en la boda ¡y hasta el
muerto en el entierro!; convertirse en el centro de atención, recibir el
aplauso, que les hagan un buen reportaje de fotos y viajar a un resort con
pulsera todo incluido.
El desmadre de las
autofiestas de esta generación comenzó con los cumpleaños, que dejaron de ser
una sencilla merienda con los primos; siguió por las ceremonias de graduación
¡hasta para recoger el título de infantil!; continuó por el viaje iniciático a Eurodisney
(lo de la comunión, no nos engañemos, es una mera excusa para muchos) y, así,
siguió una larga lista de celebraciones destinadas a sentirnos el centro del
mundo.
Que no digo yo que no
haya que celebrar por todo lo alto las cosas importantes, porque también es muy
fácil caer en el puritanismo más rancio y tacaño; sino de poner lógica en todo
y ayudar, especialmente, a que nadie se quede sin recibir un sacramento por
falta de dinero o ganas de meterse en líos (¡cuántos niños sin bautizar porque
los padres lo van dejando, dejando…!).
Es urgente hablar más
con los jóvenes para ayudarles a recuperar la cordura en las celebraciones,
para hacerles ver que quizá haya que levantar el pie del acelerador que les
impulsa hacia el precipicio de la nada y recuperar la sobriedad que da el vino
de las bodas de Caná.
Ese vino nuevo que no
emborracha ni nos aleja de nuestra realidad, sino todo lo contrario: nos hace
saborear el auténtico sentido de la fiesta y nos invita a ponernos nuestras
mejores galas para entrar al gran banquete, el de las bodas del cordero, en el
que, ahí sí que sí, todos seremos la novia en la boda.
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Estoy reivindicando la necesidad de establecer en España una política de ayuda familiar que permita a las parejas que son cada vez más igualitarias tomar decisiones deseadas en la que la racionalidad no se vea alterada por factores corregibles y el miedo al futuro tenga el antídoto conveniente
Cuando hablamos de la natalidad
insistimos mucho más en describir su retroceso que en explicarlo. Nos
expresamos con justificada preocupación por un proceso que nos está dejando sin
niños, pero no profundizamos lo suficiente en buscar las causas que nos han
alejado de la renovación de las generaciones y nos están conduciendo a un
auténtico invierno demográfico.
Con el fin de corregir esa penuria explicativa voy a exponer tres
teorías sobre la evolución de la fecundidad: el modelo de la elección racional,
el de la aversión al riesgo y el de la equidad entre los sexos.
La teoría de la elección racional se encuadra en el marco de la
maximización de las utilidades. Según sus postulados los individuos (y las
familias) muestran un comportamiento racional que les conduce a fijar como
objetivo la mejor utilidad posible, término que designa en economía lo que
resulta más favorable para la prosperidad del individuo (o de la familia).
Según el economista de la Escuela de Chicago Gary Becker, Premio Nóbel de
Economía, la decisión de tener un hijo o uno suplementario, se establece a
partir de la comparación entre las ventajas sicológicas, sociales y culturales
esperables y los costes económicos del nacimiento y la educación del futuro
vástago. Una disminución de la fecundidad en un país se puede explicar por el
aumento del «precio» relativo de un hijo o por la disminución significativa de
la renta familiar. En sentido contrario, una recuperación de la fecundidad
puede obedecer a una disminución de los costes de tener un niño por la
implantación de una de ayuda familiar o un incremento de los ingresos en una
etapa de bonanza. En términos económicos la formulación de la teoría es la
siguiente: la fecundidad varía según la percepción de las parejas sobre las
ventajas de tener un descendiente en relación a otros bienes. He aquí algunos ejemplos.
En Francia la fecundidad subió en los años 40 como consecuencia de la adopción
de una política de ayuda familiar. Y lo mismo ocurrió en los años 80 gracias a
las prestaciones a las familias numerosas. Sin embargo, la fecundidad ha bajado
algo cuando estas medidas han sido minoradas. Fuera de Europa y en el contexto
de los países árabes, Argelia e Irán han visto reducidas sus tasas cuando en
los años 70 se produjo la crisis del petróleo y la reducción de las aportaciones
públicas a la renta familiar.
La segunda teoría, la del temor al riesgo, añade una dimensión temporal
al modelo de elección racional. La decisión de tener o no un hijo depende de la
manera en la que los padres vislumbran el futuro. Si lo consideran incierto no
se deciden a tener un nuevo niño y la fecundidad baja. Eso es lo que ocurrió en
Japón con la ralentización económica de los años 90. Las parejas redujeron su
fecundidad y consagraron sus esfuerzos a mejorar sus perspectivas de renta o
empleo (actual o futuro). Si, por el contrario, las parejas ven el futuro con
cierto optimismo mantienen actitudes fecundas más generosas. Así pues, la
teoría del temor al riesgo añade al modelo costes-beneficios de Becker la
visión que sobre el porvenir tengan los padres potenciales.
Una tercera teoría es la de la equidad
entre los sexos. Según su postulado una mayor coherencia en la equidad entre
los sexos (educación, empleo, sistemas fiscales, prestaciones sociales y
familiares) favorece una fecundidad «menos baja». Por el contrario, las tasas
de natalidad serían especialmente reducidas con una equidad menor entre los
sexos y un modelo tradicional que considera al varón como sostenedor de las
familias.
Las tres teorías aportan elementos
útiles para explicar el descenso de la fecundidad en nuestras sociedades. Y
además son perfectamente combinables. Muchas parejas, cada vez más
igualitarias, se plantean con una gran racionalidad la descendencia que quieren
tener teniendo en cuenta las condiciones del presente y las incertidumbres del
futuro. Es preciso reconocer que es así y admitir, al mismo tiempo, que en las
sociedades que vivimos «la elección racional» supedita mucho el nacimiento de
un hijo u otro suplementario al bienestar ansiado por sus progenitores. En la
balanza de esa elección pesa más el plato del confort que el de las
satisfacciones inmateriales que producen los hijos. Evidentemente hay
excepciones: parejas que no pueden tener hijos porque no poseen las condiciones
económicas y laborales que permitirían su crianza y educación. A éstas sobre
todo es a las que hay que ayudar con las medidas que les permitan tomar una
decisión racional deseada y no preterida por factores materiales, a veces imperativos.
Una vez más estoy reivindicando la necesidad de establecer en España una
política de ayuda familiar que permita a las parejas que son cada vez más
igualitarias tomar decisiones deseadas en la que la racionalidad no se vea
alterada por factores corregibles y el miedo al futuro tenga el antídoto
conveniente.
Rafael Puyol es presidente de la Real
Sociedad Geográfica. publica El Debate, 05/05/2024
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6º Agenda 2030"La actual gran crisis de transformación del trabajo, en la nueva fase de la revolución tecnológica, hace pensar algunos que sobran trabajadores; y la necesaria reducción cuantitativa del consumo para asegurar “la sostenibilidad” del planeta hace afirmar a otros que sobran consumidores. De ahí la insistencia de la Agenda 2030 en controlar y disminuir la natalidad".
"El Qatargate ha puesto de
manifiesto la relación entre lobbies, mafias y poder económico
y político. La burocracia de la Unión Europea y de la ONU favorece esta
relación. La Agenda 2030 es terreno abonado para este tipo de
hechos con la coartada de la buena voluntad de muchos".
(publicado por ReligiónenLibertad, el 05.02.2024, nuevo
Presidente de la Conferencia Episcopal de España, Mons. Luis Argüello, envío n. 2)
Agenda
2030, crisis de la Iglesia, aborto...
22
claves en el pensamiento del obispo Luis Argüello
La mañana de
este martes 5 de marzo, el obispo Luis Argüello, titular de la archidiócesis de
Valladolid, era elegido como presidente de la Conferencia Episcopal Española
tras la votación de la asamblea plenaria. Muchos católicos en España se
preguntan cómo piensa el obispo Argüello, cuáles son sus convicciones y qué
pueden esperar tras el nombramiento. Recogemos algunas de sus declaraciones en
redes sociales y medios de comunicación que mejor lo resumen:
1º Matrimonio y uniones homosexuales "No se puede
denominar ni regular institucionalmente de la misma manera dos realidades que
son objetivamente distintas; el matrimonio entre hombre y mujer tiene la
capacidad de generar vida, de transmitir vida y el llamado matrimonio.
Matrimonio viene de 'mater', viene regulado ya desde el derecho romano y tiene
que ver con la transmisión de la vida. Y un matrimonio entre dos personas
del mismo sexo es ontológicamente imposible que transmita la vida. Luego no
se le puede denominar de la misma manera".
2º Lobby gay "Algunos dicen salir del armario y lo que pretenden es que
todos entremos en él. Y si quieres salir de esta burbuja tan correcta eres
considerado un hereje cultural".
3º Cambio de género "Una cosa es que se puedan reasignar determinados aspectos
de la sexualidad y otra, que se pueda cambiar enteramente una persona, donde cada
célula de su cuerpo y los cromosomas tienen una dimensión".
"Nuestros cuerpos, nuestras células, dicen quiénes somos desde el punto de
vista de la sexualidad y también desde el punto de vista de lo que la Iglesia
dice al poner en relación a la persona y a Jesucristo. La razón nos dice,
incluso desde los propios avances de la comprensión de los cromosomas, de las
células, del significado de la sexualidad, del cuerpo sexuado, lo que somos,
que se complementa con la fe desde la revelación bíblica. Desde aquí
podemos hacer una propuesta, aunque pueda parecer que va contracorriente o de
determinadas propuestas legislativas que elevan a la categoría legal el
sentimiento que cada uno puede tener".
4º Ley trans "La Ley Trans transforma el sentimiento en categoría
jurídica y entroniza la voluntad de poder sin ningún límite objetivo.
Ignora la realidad sexuada de todas las células del cuerpo y, sobre todo, desprecia a las personas que sufren al proponerles como salida el cambio del DNI".
(publicado por ReligiónenLibertad, el 05.02.2024, nuevo Presidente
de la Conferencia Episcopal de España, Mons. Luis Argüello, envío n. 1)
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SANTO ROSARIO – 12 de diciembre
- Por España
El próximo martes 12 de
diciembre, festividad de Ntra. Sra. de Guadalupe Reina de la Hispanidad, fieles
católicos de toda España se volverán a congregar para rezar públicamente el
Santo Rosario por España en 21 localidades. El Rosario por España también se
rezará en conventos y comunidades religiosas, y en varios lugares del
extranjero.
Gravísima crisis
espiritual
"Aprovechamos esta
festividad tan señalada para toda la Hispanidad, para hacer un renovado
llamamiento a unirse al rezo del Rosario por España con la Fe en que "en
el Rosario está cifrada la salvación de España" (San Antonio
María Claret), y de que "quien confía en María no se sentirá nunca
defraudado" (San Juan Bosco)", afirman los
organizadores.
Señalan así mismo que "ante la gravísima crisis espiritual que vive
nuestra patria, que viene arrastrada dese hace varias décadas y que tiene su
reflejo en el orden material, social y político, recordamos que nuestra
patria es no sólo digna de amor, sino de predilección, como dijo el Papa San
Pio X, y que el buen católico, precisamente en virtud de la doctrina
católica, es por lo mismo el mejor ciudadano, amante de su patria,
dijo Pio XI.
Cinco misterios por cinco
causas
Cada misterio del Rosario se
ofrecerá por una necesidad específica de nuestro país:
1º Misterio: Por la conversión de España, de sus gobernantes y jueces,
para que las leyes defiendan los Derechos de Dios en nuestra Patria, como mejor
garantía de los verdaderos derechos del hombre.
2º Misterio:- Por el fin del aborto y de toda la legislación que
atenta contra la Familia, y contra la Vida desde su concepción hasta el fin
natural de la misma.
3º Misterio:- Por la unidad y la paz de España, y por la conversión
de los que quieren romper esta “Tierra de María”; por la Juventud Española para
que, libre de prejuicios, descubra la grandeza histórica de nuestra Patria.
4º Misterio:- Para que el aumento de la Fe Católica en España traiga
consigo el fin de la crisis económica, y a nadie le falte el sustento y la
vivienda.
5º Misterio:- Por el Clero Español, en sus sacerdotes y obispos, y
por las almas consagradas para que, fieles a su vocación, sean testigos del
Evangelio y pilares de la Tradición Católica de nuestro Pueblo.
El prelado del Opus Dei ha recordado
recientemente que los laicos son "la razón de ser del Opus Dei".
Según informaciones de la prelatura, pertenecen a ella alrededor de 92.000.
Hablamos con uno de ellos sobre lo que significa en su vida ese camino.
Autor, Juan Portela, publicado en la web de OMNES, 14 de agosto de 2023
Pablo García-Manzano es un laico perteneciente
al Opus
Dei, casado desde hace 18 años y con 7 hijos. En esta entrevista con
Omnes, nos cuenta su vocación dentro de la Obra y cómo vive su fe en su
parroquia y vida cotidiana.
¿Qué significa para ti ser del Opus
Dei, y cómo influye en tu vida?
-Significa para mí saberme parte de una pequeña
familia dentro de la Iglesia. La llamada al Opus Dei me hace recordar, sin nada
raro, que soy un hijo pequeño de Dios y que puedo hacer algo grande con mi
vida, a pesar de todos mis fallos, y ayudar a los demás a que hagan lo mismo.
Especialmente en el trabajo me mueve a intentar hacerlo bien y ofrecerlo a
Dios. También influye en mi matrimonio y en mi familia, porque le da ese
sentido que decía antes. Me encanta la frase de san Josemaría cuando decía a
los casados que “tu camino al Cielo” se llama con el nombre de la mujer de cada
uno.
¿Qué relación tienes con el Prelado, y
con los sacerdotes de la Prelatura?
-La relación con el Prelado es muy normal, le
llamo Padre como hacemos en el Opus Dei, porque sé que cuento con su oración y
aliento para seguir este camino. También rezo por él. Me confieso asiduamente
con sacerdotes de la Prelatura y también me guían, me dan consejos, etc.
Insisto en que me resulta muy familiar y recuerdo que, cuando vi por primera
vez al Prelado (entonces era don Álvaro del Portillo), sentí una gran
tranquilidad, como si me conociera desde hacía mucho tiempo.
¿Cuál es tu relación con la parroquia
y con el obispo del lugar donde vives?
-Asisto a Misa en la parroquia o en otros lugares,
soy uno más. Mi mujer y yo conocemos al párroco, le invitamos a merendar cuando
sustituyó al anterior. El coadjutor celebró con otro sacerdote la Misa de
nuestra boda. E igual con el obispo: me siento y soy un fiel más de una
diócesis enorme (archidiócesis de Madrid), y cuando participamos en alguna
celebración en la que está, intentamos saludarle, decirle nuestros nombres y
los de nuestros hijos. Rezamos por él todos los días, como hacemos en la Obra.
¿De qué manera participas en la misión
evangelizadora de la Iglesia?
-Me parece que se desprende de todo lo anterior.
Por una parte, no supone nada especial ni añadido. Por otra, lo cambia todo
porque la manera de participar en esa misión evangelizadora consiste
sencillamente en intentar mostrar que Jesucristo ha resucitado, que a pesar de
mis fallos personales me quiere; y esto, en medio de mi familia, amigos,
trabajo y también por supuesto en medio de lo bueno y de las dificultades de
todos los días.
¿Podrías añadir algún dato adicional
sobre ti?
-Estoy casado con Mónica desde hace 18 años, y tenemos 7 hijos.
Soy Letrado del Consejo de Estado desde el 2002, aunque actualmente estoy en
excedencia y me dedico a la abogacía. Hace unos años hice una incursión en la
política-administración activa, en el Ministerio de Energía, y guardo un
buenísimo recuerdo de esa etapa. También trabajé 4 años en la escuela de
negocios IESE. Me encanta mi trabajo y mi familia, que considero que es mi gran afición.
También disfruto con la buena literatura española e inglesa y me encanta el
cine clásico, especialmente John Ford. Aunque muy fan de los tenistas españoles
increíbles de los últimos año, mi sueño sería jugar contra Roger Federer en
Wimbledon… y ganarle. Soy del Atlético de Madrid, a pesar de los pesares.
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Me lo han comentado ya en distintos
lugares, en diferentes ambientes, y personas de las más variadas condiciones
sociales, culturales, espirituales. Y en su grandísima mayoría, hombres y
mujeres que viven en ciudades.
Después, he leído que algunos estudiosos
afirman que el fenómeno ha tomado dimensiones que hacen pensar, sin llegar a
ser, de otro lado y todavía, motivo de particular alarma ni encerrar ningún
peligro para la salud pública.
¿De qué fenómeno se trata? Síntomas de
una tristeza profunda, las mañanas y las tardes de un Domingo
cualquiera, de un día de fiesta. Una tristeza no muy definida;
algo así como un malestar vital que afecta al hombre y a la mujer, en los
diferentes niveles del vivir: físico, psíquico, espiritual; y que nada tiene
que ver, en cualquier caso, con ningún tipo de enfermedad psíquica.
Los síntomas son muy variados. No se
trata de la tristeza provocada por la cercanía de la propia muerte o la de un
ser querido, o por el temor a padecer una enfermedad, a sufrir una desgracia o
a tener que soportar una injusticia; ni siquiera ese hondo pesar ante tantas
cosas anheladas y no conseguidas, al considerar tantos intentos de llegar y
verse obligado a abandonar la empresa a mitad de camino, sin esperanzas de
conseguir el triunfo anhelado.
Quizá todos hemos pasado por altibajos
semejantes, quien más quien menos, y nos ha dado una cierta pena
entristecernos de esa forma precisamente el día vinculado al recuerdo de la
Resurrección de Cristo. Si el Domingo siguiente nos encontramos de nuevo en
plena forma, y con capacidad de distraernos y de alegrarnos con familiares y
amigos, el altibajo habrá pasado sin pena ni gloria, como uno de tantos
detalles a los que no prestamos particular atención.
Ante situaciones semejantes más
duraderas, con síntomas que se repiten casi sin excepción una larga serie de
domingos, los psiquiatras no tienen ningún empacho en afirmar que son motivadas
por un cierto "vacío existencial". Para combatirlo, suelen insistir a
los afectados, para que traten de llenar de algún "contenido", al
menos la mayor parte de las horas de esos días. ¿Cómo? Entreteniéndose,
haciendo cosas que les gusten: cultivar una afición -desde coleccionar sellos
hasta contemplar el universo-; hacer un rato de deporte; sacar a pasear al
perro, buscar cualquier otro modo honesto de pasar el tiempo del Domingo, y en
esa gama variada y amplia de cosas que se pueden hacer para el provecho humano,
se incluyen lógicamente desde jugar al dominó hasta asistir al cine,
participar en una representación de teatro, sin excluir la lectura de algunas
de las obras de literatura, clásicas o menos clásicas.
Pienso que esta tristeza, ese malestar de
contornos tan imprecisos, tampoco se puede calificar como uno más entre los
distintos estados de humor, de incertidumbre, por los que de vez en cuando
pasamos los mortales, y que abarcan desde un estado "ansioso", más o
menos generalizado, hasta el aburrimiento más completo, porque ninguna cosa,
actividad, es capaz de despertar tanto nuestro interés, como para removernos de
nuestra inmovilidad, para sacarnos de nuestro egoísmo.
Algunos consideran que la tristeza dominical
no es más que una profunda reacción de hastío ante la repetición continua de
los mismos gestos y de idénticas labores a lo largo de la semana. Esos autores
piensan que el hombre está tan acostumbrado a marchar de alguna manera
programado durante el resto de la semana, que se desorienta al encontrar
delante de sí un tiempo que no sabe cómo llenarlo. Y es bien sabido que cuando
un hombre maduro se desorienta, se pone triste.
Yo tengo la impresión de que la tristeza dominical
no es nada de todo esto, y a la vez, lo es quizá todo de otra manera.
Me explico. Pienso que no es el producto
de la suma de los diversos síntomas, engarzados en el alma de la persona que
los sufre; es un estado nuevo del alma, fruto de todos ellos y que pone de
manifiesto la necesidad del hombre, de la mujer, de reaccionar contra la
soledad.
Quizá en muchos casos las relaciones de
trabajo y de convivencia social entre hombres y mujeres se han reducido
actualmente a dos tipos: la de la búsqueda de placer inmediato y útil, y la de
simples colaboradores en un trabajo. O sea, dos horizontes en los que solamente
se contemplan "acciones", cosas que un ser humano puede hacer
limitándose a utilizar a otro ser humano; sin parar nunca la atención en
"el otro", en "cada persona en cuanto tal"; y sin necesidad
de amarla.
Esa tristeza, entonces,
vendría a ser como una llamada de socorro del espíritu, para superar la soledad
y rencontrar la amistad y el amor, el sacrificio, con otros seres humanos, con
Dios.
Así se explica que algunos traten de
vencer esa tristeza con la lectura, buscando en los libros
una amistad menos comprometida que la vivida con personas de carne y hueso.
Otros se esfuerzan en superar la tristeza hablando con parientes y amigos,
visitando enfermos, ayudando a curar personas minusválidas, en esas
maravillosas obras de misericordia de cada día; y así se sienten vivos y necesarios
en la sociedad de los hombres.
Y queda la más honda tristeza del
Domingo; la que proviene de vislumbrar en el fondo del espíritu la
"añoranza de Dios", la “añoranza de Cristo”, que lleva al hombre a
saberse en soledad, cuando no está con Dios, cuando no adora a Dios, cuando no
reza a Cristo.
Quizá algún psiquiatra se haya hecho la pregunta que yo me hago ahora: ¿Y si la tristeza dominical tuviera también alguna relación con la menor solemnidad, con el menor relieve, con que hoy se celebra tantas veces, y por desgracia, la Eucaristía, ¿la Santa Misa?
Autor ERNESTO JULIÁ, publicado en Religión
Confidencial lunes 19 de junio
2023
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VIDA
DEL CRISTIANO
Hoy muchos no cuentan en sus vidas el conocimiento y la cercanía de Dios. No saben quién es Jesucristo, verdadero Dios, hombre verdadero, lo que lleva entre otras consigo: la carencia del esplendor de la fe, el valor del amor y la seguridad de la esperanza.
“El hombre es por naturaleza y por vocación un ser religioso. Viniendo de Dios y yendo hacia Dios, el hombre no vive una vida plenamente humana si no vive libremente su vínculo con Dios” (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 44)
“El amor a Cristo no es un simple
sentimiento. Detengámonos un momento en este punto. Desde luego, los
sentimientos pueden estar involucrados, pero también pueden estar ausentes. Este
amor es esencialmente un acto de la voluntad que implica conocimiento: es un
acto-conocimiento. Para amar a Cristo es preciso conocerle y, a su vez, el amor
hace más penetrante y vivo el conocimiento. No es el amor de un siervo que “no
sabe lo que hace su señor” (Evangelio de s. Juan 15, 15) y se limita a
cumplir lo que le manda sin preocuparse de conocer los motivos y, por tanto,
sin poner en juego plenamente su inteligencia y su voluntad. “A vosotros os he
llamado amigos, porque todo lo que oí de mi Padre os lo he dado a conocer” (Jn 15,15). El amor a
Cristo es un amor de amistad, el amor del amigo que conoce y hace propios los
pensamientos y deseos más íntimos […]. A su vez el amor lleva a profundizar en
el conocimiento. Cuando se ama a una persona se desean saber hasta los
más mínimos detalles de su existencia, de su carácter, para así identificarse
con ella. Por eso hemos de meditar la historia de Cristo, desde su nacimiento
en un pesebre, hasta su muerte y su resurrección. Con este mutuo
alimentarse del conocimiento y del amor se va estableciendo y radicando el reinado
de Cristo en el alma.
En este marco se entiende mejor que san Josemaría hable de etapas clarísimas en la vida cristiana: “Que busques a Cristo: Que encuentres a Cristo: Que ames a Cristo” (Es Cristo que pasa, n. 107). No se trata de etapas sucesivas, porque buscar a Cristo es ya haberle encontrado y comenzar a amarle” (Ernst Burkhart-Javier López, Vida cotidiana y santidad, vol. I. p. 379)
Derecho a una
educación cristiana.
“Todos los cristianos que, transformados en una nueva criatura por la
regeneración del agua y del Espíritu Santo [Bautismo], se llaman y son hijos de
Dios, tienen derecho a una educación cristiana. La cual no sólo busca la
madurez de la persona humana, como queda expuesto, sino que mira principalmente
que los bautizados, a medida que van siendo introducidos gradualmente en el
conocimiento del misterio de la salvación, vayan dándose cuenta cada vez más
del don de la fe que han recibido; que aprendan a adorar a Dios Padre en
espíritu y verdad”
Los responsables de la educación. “ Los padres, que han dado la vida a sus hijos, tienen la gravísima obligación de educar a la prole, y por eso se han de considerar sus primeros y principales educadores. Esta responsabilidad es de tanto peso, que, si falta, difícilmente puede suplirse. Tienen, pues, los padres, que crear un tal ambiente familiar -animado por el amor y la piedad hacia Dios y hacia los hombres- que favorezca la educación entera, personal y social de los hijos. La familia es, por consiguiente, la primera escuela de las virtudes sociales que necesita toda sociedad”. (Vaticano II, Declaración “Sobre la educación cristiana”, n. 2 y 3)
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Los obispos españoles han lamentado públicamente la decisión del Tribunal Constitucional, que ha designado nueva ponente para que redacte un borrador que avale íntegramente la ley del aborto de 2010, y creen que «terminará pidiendo perdón» porque es «un lamentable error».
«Le recordamos al TC que cuando se ha puesto en duda si ciertas vidas humanas tenían dignidad o no a lo largo de la historia siempre han terminado pidiendo perdón, mi consuelo es saber que ellos terminarán pidiendo perdón por esta barbaridad del derecho al aborto», ha subrayado el presidente de la subcomisión episcopal para la familia y la defensa de la vida de la Conferencia Episcopal Española (CEE) y obispo de Canarias, José Mazuelos, en un vídeo difundido por la CEE.
Además, los obispos de esta subcomisión de defensa de la vida han publicado una nota en la que critican que el TC vaya a avalar «una ley ideológica, anticientífica y que promueve la desigualdad».
«La historia nos enseña que cada vez que el ser humano se ha cuestionado la dignidad o el valor de ciertas vidas humanas, por distintos motivos, como por ejemplo la raza, el color de la piel o las creencias, se ha equivocado gravemente. Del mismo modo es un lamentable error cuestionar la dignidad de la vida humana en función de la edad», señalan los prelados en el comunicado.
A juicio de los obispos, la resolución del Constitucional «permitirá determinar, en nombre del materialismo más radical, la eliminación de los seres humanos en la primera etapa de su vida».
«Es triste que la legislación y la política instauren un darwinismo social al servicio del neocapitalismo más salvaje, en vez de buscar el bien común y la defensa de los más débiles», subrayan.
Además, advierten al TC de que la ley que quieren avalar es «acientífica» porque, según los obispos, «desde la aprobación del aborto en 1985, los conocimientos sobre el ADN, las ecografías 3D, 4D y 5D permiten afirmar aún con más contundencia que negar que existe una nueva vida en el seno de una mujer embarazada desde la concepción es irracional».
Asimismo, avisan al Constitucional de que es una ley «que promueve la desigualdad, ya que permite que los Síndrome de Down sean abortados hasta los cinco meses y medio».
Por ello, los obispos piden «justicia» al tiempo que aseguran que también estarán al lado de las mujeres que tienen problemas para seguir adelante con su embarazo.
Ayudar a la mujer
Igualmente, se dirigen «a aquellas mujeres que han abortado voluntariamente, con el deseo de recordarles que, en el rostro misericordioso de Jesús, encontrarán consuelo y esperanza».
También piden a las distintas administraciones que, «en lugar de proclamar el derecho al aborto, promuevan iniciativas que ayuden a la mujer a vivir su maternidad, evitando ser abocada al aborto».
Publicado por el periódico El Debate, el 13 de febrero 2023
El Nuncio Mons. Bernardito C. Auza, representante del Papa en
España, ha pronunciado un discurso durante el inicio de la 120º Asamblea
Plenaria de los obispos, en el que ha hecho referencia a tres importantes
asuntos de actualidad en la Iglesia española: la familia (haciendo hincapié en
el elevado número de suicidios de jóvenes); protección de menores y prevención,
poniendo a disposición el Tribunal de la Rota en España y la confianza en los
resultados de la Visita apostólica a los Seminarios españoles. “Persona,
Familia, Sociedad”.
En este sentido, al Nuncio le preocupa el grave problema del
suicidio, el cual sigue siendo la principal causa de muerte no natural en
España, sobre todo entre los jóvenes.
“Las estadísticas señalan en España 10 muertos por suicidio y 200
intentos de suicidio cada día, siendo así la principal causa de muerte en la
juventud española”, ha lamentado, recordando que no es solo una tragedia de la
sociedad, “es de toda la Iglesia, es de toda la humanidad”.
Invierno demográfico
También ha hecho referencia a la caída en picada de la natalidad en
España. Según los datos provisionales facilitados por el Instituto Nacional de
Estadística (INE), en el primer semestre de este año 2022, nacieron 158.816
bebés y fallecieron 234.225 personas, con un saldo vegetativo negativo de más
de 75.000 en solo seis meses:
“Urge, ahora más que nunca, ayudar a la familia, en el contexto de
un “invierno demográfico”, que ya es una realidad en España. Los datos respecto
a los dos años de la pandemia son aún más alarmantes. Por otra parte, pese al
saldo vegetativo negativo que se verifica en España desde hace un lustro, se
constata que son los inmigrantes los que llevan a España a un ligero incremento
demográfico”, ha manifestado, añadiendo que “la Iglesia no solo no puede
sustraerse de esta realidad, sino que tiene que liderar iniciativas y
programas”.
Por último, no se ha olvidado de otros relevantes y decisivos en
relación con la familia, como la educación y la cultura, “especialmente en un
contexto hostil al humanismo cristiano”.
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jueves, 22 de septiembre 2022
La destrucción de la familia interesa a muchos poderosos, que aparentan
ser salvadores de la humanidad y ocupar el lugar de Dios
¿Saben ustedes por qué la destrucción de la familia termina siendo la destrucción de la sociedad? Este un proceso en el que estamos inmersos desde hace décadas y que trae consecuencias más graves de las que muchos piensan. No hay que ser ilusos, ni buenistas. Se lo cuento brevemente, siguiendo y explicando lo dicho por el sociólogo estadounidense Carle C. Zimmerman.
La
Historia enseña que toda civilización fuerte y sana tiene en la base toda una
estructura de familias que se hacen depositarias de una fe y de unos valores
que reciben de sus mayores y que pasan a sus niños y jóvenes. Estas son las que
podríamos llamar familias depositarias, para las cuales lo más importante es la
transmisión de la fe.
Sucede
que con el progreso material las sociedades se van acomodando y los progresos
morales y espirituales que vienen de la fe y valores, transmitidos hasta
entonces por las familias depositarias van relajándose. Se pasa entonces a lo
que podemos llamar familias tradicionales, estas son aquellas que valoran la fe
y los valores como parte de una tradición que va estando más muerta que viva.
Las familias no tienen ya la fe como lo más importante que han recibido y
transmitido sino como algo bonito y bueno que está ahí. Se quedan solo en
transmitir tradiciones, pero ya no la fe que las sustenta. ¿Les suena el vacío
de contenido que hay hoy en las celebraciones de Navidad o Semana Santa? ¿Y
aquellos que van a la Iglesia solamente a ponerse la ceniza, a tomar el ramo o
a ver salir la procesión, simplemente porque es tradición?
La
cosa no termina aquí. Al acomodarse mas aún las familias pasan de ser
tradicionales a ser atomistas. En esta tercera etapa, al haber recibido meras
tradiciones muertas y vacías, carentes de sentido, en sus miembros surge la
necesidad de dejar atrás esas enseñanzas y de crear un nuevo sistema de valores
y una nueva fe en la que cada individuo es el propio «dios de su existencia».
Lógicamente las consecuencias de esto son que la libertad y el derecho
individual de cada uno prima sobre las obligaciones y los deberes con la propia
familia para mantenerla unida, sana y fuerte. Ya no se transmite nada,
simplemente cada uno vive como quiere para tener bienestar individual. Son como
átomos. Desaparece lo que llaman «familia tradicional» y se abre el camino a
decir que a cualquier modelo de convivencia humana hay que llamarlo familia,
siendo un fascista el que no piensa así. La tradición ya no importa, la fe
mucho menos, y las personas se hacen egoístas, más escépticas, van estando cada
vez más dañadas y se van quedando cada vez más solas, porque la familia ya no
es lugar seguro al que volver y encontrar amparo, afecto y seguridad.
Entonces
la familia no es ya la base fuerte de la sociedad, que sostiene las grandes
civilizaciones y progresos. Aquí aparecerá el Estado presentándose como el
garante de la libertad individual, tratando de ser el sustituto de las familias
para proteger a las personas. Los individuos solos y llenos de traumas son
fácilmente manejables por los ideólogos de los estados y aceptan más fácilmente
sus consignas, aunque estas sean destructoras de la vida y la convivencia. Por
eso, la destrucción de la familia interesa a muchos poderosos, que aparentan
ser salvadores de la humanidad y ocupar el lugar de Dios.
Así,
la destrucción de la familia va minando poco a poco a la sociedad, y la
consecuencia última que puede esperarse es la caída de la civilización y el
reemplazo por otras sociedades que sí sean depositarias de una fe y valores.
Quizás ya no una fe y unos valores que respeten la integridad de la persona
humana y la pongan a esta en el centro de todo.
San
Juan Pablo II no se cansaba de repetir la llamada a Europa a ser ella misma y
volver a sus raíces para salvar la civilización. Vivimos tiempos en los que,
como hizo san Benito, nos toca cuidar el depósito de la fe, vivirlo y
compartirlo con quien quiera escuchar, aunque a nuestro alrededor vayan
creciendo la barbarie moral y la anarquía espiritual. Hagamos que nuestras
familias y nuestras parroquias no sean tradicionales sino depositarias de la
fe. La historia nos enseña también que Dios vence siempre, y una y otra vez
permite que un pequeño resto de personas conserve y vaya adelante con el tesoro
recibido de su parte. A contracorriente y sin miedo.
Periódico EL DEBATE 22/09/2022 Patxi Bronchalo
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Queridos esposos y
esposas de todo el mundo:
Con ocasión del Año “Familia Amoris
laetitia”, me acerco a ustedes para expresarles todo mi afecto y cercanía
en este tiempo tan especial que estamos viviendo. Siempre he tenido presente a
las familias en mis oraciones, pero más aún durante la pandemia, que ha probado
duramente a todos, especialmente a los más vulnerables. El momento que estamos
pasando me lleva a acercarme con humildad, cariño y acogida a cada persona, a
cada matrimonio y a cada familia en las situaciones que estén experimentando.
Queridos esposos, sepan que sus hijos -y
especialmente los jóvenes- los observan con atención y buscan en ustedes el
testimonio de un amor fuerte y confiable. “¡Qué importante es que los jóvenes
vean con sus propios ojos el amor de Cristo vivo y presente en el amor de los
matrimonios, que testimonian con su vida concreta que el amor para siempre es
posible”!. Los
hijos son un regalo, siempre,
cambian la historia de cada familia. Están sedientos de amor, de
reconocimiento, de estima y de confianza. La paternidad y la maternidad los
llaman a ser generativos para dar a sus hijos el gozo de descubrirse hijos de
Dios, hijos de un Padre que ya desde el primer instante los ha amado
tiernamente y los lleva de la mano cada día. Este descubrimiento puede dar a
sus hijos la fe y la capacidad de confiar en Dios.
Ciertamente, educar a los hijos no es
nada fácil. Pero no olvidemos que ellos también nos educan. El primer ámbito de
la educación sigue siendo la familia, en los pequeños gestos que son más
elocuentes que las palabras. Educar es ante todo acompañar los procesos de
crecimiento, es estar presentes de muchas maneras, de tal modo que los hijos
puedan contar con sus padres en todo momento. El educador es una persona que “genera”
en sentido espiritual y, sobre todo, que “se juega” poniéndose en relación. Como
padre y madre es importante relacionarse con sus hijos a partir de una
autoridad ganada día tras día. Ellos necesitan una seguridad que los ayude a experimentar
la confianza de ustedes, en la belleza de sus vidas, en la certeza de no estar
nunca solos, pase lo que pase”
(selección de texto. Toda la
Carta se puede ver en la web de Vaticano: Cartas del Papa Francisco)
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Hoy
que poco se habla de la familia, de la amistad –también otras- , ni se comenta,
tampoco se escribe en la prensa; ausente en las tertulias, en las conferencias,
escuelas de verano y seminarios de universidades e instituciones; temas tan importantes, que forman parte de
nuestro modo de vivir: la familia, la amistad y lo que éstas llevan consigo. De
lo que no se habla ni se escribe,
también de lo que por ideología y conveniencia se silencia y margina, se
olvida, como si no existiesen. Falta de
formación de los medios, cobardía, egoísmo, sí en cambio, mucho de:
voluntarismo, sentimentalismo, feminismo, y todos los “ismos” que evidentemente
no ayudan, tampoco forman y empobrece la sociedad. Con el tiempo, para muchos, sobre
todo, nuevas generaciones, quedan suplantadas por temas de menor rango y en
algunos casos, las consideran como vivencias del pasado: Edad Media o
cualquiera sabe. Algunos se empeñan en que seamos robot y no utilicemos la
cabeza y el corazón.
Buen ejemplo de EE.UU. no olvida y mira al futuro, poniendo gran empeño, con amor y sentido, de que las nuevas generaciones, conozcan y actualicen el atentando que sufrió el pueblo americano hace veinte años. Se les recuerda y figura en los planes de enseñanza, una sociedad motivada, que les une, también con el pasado y en el amor a la Patria.
“La familia es la “célula original de la vida social”. Es la sociedad natural en que el hombre y la mujer son llamados al don de sí en el amor y en el don de la vida. La autoridad, la estabilidad y la vida de relación en el seno de la familia constituyen los fundamentos de la libertad, de la seguridad, de la fraternidad en el seno de la sociedad. La familia es la comunidad en la que, desde la infancia, se pueden aprender los valores morales, se comienza a honrar a Dios y a usar bien de la libertad. La vida familiar es iniciación a la vida en sociedad” (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 2207, 2ª edición)
“No todo amor tiene razón de amistad, sino el amor que entraña benevolencia, es decir, cuando de tal manera amamos a alguien que queremos para él el bien […] Es preciso también que el amor sea mutuo, pues el amigo es amigo para el amigo. Esta correspondida benevolencia se funda en alguna comunicación” (Santo Tomás, Suma Teológica, 22, q.23, a.1)
Sófocles: “El que es bueno en la familia es también buen ciudadano”
Benjamín
Franklin: “La paz y la armonía constituyen la mayor riqueza de la familia”
Evangelio de san Juan 15,14: “Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que os mando”
San Lucas, Evangelio 7,34: Jesucristo “amigo de publicanos y pecadores”
Aristóteles: “La amistad es un alma que habita en dos cuerpos, un corazón que habita en dos almas”
Richard Bach: “Nuestra amistad no depende de cosas como el espacio y el tiempo”
Cicerón: “Vivir sin amigos no es vivir”
San Josemaría de Escrivá: “La amistad verdadera supone también un esfuerzo cordial por comprender las convicciones de nuestros amigos, aunque no lleguemos a compartirlas, ni aceptarlas”
Tanto en la familia como en la amistad, se sufre y se dan esporádicamente sinsabores –dónde no-, sea un creyente, agnóstico, ateo. Sin embargo, cuando se vive con fe y amistad con Jesucristo (no es algo sino alguien, persona), cambia el panorama y las dificultades o pequeños desencuentros se superar por elevación. Una frase que oí: Aprender a comprender, aprender a amar.
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viernes, 25 de diciembre de 2020
MENOS LIBERTAD, MENOS IGUALDAD
"Los problemas de la educación pública no se arreglan poniendo trabas a la
concertada. Desde luego esta debe colaborar en la integración de alumnos con
problemas, y si existen abusos en el cobro de cuotas, procederá adoptar las
medidas necesarias para cortarlos.Pero atacar a los centros concertados no solo
no ayudará en nada a la mejora del sistema educativo sino que se traducirá en
una menor libertad y en una menor igualdad.
Desde algunos sectores se pretende además deslegitimar la Transición y, con
ello, las bases del pacto que dio lugar a la Constitución de 1978; un pacto que
no estableció régimen alguno -como con tono peyorativo pretenden hacernos
creer-, sino que fue obra generosa y plural de toda generación de españoles
dispuestos a cerrar heridas y superar diferencias ideológicas. Los ataques a la
Monarquía o el proyecto de ley de memoria democrática -que alarga la revisión
hasta el momento mismo de aprobarse la Constitución- son buen ejemplo de ello.
Y creo que no es exagerado afirmar que en esa dirección de cuestionamiento del
pacto constituyente apunta el proyecto de ley de reforma de la educación.
El hecho de que sea el precepto más largo de cuantos regulan los derechos
fundamentales es ya significativo de su importancia y de la pluralidad de sus
contenidos. En él, se conjuntan de forma armoniosa los elementos claves del
modelo: el derecho a la educación básica universal y gratuita (apartado 1 y 4),
que debe convivir con la libertad de enseñanza (garantizada también en el
apartado 1), una libertad que se concreta en la capacidad de los padres de elegir
la formación religiosa y moral de sus hijos (apartado 3) y en la libertad de
creación de centros docentes (apartado 6).
Pero atacar a los centros concertados no solo no ayudará en nada a la mejora del
sistema educativo sino que se traducirá en una menor libertad y en una menor
igualdad".
(selección de la Tercera de ABC, del 23 de diciembre 2020, por Ángel J. Gómez Montoro,
catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Navarra).
jueves, 10 de septiembre de 2020
EUTANASIA – CORONAVIRUS – ABORTO -
IDEOLOGÍA DE GÉNERO
Desde hace algún tiempo, en España, los políticos, sobre todo las de tendencias
de izquierda, van politizando prácticamente todos los estamentos de la sociedad,
y se echa de menos, personas cultas, formadas, con peso cualificado, junto a
universidades, academias, medios de comunicación, etc. que aportasen buenas y
rigurosas informaciones, también, valentía para enfrentarse ante las mentiras
y faltas de criterio.
Entre otros temas, algunos vuelven a proponer “La eutanasia” como algo apremiante
a tratar y si fuera posible aprobar. Por otro lado, choca frontalmente con el “coronavirus”
y si fuera poco, la presente pandemia con el “aborto”. Es evidente cómo se percibe una
falta de educación, también de formación, de profesionalidad, pues los temas antes
aludidos, son propiamente humanos, racionales y que de estar bien enfocados, mejorarían sin duda la vida humana y por tanto, la propia sociedad.
Para complementar lo expuesto, hago referencia a una reciente entrevista a
Mons. José Manuel Mazuelos, obispo y que conoce de sobra la materia:
“La eutanasia es la próxima ley inminente: Creo que la ley de la eutanasia entra en contradicción con el coronavirus. La pandemia nos ha dicho que somos responsables
unos de otros. El coronavirus nos ha dicho que el hombre tiene una dimensión social,
que el individualismo no vale y la eutanasia está cimentada en el individualismo que
nos ha metido el mundo anglosalón. En mi opinión, el culmen del individualismo es
la eutanasia, porque mi vida es mía y solo mía. Y no interesa el debate. Creo que la eutanasia, el aborto y la ideología de género son intereses del neocapitalismo salvaje
porque da dinero”.
Y otra perla, en la materia que nos ocupa, de la Dra. Nieves González Rico, directora y académica del proyecto “Aprendamos a amar” y directora de la Fundación Desarrollo
y Persona:
“La vida es un regalo y encierra una llamada. Cuando un padre o una madre, antes de acostarse, contemplan a su hijo dormir desean que sea amado, querido bien. Desean
que su vida se cumpla, que se feliz. Se preguntan: ¿Qué será de él? ¿Sabré educarlo?
¿Será querido? Y el padre y la madre reconocen, en ese instante, que no pueden abarcar
el misterio de su hijo, la grandeza de la vida que anhelan para él, las relaciones hermosas que les gustaría poder regalarle, no lo pueden abarcar porque les excede”
Lo anterior, extraído del libro Redescubrir la Familia: Diagnóstico y propuestas, publicado por Ediciones Palabra, p.109
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domingo, 24 de mayo de 2020
“Paradójicamente, el primer servicio que corresponde al canonista respecto al matrimonio es despojarle de su ropaje de legalidad. Siempre a vueltas con la “visión vulgarizada” de la realidad, resulta patente que muchos consideran que el matrimonio consiste en una serie de formalidades añadidas a algo tan personal y privado como es el amor entre un hombre y una mujer. La elección de formalidades civiles o eclesiásticas supondría la elección de matrimonios diversos; habría, pues, tantos matrimonios como sistemas matrimoniales, pues serían estos los que constituirían la realidad matrimonial.
La verdad, sin embargo, es muy otra. El matrimonio es una realidad fundamentalmente antropológica, que tiene como protagonistas insustituibles al varón y a la mujer en su capacidad de donarse y aceptarse recíprocamente. Esta capacidad, por ser propia del hombre y de la mujer, precede a cualquier determinación ulterior sobre el modo de contraer matrimonio. Esto es lo que quiere decirse cuando se afirma que el matrimonio es una realidad natural. Por ello, no hay tanto matrimonios como sistemas matrimoniales tengo a disposición para contraerlo. Solo hay un matrimonio, el matrimonio, que puede realizarse a través de sistemas diversos. Dichos sistemas, por tanto, deben visibilizar y proteger lo que el matrimonio es y no adulterarlo u oscurecerlo. En este sentido, los diversos sistemas matrimoniales deben juzgarse a la luz de la realidad misma del matrimonio y de allí valorarlos.
Cuanto se ha afirmado vale también para los bautizados. Para ellos es la misma realidad del matrimonio la que ha sido elevada a la dignidad de sacramento. No es otro matrimonio, sino el mismo elevado. Y lo que produce dicha elevación no es la celebración de un determinado rito, sino la condición bautismal de los contrayentes. Por eso, no puede haber un matrimonio entre bautizados que no sea sacramento….
Entendido el matrimonio desde su radicalidad antropológica, se comprende también su esencial dimensión jurídica. El matrimonio no se constituye en objeto de interés para el canonista en primer lugar porque existen leyes que lo regulen, sino porque su misma realidad es jurídica”.
El pasado 29 de febrero, la FUNDACIÓN DESARROLLO Y ASISTENCIA, celebraba el XX Aniversario de su fundación, actos que fueron presentados con todo su esplendor en TAJAMAR, conocido centro docente que lleva a cabo el Opus Dei en Vallecas, desde 1957.
En esta oportunidad, también se dio a conocer la nueva marca que se implanta con la siguiente denominación: nadiesolo
A mis compañeros Voluntarios de DA (nadiesolo), compartiendo un encerramiento voluntario y nos enseña a valorar lo que vale la libertad, entre otras, también el compañerismo y la esperanza.
Me están llegando correos, wahasapp, de familias y amigos, donde comparten idénticas limitaciones. A su vez suscriben, que estos días están como más cerca de Dios y mejorando en gran modo, las relaciones familiares. También comentan cómo se están organizando para llevar mejor este obligado encerramiento: cómo se han distribuido las faenas de la casa: limpieza, comidas, etc., planes de lecturas de libros que estaban pendientes de acometer,
partidas de parchís y cartas;otras, el rezo diario del Rosario en familia, como así también, el seguirla santa Misa de las 11 de la mañana por la tv 13.
Algunas de éstas las comparto con cuatro de mis hermanos con los que vivo. Por cierto, sobre la última de las diarias que antes cito, acabo de ver en una web otra sugerencia: cuando asistas a la Misa o algún otro acto religiosos por la tele, no te presentes en pijama, sin peinar,en chanclas, etc. es una falta de sensibilidad; de delicadeza con Dios y con los tuyos.
Actualmente, se viene realizando la prestación de esta organización en los siguientes hospitales:
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