miércoles, 27 de septiembre de 2023

NUESTRA VIDA PRECISA LA ASISTENCIA Y
LA PRESENCIA DEL ESPÍRITU SANTO
El Espíritu Santo y la Iglesia en los últimos tiempos
Capítulo 5, último

 

      El Espíritu Santo y la Iglesia

30, (Catecismo 737) La misión de Cristo y del Espíritu Santo se realiza en la Iglesia, Cuerpo de Cristo y Templo del Espíritu Santo. Esta misión conjunta asocia desde ahora a los fieles de Cristo en su Comunión con el Padre en el Espíritu Santo: El Espíritu Santo prepara a los hombres, los previene por su gracia, para atraerlos hacia Cristo. Les manifiesta al Señor resucitado, les recuerda su palabra y abre su mente para entender su Muerte y su Resurrección. Les hace presente el Misterio de Cristo, sobre todo en la Eucaristía para reconciliarlos, para conducirlos a la Comunión con Dios, para que den “mucho fruto".                (Evangelio, san Juan 15, 5. 8. 16).

 

31, (Catecismo 738) Así, la misión de la Iglesia no se añade a la de Cristo y del Espíritu Santo, sino que es su sacramento: con todo su ser y en todos sus miembros ha sido enviada para anunciar y dar testimonio, para actualizar y extender el Misterio de la Comunión de la Santísima Trinidad.

      Todos nosotros que hemos recibido el mismo y único espíritu, a saber, el Espíritu Santo, nos

      hemos fundido entre nosotros y con Dios. Ya que por mucho que nosotros seamos numerosos

      separadamente y que Cristo haga que el Espíritu del Padre y suyo habite en cada uno de

      nosotros, este Espíritu único e indivisible lleva por sí mismo a la unidad….

                                                                                    (San Cirilo de Alejandría, Com. Evangelio s. Juan, 12)

 

32, (Catecismo 739) Puesto que el Espíritu Santo es la Unción de Cristo, es Cristo, Cabeza

del Cuerpo, quien lo distribuye entre sus miembros para alimentarlos, sanarlos, organizarlos en sus funciones mutuas, vivificarlos, enviarlos a dar testimonio, asociarlos a su ofrenda al Padre y a su intercesión por el mundo entero. Por medio de los sacramentos de la Iglesia, Cristo comunica su Espíritu, Santo y Santificador, a los miembros de su Cuerpo.

 

33, (Catecismo 740) Estas “maravillas de Dios”, ofrecidas a los creyentes en los Sacramentos de la Iglesia, producen sus frutos en la vida nueva, en Cristo, según el Espíritu.

 

34, (Catecismo 741) “El Espíritu viene en ayuda de nuestra flaqueza. Pues nosotros no sabemos pedir como conviene; mas el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos inefables “(Romanos 8, 26). El Espíritu Santo, artífice de las obras de Dios, es el Maestro de la oración.

 

Resumen

Cat. nº 742.  La prueba de que sois hijos es que Dios ha enviado a nuestros corazones el

Espíritu de su Hijo que clama: Abbá, Padre (Gálatas, 4, 6).

 

Cat. nº 743. Desde el comienzo y hasta la consumación de los tiempos, cuando Dios envía a su Hijo, envía siempre a su Espíritu: la misión de ambos es conjunta e inseparable.

 

Cat. nº 744. En la plenitud de los tiempos, el Espíritu Santo realiza en María todas las preparaciones para la venida de Cristo al Pueblo de Dios. Mediante la acción del Espíritu Santo en ella, el Padre da al mundo el Emmanuel, “Dios con nosotros” (Evangelio, san Mateo 1, 23).

 

Cat. nº 745. El Hijo de Dios es consagrado Cristo (Mesías) mediante la Unción del Espíritu Santo en su Encarnación (cf Sal 2, 6-7).

 

Cat. nº 746. Por su Muerte y su Resurrección, Jesús es constituido Señor y Cristo en la gloria (Hechos 2, 36). De su plenitud, derrama el Espíritu Santo sobre los apóstoles y la Iglesia.

 

Cat. nº 747. El Espíritu Santo que Cristo, Cabeza, derrama sobre sus miembros, construye, anima y santifica a la Iglesia. Ella es el sacramento de la Comunión de la Santísima Trinidad con los hombres.

               (Catecismo de la Iglesia Católica, 2ª edición, capítulo 5. Comprenden los números (737 al 747)

domingo, 24 de septiembre de 2023

 Repasar y difundir el Catecismo de la Iglesia Católica,
siguiendo el Año litúrgico, del 24 al 30 de septiembre 2023
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Madre de Dios y Madre nuestra       
      La maternidad de María, que se convierte en herencia del hombre,
es un don: un don que Cristo mismo hace personalmente a cada
hombre. El Redentor confía María a Juan, en la medida en que confía
Juan a María. A los pies de la Cruz comienza aquella especial entrega
del hombre a la Madre de Cristo, que en la historia de la Iglesia
se ha ejercido y expresado posteriormente de modos diversos.
                              (Juan Pablo II, Encíclica Redemptoris mater, n. 45))  
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                      Tiempo Ordinario
Día 24. DOMINGO XXV
Nuestra Señora de la Merced
Catecismo. La fecundidad del matrimonio, n. 2366-2372
 
Día 25. lunes de la semana XXV
San Cleofás, discípulo del Señor
Cat. El don del hijo, n. 2373-2379
 
Día 26. martes de la semana XXV
Santos Cosme y Damían, mártires, siglo III
Cat. Las ofensas a la dignidad del matrimonio, n. 2380-2386
 
Día 27. miércoles. San Vicente de Paúl, presbítero y
Fundador Congregación de la Misión (paúles) 1581-1660
Cat. Otras ofensas a la dignidad del matrimonio, n. 2387-2391
 
Día 28. jueves de la semana XXV
San Wenceslao de Bohemia, rey, siglo X
Cat. El Séptimo Mandamiento, n. 2401-2406
 
Día 29. viernes, Santos Arcángeles, Miguel, Gabriel y Rafael, fiesta
Cat. Cristo “con todos sus ángeles”, n. 331-333
 
Día 30. sábado, San Jerónimo, presbítero y doctor de la Iglesia, siglo IV
Cat. El respeto de los bienes ajenos, n. 2408-2414
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-NUESTRA VIDA PRECISA LA ASISTENCIA Y
PRESENCIA DEL ESPÍRITU SANTO, capítulo 4
-La desmitificación teológica de la inteligencia artificial.
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viernes, 22 de septiembre de 2023

NUESTRA VIDA PRECISA LA ASISTENCIA Y

      LA PRESENCIA DEL ESPÍRITU SANTO

El Espíritu Santo y la Iglesia en los últimos tiempos

Capítulo 4

      Pentecostés

24, (Catecismo 731) El día de Pentecostés (al término de las siete semanas pascuales), la Pascua de Cristo se consuma con la efusión del Espíritu Santo que se manifiesta, da y comunica como Persona divina: después su plenitud, Cristo, el Señor (cf Hch 2, 36), derrama profusamente el Espíritu.

 

25, (Catecismo 732) En este día se revela plenamente la Santísima Trinidad. Desde ese día el Reino anunciado por Cristo está abierto a todos los que creen en El: en la humildad de la carne y en la fe, participan ya en la Comunión de la Santísima Trinidad. Con su venida, que no cesa, el Espíritu Santo hace entrar al mundo en los “últimos tiempos”, el tiempo de la Iglesia, el Reino ya heredado, pero todavía no consumado:

      Hemos visto la verdadera Luz, hemos recibido el Espíritu celestial, hemos

      encontrado la verdadera fe: adoramos la Trinidad indivisible porque ella

      nos ha salvado (Liturgia bizantina, Tropario de Vísperas de Pentecostés)

 

      El Espíritu Santo, El Don de Dios

26, (Catecismo 733) “Dios es Amor” (1 Juan 4, 8.16) y el Amor que es el primer don, contiene todos los demás. Este amor “Dios lo ha derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado” (Romanos 5,5)

 

27, (Catecismo 734) Puesto que hemos muerto, o al menos, hemos sido heridos por el pecado, el primer efecto del don del Amor es la remisión de nuestros pecados. La Comunión con el Espíritu Santo (2 Colosenses 13,13) es la que, en la Iglesia, vuelve a dar a los bautizados la semejanza divina perdida por el pecado.

 

28, (Catecismo 735) El nos da entonces las “arras” o las “primicias” de nuestra herencia (cf Rm 8, 23; 2 Co 1, 21): la Vida misma de la Santísima Trinidad que es amar “como él no ha amado” (cf 1 Jn 4, 11-12). Este amor (la caridad de 1 Corintios 13) es el principio de la vida nueva en Cristo, hecha posible porque hemos “recibido una fuerza la del Espíritu Santo” (Hechos 1, 8).

 

29, (Catecismo 736) Gracias a ese poder del Espíritu Santo los hijos de Dios pueden dar fruto. El que nos ha injertado en la Vid verdadera hará que demos “el fruto del Espíritu que es caridad, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, templanza” (Gálatas 5, 22-23). “El Espíritu es nuestra Vida”: cuanto más renunciamos a nosotros mismos (cf Mt 16, 24-26), más “obramos también según el Espíritu” (Gálatas 5, 25):

  Por la comunión con él, el Espíritu Santo nos hace espirituales, nos restablece

  en el Paraíso, nos lleva al Reino de los cielos y a la adopción filial, nos da la

  confianza de llamar a Dios Padre y de participar en la gracia de Cristo, de ser

 llamados hijo de la luz y de tener parte en la gloria eterna.

                                                              (San Basilio, Tratado del Espíritu Santo 15, 16)

 

          (Catecismo de la Iglesia Católica, 2ª edición, capítulo 4.  Comprenden los números (731 al 736)

lunes, 18 de septiembre de 2023

                   La desmitificación teológica de la Inteligencia Artificial

Entre la IA y la IE nos encontramos con el ‘problema’ de mi cuerpo, 
que también es un ‘misterio’. Recordemos con Gabriel Marcel que el cuerpo  
no es algo que ‘se tiene’, sino algo que nos permite ser y estar

Estas primeras décadas del siglo XX están resultando sorprendentes para todos los ámbitos del saber y la cultura. Una de las últimas sorpresas ha procedido del «ChatGPT», producto de las investigaciones en los llamados sistemas de Inteligencia Artificial (IA). Aunque el nombre de ‘inteligencia’ es inapropiado porque si es ‘Inteligencia’ no puede ser ‘artificial’, el término agrupa una serie de productos tecnológicos con los que algunos quieren desplazar, emular, sustituir o modificar la inteligencia (natural) humana (IN). En estas primeras décadas del siglo XXI nos encontráramos en transición hacia una nueva época de la cultura y humanidad que se llamaría ‘poshumanismo’, de camino a una superación de la inteligencia natural y corporal (IN) por la inteligencia algorítmica (IA) como ‘superinteligencia’ (transhumanismo)

Desde la compra del pan hasta las instrucciones de la cocina, pasando por los aprendizajes escolares, todo ‘avance’ social parece relacionado con ella. Los tecnocientíficos del pasado siglo que comenzaron a promover herramientas, dispositivos y programas en apoyo a las decisiones humanas (lo que realmente y con precisión es la IA), comprobaron que el ‘término IA’ legitimaría socialmente y otorgaría plausibilidad a sus proyectos (A. Turing, J. McCarthy). De ahí que John Searle unos años más tarde pidiera distinguir entre IA fuerte y débil. El término tiene capacidad para seducir imaginarios cultuales anoréxicos y fecundar de nuevo ideologías y utopías. Tiene todos los componentes de los mitos para alimentar las creencias vulgares, más preocupadas por los 'negocietes' de enriquecimiento rápido (sofistas) que por la verdad (Sócrates).

Asistimos a la creación de un potente mito cultural de dimensiones políticas globales que debe ser desenmascarado por la Filosofía y la Teología contemporánea. Además de la Algor-Ética que nos reclama el Papa Francisco, hace falta una racionalidad filosófica y teológica que podría reconstruirse, entre otras, con la tradición de la Noología zubiriana. Los procesos no son tan sencillos. La accesibilidad del ChatGPT, sus posibilidades para generar/traducir textos y la aparición de continuos avances algorítmicos ‘aplicados’ (nuevos biomateriales, prevención de enfermedades, gobernanza social, imaginario comunicativo, prolongación de la vida, etc.) nos empujan a las puertas de una nueva racionalidad y potencial Renacimiento. Ya Maritain y Mounier, con la creación de la revista Esprit se propusieron el siglo pasado ‘Rehacer’ el Renacimiento (1929).

No sabemos si ahora, al ponerse a prueba una ‘desaparición’ del hombre (final del humanismo, muerte del hombre, Nietzsche) y no simplemente su descentramiento (cuestionamiento del antropocentrismo prometeico de la modernidad), se trata de repensar, reconstruir o ‘superar’ el Renacimiento. Algunos teóricos del poshumanismo quieren que miremos en esa dirección (N. Bostrom). Otros nos recuerdan que, a pesar de ser tiempos de aceleración, alienación y desvinculación (H. Rosa, Z. Bauman) se nos plantean oportunidades al saber en general y a la Filosofía y Teología en particular. Oportunidades con poder desmitificador, vinculadas a la pasión por la verdad, al cuidado y la promoción cotidiana del bien, vinculadas quizá con la cultura slow, el silencio o la resonancia como caminos para la belleza. Oportunidades que apuntalan las posibilidades de una transformación responsable de la IN y, por tanto, de la ‘inteligencia espiritual’ (IE).

Preguntarse por el lugar de la Inteligencia espiritual (IE) en este mercantilizado contexto algorítmico y cibernético (IA) puede resultar refrescante, oxigenante, clarificador y hasta culturalmente resistente para desmitificar los nuevos sueños tecnológicos. La IE plantea la pregunta por la razonabilidad, autenticidad y habitabilidad en este universo digital. Dos posibilidades emergen:

a.- Son divergentes e incompatibles la IA y la IE. La habitabilidad en el mundo algorítmico exige ruptura, desconexión, retiros, ejercicios espirituales y una nueva eco-teología desligada de los parámetros de la aceleración/crecimiento/alienación.

b.- Son compatibles y convergentes porque el conocimiento teológico serio y riguroso siempre ha supuesto una reflexión (Logos) sobre la «naturaleza» (Onto-logía) de Dios como un Super-ser (Onto-teo-logía), un Dios relacionado con el poder de lo real, todopoderoso, providente y omnisciente. Los que, de nuevo, nos situaría los sistemas de apoyo a la decisión propios de la IA en el camino poshegeliano de la razón total.

Desde Santo Tomás o Ramón Llull hasta Teilhard de Chardin o Xavier Zubiri, las bases y fundamentos de la espiritualidad exigen una renovada, atractiva, critica y sentiente teoría de la inteligencia sin apellidos: la Noología. Si a ello añadimos que, hasta ahora, los sistemas de IA se han construido sin pensar el concepto de ‘tiempo’ que manejan, como si pudiera plantearse el problema del tiempo sin el misterio del alma, la verdad y la conciencia; como si todo el tiempo fuera el tiempo de los relojes o los planetas y como si no hubiera un tiempo vivido y narrado. Modo de entender el tiempo que, desde Jean Patocka, nos ayuda a pensar Europa.

Entre la IA y la IE nos encontramos con el ‘problema’ de mi cuerpo, que también es un ‘misterio’. Recordemos con Gabriel Marcel que el cuerpo no es algo que ‘se tiene’, sino algo que nos permite ser y estar. Cuerpo que para los sistemas de IA es puro «hardware» en vías de ser sustituido por un nuevo «software» cuando derrotemos al dolor, las enfermedades, el envejecimiento y la muerte (lo que significa retornar al dualismo materialista y mecanicista). Cuerpo que para la IE aparece como algo perfeccionable y que algunos defensores de las espiritualidades de calderilla fusionan de manera indolora en el macro-bio-cosmos energético. Entre unos y otros, el ciudadano normal y el creyente con sed de verdad, bondad y belleza, incluso con inquietudes teológicas y ganas de tener una espiritualidad robusta compartida, no deja de gritar, con don Miguel de Unamuno, ¡Socorro, que me quitan mi yo!

Agustín Domingo Moratalla es Catedrático de Filosofía Moral y Política en la Universidad de Valencia. Investigador principal del proyecto ‘Ética del Cuidado en tiempos de Inteligencia Artificial’. 
Presidente de EBEN-España. 17/09/2023 – publicado en El Debate

domingo, 17 de septiembre de 2023

 
Repasar y difundir el Catecismo de la Iglesia Católica,
siguiendo el Año litúrgico, del 17 al 23 de septiembre 2023
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Talentos que hemos recibido para administrar       
      Se nos ha dado entre otros dones, la vida natural, el primer regalo
de Dios; la inteligencia, para comprender las verdades creadas y
ascender a través de ellas hasta el Creador; la voluntad, para querer
el bien, para amar, la libertad, con la que nos dirigimos como hijos
a la Casa paterna; el tiempo, para servir a Dios y darle gloria; bienes
materiales, para que nos sirvan de instrumentos para sacar adelante
obras buenas en favor de la familia, de la sociedad, de los necesitados.
                           (Francisco Fernández-Carvajal, Hablar con Dios, tomo III, p. 294)  
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                      Tiempo Ordinario
Día 17. DOMINGO XXIV
San Roberto Belarmino, obispo y doctor de la Iglesia, 1542-1621
Catecismo. El día del Señor, n. 2174-2179
 
Día 18. lunes de la semana XXIV
Santa Adriana de Prymnesso, mártir siglo I
Cat. El cuarto mandamiento, n. 2197-2200
 
Día 19. martes de la semana XXIV
Jenaro, obispo y mártir, siglo III
Cat. El quinto mandamiento, n. 2258-2262
 
Día 20. miércoles. Santos Andrés Kim Taegon, presbítero,
Pablo Chong Hasang, y compañeros mártires, siglo XIX
Cat. La defensa de la paz, n. 2302-2306
 
Día 21. jueves, San Mateo, apóstol y evangelista, fiesta
Cat. El Espíritu, intérprete de la Escritura, n. 109-114
 
Día 22. viernes de la semana XXIV
San Mauricio, mártir, siglo III
Cat.” Hombre y mujer los creó”, n. 2331-2336
 
Día 23. sábado, San Pío de Pietrelcina, presbítero capuchino, 1887-1968
Cat. La vocación a la castidad, n. 2337-2347
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-NUESTRA VIDA PRECISA LA ASISTENCIA Y
PRESENCIA DEL ESPÍRITU SANTO, capítulo 4
-La urgencia de pensar la libertad, artículo
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lunes, 11 de septiembre de 2023

La urgencia de pensar la libertad

Mariano Fazio en "Libertad para amar" responder a esa pregunta sobre qué hay que hacer para ser libre.

Da la impresión de que está don Mariano Fazio, en este momento vicario auxiliar del Opus Dei, antes académico y gestor universitario, creando un corpus de publicaciones a modo de curso introductorio al cristianismo. Con la peculiar metodología del uso predominante de los clásicos de la literatura universal como motivo para proponer temas y ofrecer criterios.

En este sentido su propuesta, que suponemos tendrá otros hitos editoriales, bien puede servir para un curso reglado de formación de los jóvenes, y de los no tan jóvenes si se propone como motivo de debate. Una formación integral que parte de la educación en las virtudes humanas y a la que se le añade, en la perspectiva de la plenitud de procesos, la propuesta cristiana.

Pedagogía cristiana


Comenzó la serie, si mal no recuerdo al menos por los editados en Rialp, con “Seis grandes escritores rusos”, continuó con “El siglo de oro español”, después “El universo de Dickens” y “Cinco clásicos italianos” y ahora con este “Libertad para amar a través de los clásicos”.

Esto no quiere decir que, en este último movimiento de propuesta de pedagogía cristiana, no utilice ideas o, incluso, textos que ya había abordado en los otros trabajos.

Esta forma, que está ligada a lo que en la academia, a partir de que Leo Strauss introdujera la asignatura de grandes libros en su Universidad cuando fue rector, permite un diálogo doble del lector. El primero con el autor que lee y, segundo, con el tiempo que vive, es decir, con su experiencia vital y su mundo vida.

Formación integral


Ahora que están de moda las iniciativas en las que se pretende completar la formación integral de los sujetos educandos en los centros académicos superiores, ante la insatisfacción por los efectos que producen los sistemas normativos y reglados de educación, esta propuesta puede ser ciertamente útil. El ejemplo sería, en cierto sentido, el Core Currículum.

Vayamos a la cuestión de la libertad. Sin duda, en término orteguianos, el tema de nuestro tiempo. Lo hace nuestro autor con un capítulo marco introductorio en el que explica las diferencias clásicas entre “libertad para “ y “libertad de”.

Como señala, “en orden a desplegar todas las potencialidades de la libertad radical, de la libertad “para”, decíamos más arriba, tenemos que trabajar nuestra alma para vivir las libertades “de””.

La aventura de la libertad


Mucho se ha escrito, ciertamente, sobre la libertad, sobre la aventura de la libertad, sobre el camino de la libertad. Tanto quizá como los espejismo no solo de la conquista de la libertad, sino de una forma de vida libre.

No olvidemos que Wamba, el bufón de Ivanhoe, célebre novela de Walter Scott, cuando salió de la prisión dijo aquello de que “he oído hablar de las ventajas de la libertad, pero me gustaría que alguien me enseñara qué puedo hacer ahora que soy libre”.

Esta es la clave de este libro. Responder a esa pregunta sobre qué hay que hacer para ser libre.

Formación humanista


En este sentido, al final, este volumen se convierte en algo más que un libro en el que el lector encuentra un modelo de formación humanística. Se podría decir, incluso-y en este sentido este libro es distinto de los anteriores-, que el lector encuentra una lectura espiritual.

Al fin y al cabo, lo humano no puede obviar lo espiritual. Quizá sea hora de acabar con ciertos dualismo al uso. Es difícil escribir de la felicidad, de la conciencia, de la verdad, del perdón, de los peligros del sentimentalismo y del voluntarismo sino se tiene en cuenta al Evangelio y a la rica tradición espiritual de la Iglesia. Se podría decir que este libro es el más confesional de la producción reciente de nuestro autor.

Por último, permítanme una referencia curiosa. La primera cita de este trabajo es de un escritor discutido en determinados ambientes, Rod Dreher, autor de la opción benedictina. Aunque es cierto que la cita no es de ese libro suyo, sino del dedicado a Dante.

             Libro, LIBERTAD PARA AMAR. Mariano Fazio, editado con Ediciones Rialp

         Autor del artículo, José Francisco Serrano Oceja, publicado en Religión Confidencial


 

domingo, 10 de septiembre de 2023

 Repasar y difundir el Catecismo de la Iglesia Católica,
siguiendo el Año litúrgico, del 10 al 16 de septiembre 2023
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 La Cruz en la vida del cristiano     
      El cristiano comienza su jornada, sus oraciones y sus acciones con
la señal de la cruz, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu
Santo. Amén. El bautizado consagra la jornada a la gloria de Dios e
invoca la gracia del Señor que le permite actuar en el Espíritu como
hijo del Padre. La señal de la cruz nos fortalece en las tentaciones y
en las dificultades.                 (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 2157)  
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                      Tiempo Ordinario
Día 10. DOMINGO XXIII
San Nemesio, mártir, siglo III
Igualdad y diferencias entre los hombres, n. 1934-1938
 
Día 11. lunes de la semana XXIII
San Juan Gabriel Perboyre, presbítero y mártir, siglo XIX
Solidaridad humana, n. 1939-1942
 
Día 12. martes de la semana XIII
El Dulce Nombre de Maria
La ley moral, n. 1950-1953
 
Día 13. miércoles. San Juan Crisóstomo, obispo y doctor de la Iglesia
La ley nueva o ley evangélica, n. 1965-1974
 
Día 14. jueves. EXALTACIÓN DE LA SANTA CRUZ, fiesta
Salve, oh cruz, única esperanza, n. 615-618
 
Día 15. viernes. NUESTRA SEÑORA DE LOS DOLORES
Los Diez Mandamientos, n. 2052-2055
 
Día 16. sábado de la semana XXIII
Santos Cornelio, papa y Cipriano, obispo, siglo III
Adorarás al Señor tu Dios, y le servirás”, n. 2084-2094
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La actitud de la Iglesia española, artículo
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NUESTRA VIDA PRECISA LA ASISTENCIA Y
PRESENCIA DEL ESPÍRITU SANTO, capítulo 3
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blogBuena Pista,  https://ramonbertrand.blogspot.com

 

martes, 5 de septiembre de 2023

NUESTRA VIDA PRECISA LA ASISTENCIA Y

      LA PRESENCIA DEL ESPÍRITU SANTO

Capítulo 3

 

10, (Catecismo 703, 704) En la Creación. Es justo que el Espíritu Santo reine, santifique y anime la creación porque es Dios consubstancial al Padre y al Hijo. A Él se le da el poder sobre la vida, porque siendo Dios guarda la creación en el Padre por el Hijo (Oficio Bizantino de las Horas. Tropacio de maitines)

 

      “En cuanto al hombre, es con sus propias manos [es decir, el Hijo y el Espíritu Santo] como Dios lo hizo… y El dibujó sobre la carne moldeada su propia forma, de modo que incluso lo que fuese visible llevase la forma divina”

                                                  (San Ireneo de Lyon, Demostratio praedicationes apostolicae, 11)

 

11, (Catecismo 705, 706) El Espíritu y la promesa. Desfigurado por el pecado y por la muerte, el hombre continúa siendo “a imagen de Dios”, a imagen del Hijo, pero “privado de la Gloria de Dios” (Romanos 3, 23).

      Contra toda esperanza humana, Dios promete a Abraham una descendencia, como fruto de la fe y del poder del Espíritu Santo (cf Génesis 18, 1-15; Lucas 1, 26-38)

 

12, (Catecismo 711-716) La espera de Mesías y de su Espíritu. “He aquí que yo lo renuevo” (Isaías 43,19); dos líneas proféticas se van a perfilar, una se refiere a la espera del Mesías, la otra al anuncio de un Espíritu nuevo, y dos convergen en el pequeño Resto, el pueblo de los Pobres (cf Sofonías 2,3), que aguardan en la esperanza la “consolación de Israel” y “la redención de Jerusalén” (cf Lucas 2, 25-38).

 

Los textos proféticos que se refieren directamente al envío del Espíritu Santo son oráculos en los que Dios habla al corazón de su Pueblo en el lenguaje de la Promesa, con los acentos del “amor y de la fidelidad” (cf Ez. 11, 19-; 36,25-28; Jr. 31, 31-34), cuyo cumplimiento proclamará San Pedro la mañana de Pentecostés, Hch, 2, 17-21.

 

 Según estas promesas en los “últimos tiempos”, el Espíritu Santo renovará el corazón de los hombres grabando en ellos una Ley nueva, reunirá y reconciliará a los pueblos dispersos y divididos; transformará la primera creación y Dios habitará en ella con los hombres en paz.

 

Los humildes y los mansos, totalmente entregados a los designios misteriosos de Dios, los que esperan la justicia, no de los hombres sino del Mesías, todo esto es, finalmente la gran obra de la Misión escondida del Espíritu Santo durante el tiempo de las Promesas para preparar la venida de Cristo.

 

13, (Catecismo 717,720) El Espíritu de Cristo en la plenitud de los tiempos. “Hubo un hombre, enviado por Dios que se llamaba Juan (Juan 1,6). Juan fue “lleno del Espíritu Santo ya desde el seno de su madre” (Lucas 1,15-41) por obra del mismo Cristo que la Virgen María acababa de concebir del Espíritu Santo.

 

En fin, con Juan Bautista, el Espíritu Santo, inaugura, prefigurándolo, lo que realizará con y en Cristo: volver a dar al hombre la “semejanza” divina. El bautismo de Juan era para el arrepentimiento, el del agua y del Espíritu será un nuevo nacimiento. (cf Juan 3, 5).

 

      (Catecismo de la Iglesia Católica, 2ª edición, capítulo 3.  Comprenden los números (703 al 720) del Catecismo)

domingo, 3 de septiembre de 2023

              La actitud de la Iglesia española
          El profeta no halaga al pueblo, sino que lo reprende y corrige,
     es la voz del que clama en el desierto

En reciente artículo remitía para otro comentario la delicada cuestión de la actitud de la Iglesia española ante la grave situación que vive España. No es la tarea más grata, pero uno intenta ser amigo de la verdad y aproximarse a ella. Aclaro que no me refiero a la Iglesia como a lo que verdaderamente es, es decir, la comunidad de los creyentes y aspirantes al Reino de Dios, sino a la jerarquía, a quienes la gobiernan.

Una vez más, la República y la guerra civil constituyen el acontecimiento que marca nuestra historia reciente. Los católicos españoles sufrieron la mayor y más cruenta persecución de la historia en el siglo XX, si se atiende a la brevedad del período y al tamaño de la población. El resultado de la guerra significó la salvación, la supervivencia. Esta afirmación no impide el reconocimiento de que hubiera católicos republicanos y de izquierdas. Pero el Frente popular pretendía aniquilar a los católicos. En este sentido, Franco fue decisivo para salvar a la Iglesia. Esto no justifica el error de la consideración del catolicismo como religión oficial del Régimen (el llamado nacionalcatolicismo), ni los privilegios de la Iglesia o las entradas del jefe del Estado en las iglesias bajo palio. Guste o no, la Iglesia española tiene una deuda de gratitud con Franco. Es molesto, pero la verdad no siempre agrada. Pocas veces lo hace.

La Iglesia no es una institución política, ni el catolicismo una doctrina política, ni siquiera moral. El cristianismo no es de derechas ni de izquierdas porque no es una ideología política, sino un mensaje universal de salvación. No creo que haya una política cristiana y sí que hay muchas políticas anticristianas. Algunos creyeron hace décadas que el tema de nuestro tiempo era el diálogo entre cristianos y marxistas, pero hoy sabemos que nada cristiano hay en el totalitarismo comunista. Una cosa es el amor al prójimo y otra el odio a la burguesía y la dictadura del proletariado. El terror nunca es cristiano.

La actitud ante el proceso político que vive España se debate entre la prudencia, la neutralidad y acaso un punto de falta de valentía. La actitud ante la legislación de memoria democrática y ante acciones, como la exhumación de los restos mortales de Franco y la transformación del Valle de los Caídos, ha sido, en el mejor de los casos, tibia. El proyecto del Gobierno va mucho más allá de una mera implantación de políticas más o menos de izquierda radical. Entraña el propósito de transformación de la sociedad española y la eliminación de toda huella de la concepción cristiana de la realidad. Hace unos años un documento de la Iglesia española consideraba que la unidad de España entrañaba un bien moral. Hoy no parece que exista una orientación moral clara del voto de los católicos, salvo unas referencias a legislaciones claramente contrarias al derecho a la vida que, por otra parte, no constituyen principios propios de la moral católica, sino exigencias de la moral universal. Un compromiso explícito con alguna opción política sería un error, pero una indiferencia ante todas lo es también. Aunque es cierto que ningún partido cumple completamente con los principios de la doctrina social de la Iglesia, hay grados en el incumplimiento. Y, sobre todo, hay opciones dispuestas a quebrar la concordia nacional y promover la división entre españoles.

Vivimos tiempos difíciles para la verdad. No existe una interpretación monolítica o absoluta del cristianismo, pero no todo es verdad. La verdad cristiana reside en los textos sagrados, en la tradición y en el magisterio de los Padres, y no en la voluntad arbitraria de nadie ni en la búsqueda de la complacencia de las mayorías. El profeta no halaga al pueblo, sino que lo reprende y corrige, es la voz del que clama en el desierto.

                    Ignacio Sánchez-Cámara. Publicado por el periódico El Debate, 03/09/2023


 

 Repasar y difundir el Catecismo de la Iglesia Católica,
siguiendo el Año litúrgico, del 3 al 9 de septiembre 2023
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Madre de Dios y Madre nuestra     
      Me extraña en gran manera que haya alguien que tenga duda
alguna de si la Santísima Virgen ha de ser llamada Madre de Dios.
En efecto, si nuestro Señor Jesucristo es Dios, ¿por qué razón la
Santísima Virgen, que lo dio a luz, no ha de ser llamada Madre
de Dios? Esta es la fe que nos transmitieron los discípulos del Señor,
aunque no emplearan esta misma expresión. Así nos lo han enseñado
también los Santos Padres.      (San Cirilo de Alejandría, Carta I, 27-30)  
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                      Tiempo Ordinario
Día 03. DOMINGO XXII
San Gregorio Magno, papa y doctor de la Iglesia, siglo VI-VII
Decidir en conciencia. El juicio erróneo, n. 1786-1794
 
Día 04. lunes de la semana XXII
Santa Rosalía, ermitaña, siglo XII
El carácter comunitario de la vocación humana, n. 1878-1885
 
Día 05. martes de la semana XII
Santa Teresa de Calcuta, religiosa y fundadora, siglo XX
La conversión y la sociedad, n. 1886-1889
 
Día 06. miércoles de la semana XXII
San Beltrán de Garrigue, presbítero dominico, 1195-1230
La autoridad, n. 1897-1904
 
Día 07. jueves de la semana XXII
Santa Regina, mártir, siglo II
El bien común, n. 1905-1912
 
Día 08. viernes. NATIVIDAD DE LA BIENAVENTURADA
VIRGEN MARIA, fiesta
En comunión con la Santa Madre de Dios, n. 2673-2679
 
Día 09. sábado de la semana XXII
Responsabilidad y participación, n. 1913-1917
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NUESTRA VIDA PRECISA LA ASISTENCIA Y
PRESENCIA DEL ESPÍRITU SANTO, capítulo 2
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