domingo, 30 de enero de 2022


Repasar y difundir el Catecismo de la Doctrina Cristiana,
siguiendo el Año litúrgico. Del 30 enero al 5 febrero 2022
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La Iglesia es una comunión de fe, de sacramentos y de régimen
      Como consecuencia, confiesan la misma doctrina y están
unidos por la misma vida divina que les comunica el Bautismo.
Esta íntima unión, que brota de la fe, abraza conjuntamente
la doctrina y la vida
. (Francisco Fernández-Carvajal, Hablar con Dios, IV, p. 75)
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                        Ciclo C, año Par
Día 30. DOMINGO IV DEL TIEMPO ORDINARIO.
El mundo visible, nº 337-344

Día 31. lunes, San Juan Bosco, presbítero, fundador de los Salesianos, siglo XIX
El hombre, a imagen de Dios (I) nº 355-358

Día 1. martes de la IV semana del Tiempo Ordinario.
Santa Viridiana, virgen y reclusa, siglo XIII
El hombre, a imagen de Dios (II) nº 359-361


Día 2. miércoles, Presentación del Señor, fiesta
“La Presentación de Jesús en el Templo”, nº 529-530

Día 3. jueves de la IV semana del Tiempo Ordinario.
San Blas, obispo y mártir, siglo IV
“Corpore et anima unus”, nº 362-368

Día 4. viernes de la semana IV del Tiempo Ordinario.
San Andrés Corsini, obispo y confesor, siglo XIV
“Hombre y mujer los creó”, nº 369-373

Día 5. sábado de la IV semana del Tiempo Ordinario.
Santa Águeda, virgen y mártir, siglo III
El hombre en el paraíso, nº 374-379
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viernes, 28 de enero de 2022

               VIRTUDES VERDADERAS Y VIRTUDES FALSAS, primera parte

      “Cuando las almas dan los primeros pasos por el camino de la vida espiritual, les suele ocurrir como a aquel chiquillo que, habiendo sembrado en un ángulo del jardín de su casa, con las últimas luces de la tarde, una semilla de trigo o un huesecillo de albaricoque corre al mismo lugar al día siguiente, muy temprano, ya con la esperanza de encontrar allí una espiga dorada o de poder gustar los maduros frutos del albaricoquero.
      Y, entonces, cuando el niño se da cuenta de que la fecundidad de la tierra no ha podido satisfacer sus esperanzas, ni la urgencia de su capricho infantil, corre, desilusionado y dolorido junto a su madre, para revelarle con los ojos llenos de lágrimas, la tragedia que en su alma ha provocado la crueldad de esa tierra que le niega el fruto de sus sudores. Y la madre sonríe con ternura.
      Pues igual que el niño busca la espiga o pretende de la tierra el albaricoque, después de una noche de espera que le ha parecido un siglo, son muchos los que pretenden de su alma el fruto de una verdadera y sólida virtud, cuando apenas han echado en su corazón la semilla de los buenos propósitos y tan sólo se han limitado a alimentarlos con deseos de santidad y de fidelidad.
      Estas almas se percatan muy pronto, frente a cualquier dificultad u obstáculo, de que su virtud no es tan fuerte ni tan exuberante como se habían hecho la ilusión de que fuera, y entonces, se llenan de tristeza y de desaliento. Y Dios nuestro Señor, que ama a estas almas como una madre quiere a su chiquillo, sonríe ante el espectáculo de la infantilidad de su vida interior.

      Es absolutamente necesario, amigo mío, que desde los primeros pasos de nuestra vida interior nos habituamos a buscar las verdaderas virtudes y aprendamos a evitar las falsas.
      Es verdad que has empezado y que has empezado bien: es verdad que el nunc coepi
-¡empieza ahora!- ha resonado generosamente en tu vida, pero también es verdad -y a veces lo olvidas- que las virtudes, hábitos operativos buenos, requieren para ser verdaderos tiempo y fatiga, lucha y esfuerzo.
       Los buenos propósitos, los enardecidos deseos, no son suficientes para conferir solidez a tus virtudes y para hacerlas verdaderas. Ni tampoco tales ardores y tales propósitos modifican, por sí solos, tu naturaleza y tu carácter. Para que tus virtudes sean sólidas y para que tu naturaleza y tu carácter se transformen, es necesario que el esfuerzo y la lucha perseveren durante todo aquel tempus laboris et certaminis, durante todo aquel periodo de trabajo y de brega, que es tu vida.
      Los ardores y los vehementes sentimientos de devoción sensible, que van siempre unidos, por providencial bondad divina, a los primeros pasos en el ejercicio de la vida interior, llevan a las almas que están todavía en la infancia de la vida espiritual, a creer que todo se ha realizado ya, que sus defectos y sus tendencias desordenadas han desaparecido, y que, de ahora en adelante, todo les va a ser fácil: la vida virtuosa no va a costarles ningún esfuerzo.
      Pero la Providencia de Dios, al través de las mismas ricas experiencias de su vida, no tardará en abrir los ojos a estas almas, confiriéndoles el verdadero sentido de la vida espiritual y, con él, la madurez de la virtud.
      La vida misma les enseñará -te lo repito- que todos aquellos defectos y aquellas tendencias no estaban muertos, sino adormecidos, y que hará falta un esfuerzo perseverante y una lucha llena de fe, para lograr que mueran de veras.
      Cuando Dios nuestro Señor hace pasar a estas almas que desean seguirle de cerca, desde la devoción sensible a la devoción árida, y desde ésta a la verdadera devoción espiritual, es cuando comprenden ellas los designios de Dios y sus divinas estratagemas para hacerlos adquirir las verdaderas virtudes y una sólida formación”.

            (Salvador Canals, Ascética y mística, p. 99-102, Colección Patmos nº 110)

miércoles, 26 de enero de 2022

            CRONOLOGÍA EN EL TIEMPO DE LA FORMACIÓN DE LA BIBLBIA / 2ª parte

 La inspiración divina de la Sagrada Escritura y su interpretación

“La revelación divina, contenida y expresada en los escritos de la Sagrada Escritura, fue consignada por inspiración del Espíritu Santo. La Santa Madre Iglesia, en virtud de la fe apostólica, considera sagrados y canónicos todos los libros íntegros del Antiguo y del Nuevo Testamento, con todas sus partes, porque, escritos bajo la inspiración del Espíritu Santo, tienen a Dios por autor, y como tales han sido entregados a la Iglesia. Para comprender los libros sagrados, Dios escogió y se sirvió de unos hombres en posesión de sus propias facultades y sus propias fuerzas, a fin de que, actuando El mismo en ellos y a través de ellos, pusieran por escrito, como verdaderos autores, todas las cosas y solamente las cosas que Él quería”.    (Constitución dogmática “Dei Verbum” sobre la divina Revelación, nº 11)

 

393 D.C.  El Concilio provincial de Hipona (en la actual Argelia) enumera el canon de la Iglesia Católica (excepto en Apocalipsis) que reproducirán después los Concilios ecuménicos de Florencia (1442) y (Trento 1546).

 

500-1500 D.C.  Los rabinos (masoretas) añaden signos vocálicos y otras notas al texto de la Biblia hebrea (escrita solo con consonantes) para conservar su correcta lectura y pronunciación.

 

1054 D.C.  Las diferencias entre el patriarca oriental y el papa occidental alcanzan un punto álgido que conduce al Gran Cisma de 1054.

 

1455 D.C.  Biblia de Gutenberg.

 

1517 D.C. Martín Lutero escribe las 95 tesis. Los reformadores ponen objeciones a parte de la doctrina católica y solicitan cambios litúrgicos y teológicos. Una de sus banderas fue el retorno a la Biblia en la forma más primigenia, por lo que limitaron el canon del Antiguo Testamento a la Torak.

 

1528 D.C. Sanctes Pagnino publica una traducción latina de la Biblia hebrea dividida en capítulos y versículos.

 

1546 D.C.  El Concilio de Trento defina la relación exacta de los libros que componen el canon de la Biblia.

 

1551 D.C.  Robert Estienne reforma ligeramente la división de Pagnino e incluye el Nuevo Testamento.

 

1611 D.C. Biblia del rey Jacobo.

 

Fe y razón en relación con la Escritura

“La unidad de los dos niveles del trabajo de interpretación de la Sagrada Escritura presupone, en definitiva, una armonía entre la fe y la razón. Por una parte, se necesita una fe que, manteniendo una relación adecuada con la recta razón, nunca degenere en fideísmo, el cual, por lo que se refiere a la Escritura, llevaría a lecturas fundamentalistas. Por otra parte, se necesita una razón que, investigando los elementos históricos presentes en la Biblia, se muestra abierta y no rechace a priori todo lo que exceda de su propia medida”

          (Benedicto XVI, La Palabra del Señor, Exhortación Apostólica “Verbum Domini” nº 36”)

 

(las fechas de esta 2ª y última parte, proceden del libro Pórtico de la Biblia,  Saxum Internacional Fundation autores Jesús Gil y Joseángel Domínguez)

 

 

 

domingo, 23 de enero de 2022


Repasar y difundir el Catecismo de la Doctrina Cristiana,
siguiendo el Año litúrgico. Del 23 al 29 enero 2022
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Pedir a Dios, por algo tan necesario
      Hay que pedir a Dios que ponga siempre en nuestra
inteligencia esa fe y esa visión sobrenatural, que dé una
jerarquía objetiva a nuestras ideas y a nuestros afectos y
a nuestras obras. Hay que pedir ese criterio, porque es
un don de Dios.

(Josemaría Escrivá, Cartas, volumen I, nº 2, de 24. III. 1931, p. 128)
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                               Ciclo C, año Par
Día 23. DOMINGO III DEL TIEMPO ORDINARIO.
San Ildefonso, obispo, siglo VII, 1567-1621
El Creador, nº 279-281

Día 24. lunes, San Francisco de Sales, obispo y doctor de la Iglesia, 1567-1621
La catequesis sobre la Creación (I) nº 282-285


Día 25. martes, Conversión de San Pablo, apóstol, fiesta
Los Apóstoles salieron a predicar por todas partes, nº 1-3

Día 26. miércoles, Santos Timoteo y Tito, obispos, siglo I
La catequesis sobre la Creación (II) nº 286-289

Día 27. jueves de la III semana del Tiempo Ordinario.
Santa Ángela de Mérici, fundadora Hermanas Ursulinas, 1474-1540
La Creación, obra de la Santísima Trinidad, nº 290-292

Día 28. viernes, Santo Tomás de Aquino, dominico y doctor de la Iglesia, siglo XIII
“El mundo, creado para gloria de Dios”, nº 293-294

Día 29. sábado de la III semana del Tiempo Ordinario.
San Valero, obispo, siglo III-IV
El Misterio de la Creación, nº 295-298
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sábado, 22 de enero de 2022

 

El santuario de Torreciudad (Huesca) ha presentado en la Feria Internacional de Turismo (FITUR), que celebró su 42ª edición en la Institución Ferial de Madrid, su nueva museografía.

Marcos Ferrer, gerente de la asociación Ruta Mariana, y José Alfonso Arregui, director de comunicación de Torreciudad, mostraron a representantes de agencias de viajes y touroperadores especializados en turismo religioso los atractivos de estos nuevos espacios, diseñados como una experiencia inmersiva única para peregrinos y visitantes.

La presentación se llevó a cabo en el stand instalado por Turismo de Aragón,  que ha contado con la presencia del presidente de la comarca de la Ribagorza, Marcel Iglesias, el alcalde de Barbastro, Fernando Torres, y la presidente del Patronato de Torreciudad, Mariví Zorzano.

En su exposición, Marcos Ferrer ha subrayó el papel que desempeñan los santuarios que forman parte de la Ruta Mariana como impulsores de desarrollo en los territorios en los que se ubican. “El turismo religioso es un elemento tradicional que ayuda a la dinamización social y económica y permite combinar una vivencia de fe con una variada oferta cultural, gastronómica y de naturaleza”, afirmó Ferrer.

“Completa novedad en el panorama del turismo”

Como ha destacado José Alfonso Arregui a Religión Confidencial , “el proyecto puesto en marcha en Torreciudad constituye una completa novedad en el panorama del turismo de experiencias, puesto que incorpora un amplio abanico de tecnologías de última generación puestas al servicio de la fe, la cultura y el patrimonio: esculturas hiperrealistas, gafas de realidad virtual, pantallas panorámicas gigantes sincronizadas, maderas con capacidades táctiles, proyecciones sobre platos, vídeo-mapping sobre el retablo… Una invitación constante a la interactividad y a la participación del usuario”.

Ruta Mariana

“Nuestra comunidad autónoma  ofrece numerosos lugares de gran atractivo en esta área, entre los que destacan, precisamente por el número de visitantes recibidos cada año, los santuarios aragoneses de la Ruta Mariana: El Pilar y Torreciudad”, afirmó Gloria Pérez.

(Publicado por Religión Digital, 21 de enero 2022)

 

 

 

                         CELIBATO Y CASTIDAD, 4ª y última parte

“Con nuestra profunda y clara convicción sobre el significado y la belleza de esta virtud; con nuestra decisión firme y actual que nos hará repetir y afirmar que volveríamos a hacer mil veces lo que hicimos porque estamos convencidos de que es lo mejor que podíamos hacer; con nuestros ojos y nuestros corazones puestos en Jesucristo, al cual hemos confiado nuestras vidas, podremos decir con verdad que hemos defendido nuestro derecho al amor. Y aún te diré más, sirviéndome de la feliz expresión de un monje poeta: somos el mundo de los aristócratas del amor.

Y no tengo necesidad de decirte, porque ya te lo he dicho, que la castidad no puede ser una virtud soportada; la castidad debe ser, en nuestras vidas, una virtud afirmada con alegría, amada con pasión y custodiada con delicadeza y vigor.

Si vemos así la pureza como fruto y fuente de amor, la consolidaremos en nuestra vida, la amaremos y la custodiaremos en toda su maravillosa extensión y grandeza: Dios nuestro Señor nos pide la pureza de cuerpo y corazón, de alma y de intención.

La pureza, hermano mío, es una virtud frágil, o mejor, llevamos el gran tesoro de esta virtud en vasos frágiles -in vasis fictilibus-: por esto le hace falta una custodia prudente, inteligente y delicada.

Pero para la custodia y para la defensa de esta virtud tenemos armas invencibles: las armas de nuestra debilidad, de nuestra oración y de nuestra vigilancia.

La humildad es la disposición necesaria para que el Señor nos conceda esta virtud: Deus…humilibus dat gratiam, Dios da la gracia a los humildes. No hay duda de que la unión que existe entre esas dos virtudes, entre la humildad y la castidad es muy íntima. Hasta el punto de que una vez leí complacido que un escritor espiritual daba a la humildad el nombre de castidad del espíritu.

             Pero tampoco olvidemos, hermano mío, que para defender esta virtud y para crecer en ella, es absolutamente necesario que escuchemos y que sigamos con gran delicadeza el consejo de Jesucristo: Vigilate et orate. Vigilad y orar.

Una vigilancia que nos llevará a huir con decisión y prontitud de las ocasiones y de los peligros. Una vigilancia que también se manifestará en el momento de nuestra apertura, sincera y filial, a la dirección espiritual. Una vigilancia que nos enseñará a mortificar los sentidos y la imaginación.

             La oración, la amistad con Jesús en la Santísima Eucaristía, el Sacramento de la Penitencia y la devoción a la Virgen Inmaculada son los medios, eficaces y necesarios, que nos aseguran la virtud de la castidad”.      

           (Salvador Canals, Ascética meditada, en Colección Patmos 110, p. 96-98, Ediciones Rialp)

jueves, 20 de enero de 2022

 

           CRONOLOGÍA EN EL TIEMPO DE LA FORMACIÓN DE LA BIBLIA

“La tradición viva es esencial para que la Iglesia vaya creciendo con el tiempo en la comprensión de la verdad revelada en las Escrituras; en efecto, “la misma Tradición 

da a conocer el canon de los libros sagrados y hace que los comprenda cada vez mejor 

y los mantenga siembre activos” (Const. dogm. Dei Verbum 8). En definitiva, es la Tradición 

viva de la Iglesia la que nos hace comprender de modo adecuado la Sagrada Escritura 

como Palabra de Dios. La Sagrada Escritura es “la Palabra de Dios, en cuanto escrita 

por inspiración del Espíritu Santo·”. De ese mod, se reconocer toda la importancia 

del autor humano, que ha escrito los textos inspirados y, al mismo tiempo, a Dios 

como el verdadero autor”.  (Benedicto XVI, La Palabra del Señor, p. 37-40)


                     fechas en el tiempo 
                640-609 A.C.  Durante el reinado de Josías en Judá, se encuentra el 
              “libro de la Ley”.   Es decir, ya había tradiciones escritas antes del destierro.
                (2 Reyes 22; 2 Crónicas, 34)

 

500-300 A.C.   Se lleva a cabo la redacción final de muchos libros, durante el 

destierro a Babilonia y de regreso en Judea.

 

CA. 445-398 A.C.   El gobernador de Jerusalén Nehemías reúne al pueblo y 

el escriba Esdras les lee “el libro de la Ley de Moisés”. (Nehemías 8)

Los fragmentos del Antiguo Testamento más antiguos que se conservan, 

del siglo II a.C. pertenecen a copias manuscritas en rollos de papiro.

 

CA. 250 A.C. – 100 D.C.   Traducción al griego de la Biblia hebrea: la Septuaginta o versión de los Setenta. También incluye libros redactados directamente en griego. 

Es la base del canon católico del Antiguo Testamento. El Pentateuco se había traducido entre el 285 y 246 a.C.

 

190-180 A.C.    Redacción de Eclesiástico (Sirácida), que será traducido al griego 

50 o 60 años más tarde. En el prólogo de la traducción, el autor se refiere “a la lectura de la Ley y de los Profetas y los otros libros de los antepasados”. (Eclesiástico. Prólogo)

 

CA. 50-51 D.C.    Fecha de la primera carta de san Pablo a los Tesalonicenses, 

que será el texto más antiguo del Nuevo Testamento. Los últimos libros podrían extenderse hasta comienzos del siglo II.

 

CA. 70-90 D.C.   Discusiones rabínicas sobre el canon en Yamnia, que permitirán 

más tarde definir los libros de la Tanak, o Biblia hebrea

 

CA. 180-200 D.C.  Conciencia de un canon cristiano: san Ireneo de Lyon y más 

tarde Orígenes testimonian que la comunidad cristiana acepta los cuatro 

evangelios y solo esos cuatro.

 

367 D.C.   Primera vez que aparece la lista exacta de los libros del Nuevo 

Testamento tal como hoy la tenemos, aunque en un orden distinto, 

en una carta de san Anastasio de Alejandría.

 

382 D.C.    San Jerónimo empieza la traducción de la Vulgata latina.


                         (las fechas de esta primera parte, proceden del libro Pórtico de la Biblia,

                       Saxum Internacional Fundation autores Jesús Gil y Joseángel Domínguez)

 

 

domingo, 16 de enero de 2022

 



Repasar y difundir el Catecismo de la Doctrina Cristiana,
siguiendo el Año litúrgico. Del 16 al 22 enero 2022
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La Gracia y nuestra correspondencia

     Sabemos que Dios proporciona a cada cuál ocasión de
salvarse: a unos de una manera, a otros de otra. Pero el
responder esforzada o remisamente a esa voluntad de
salvación depende de nosotros.
(Juan Casiano, Collationes, III, 12)
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                 Ciclo C, año Par
Día 16. DOMINGO II DEL TIEMPO ORDINARIO.
Los símbolos de la fe, nº 185-197

Día 17. lunes, San Antonio, abad, 256-356
“Creo en Dios, Padre… nº 198-202


Día 18. martes, de la II semana del Tiempo Ordinario.
San Eladio de Toledo, arzobispo, siglo VI-VII
Dios revela su Nombre (I), nº 203-209

Día 19. miércoles, de la II semana del Tiempo Ordinario.
San Mario, obispo, siglo VI
Dios revela su Nombre (II), nº 210-213

Día 20. jueves, de la II semana del Tiempo Ordinario.
San Sebastián, soldado romano, mártir, siglo IV
Dios es la Verdad, nº 214-217

Día 21. viernes, Santa Inés, virgen y mártir, siglo IV
Dios es Amor, nº 218-221

Día 22. sábado, San Vicente, diácono y mártir, siglo III-IV
El Todopoderoso, nº 268-271
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martes, 11 de enero de 2022

 

SAGRADA BIBLIA: NÚMEROS

      “El nombre del libro, Números, proviene de la traducción griega del Pentateuco -hacia el siglo II a.C- que lo titulada arithmoí (“números”) atendiendo a los censos del pueblo que aparecen al comienzo. Entre los judíos recibe el nombre de Bemidbar (“en el desierto”), ya que el primer versículo comienza con esta palabra que además alude al contenido peculiar de la obra: la estancia y peregrinación de pueblo de Israel por el desierto donde Dios se le manifestó.

      1, Estructura y síntesis del contenido. El contenido del libro de los Números se caracteriza por su variedad temática y literaria. En él encontramos numerosos episodios de carácter narrativo, junto a textos legales de bastante amplitud y pequeñas piezas poéticas. Aunque se trata en gran parte de material nuevo respecto al resto de los libros del Pentateuco, abundan pasajes, tanto narrativos como legales, que vienen a ser repetición de lo que se encuentra en otros lugares. Así, por ejemplo, las quejas del pueblo y el prodigio de las codornices narrados en el cap. 11 son prácticamente un paralelo de Ex 16; el texto del Nm 20,1-9 sobre el agua que brota de la roca reproduce Ex 17; etc.
      Las distintas partes del libro de los Números corresponden a los escenarios del desierto en los que se va encontrando el pueblo de Israel. Cuatro son los escenarios que marcan esta situación:

Primera parte: El pueblo en el desierto del Sinaí (1,1-10,10). Allí aparece el pueblo en toda su magnitud numérica y su profunda estructura religiosa, disponiéndose para iniciar la marcha.

Segunda parte: El pueblo en Cadés (10,11-20,21), Este lugar se encuentra entre el desierto de Parán y el de Sin. Allí el pueblo se rebela contra el Señor y experimenta la amargura del castigo divino, la eficacia de la intercesión de Moisés y la misericordia de Dios que perdona una y otra vez.

Tercera parte: el pueblo en el camino entre Cadés y Moab (20,22-21,35). Incluye diversas etapas, en las que el pueblo de Israel sigue experimentando el castigo y la misericordia de Dios. Sin embargo, predomina esta última que le concede las primeras victorias sobre los enemigos.

Cuarta parte: El pueblo en las llanuras de Moab (22,1-36,13). Es ésta la última parada estable antes de entrar en la tierra prometida. Aquí Dios continúa protegiéndolos frente a los poderoso enemigos, y les concede obtener nuevas victorias que permiten ya el asentamiento de algunas tribus en Transjordania.

      2, Trasfondo histórico: Israel en el desierto.  De esta estancia y el paso de los israelitas por el desierto no se ha encontrado ningún testimonio arqueológico. No es extraño, dadas, por una parte, las condiciones del desierto, y por otra, el tipo de vida nómada. 

      3, Composición. Los profetas son testigos de la supervivencia de esas tradiciones. Así, en el libro de Amós, Dios habla a su pueblo diciendo: “Yo os hice subir a vosotros del país de Egipto y os llevé por el desierto cuarenta años para que poseyeseis la tierra del amorreo”. Incluso ese paso por el desierto es interpretado como un momento de primordial importancia en las relaciones entre Dios e Israel, en las que se suceden manifestaciones de la bondad de Dios y de la infidelidad del pueblo. 


      4, Enseñanza. El libro de los Números muestra de una forma peculiar cuál es el modo de actuar de Dios con los hombres y, concretamente, con el pueblo que Él se había elegido: Israel. Esa peculiaridad consiste en que Dios aparece como el que guía a su pueblo a través del desierto, camino de la tierra prometida.

      5, Comprensión de Números desde el Nuevo Testamento. Jesucristo, antes de comenzar su ministerio público, fue impulsado por el Espíritu a ir al desierto, donde también Él experimentó la prueba y la tentación. Pero Jesús, a diferencia del pueblo de Israel, salió 
victorioso. Los santos Evangelios presentan también a Jesucristo como la actualización de las realidades del desierto”

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               (Facultad de Teología Universidad de Navarra, Sagrada Biblia, Comentario (selección) p. 142-146)

domingo, 9 de enero de 2022

 



Repasar y difundir el Catecismo de la Doctrina Cristiana,
siguiendo el Año litúrgico. Del 9 al 15 enero 2022
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La Virgen y la maternidad.
          En el tiempo de Navidad, la Iglesia pone ante los ojos de nuestra
alma la maternidad de María, y lo hace el primer día del nuevo año.
Lo hace para poner también de relieve la dignidad de toda madre,
para definir y recordar el significado de la maternidad, no solo en la
vida de cada hombre, sino también en toda la cultura humana.
La maternidad es la vocación de la mujer.

                  (Juan Pablo II, Alocución, 10 de enero 1979)
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                        Ciclo C, año Par
Día 9. DOMINGO. BAUTISMO DEL SEÑOR, fiesta
El Bautismo de Jesús, nº 535-537
                   Termina el Tiempo de Navidad

                  Comienza el Tiempo Ordinario
Día 10. lunes, de la I semana del Tiempo Ordinario.
San Gregorio de Nisa, siglo IV (hermano de s. Basilio en Grande)
“Yo sé en quien tengo puesta mi fe” nº 150-152

Día 11. martes, de la I semana del Tiempo Ordinario.
Santo Tomás de Cori, presbítero franciscano, 1655-1729
La fe y la inteligencia, nº 156-159

Día 12. miércoles, de la I semana del Tiempo Ordinario.
San Benito Biscop, abad de Canterbury, siglo VII
Libertad, necesidad y perseverancia de la fe, nº 160-162

Día 13. jueves, de la I semana del Tiempo Ordinario.
San Hilario de Poitiers, obispo y doctor de la Iglesia, siglo IV
La fe, el comienzo de la vida eterna, nº 163-165

Día 14. viernes, de la I semana del Tiempo Ordinario.
San Félix de Nola, siglo III
La fe, un acto personal y eclesial, nº 166-171

Día 15. sábado, de la I semana del Tiempo Ordinario.
San Mauro, abad, siglo VI (discípulo de san Benito)
Una sola fe, nº 172-175
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jueves, 6 de enero de 2022

 

                                   CELIBATO Y CASTIDAD, 3ª parte, continúa

“La castidad perfecta es, sí, una renuncia, lo sabemos y no queremos ignorarlo: la castidad perfecta es una renuncia al placer carnal, es una renuncia al amor conyugal y es una renuncia a la paternidad. Pero es una renuncia llena de luz y de amor. 

Es una renuncia de amor, porque -te lo repito- el amor es por naturaleza exclusivo y el que ama de nada se priva y cuando se priva de todo lo que no es su amor. Y cuando este amor es Dios, cuando este amor es Cristo, la exclusividad no sólo no cuesta, sino que encanta. 

El vacío de esa renuncia se ve colmado de modo maravilloso y superabundante por el mismo Dios: el amor de Dios nos hace felices y nos llena: nada nos falta. 

            La castidad es amor, amor exclusivo de Dios, un amor que no nos pesa, un amor de Dios que nos hace ligeros y ágiles y que, al mismo tiempo, nos colma de una profunda y serena felicidad. Y como la castidad es amor, habremos de repetir con nuestras vidas siempre jóvenes y llenas de entusiasmo de los enamorados, aquellas palabras con las que un amor espiritual concluía una serie de hermosas páginas escritos sobre esta virtud: hemos defendido nuestro derecho al amor.      

   (Salvador Canals, Ascética meditada, en Colección Patmos 110, p. 95-96, Ediciones Rialp)

 

martes, 4 de enero de 2022

 



CARTA DEL SANTO PADRE FRANCISCO A LOS MATRIMONIOS
CON OCASIÓN DE AÑO “FAMILIA AMORIS LAETITIA

Queridos esposos y esposas de todo el mundo:

      Con ocasión del Año “Familia Amoris laetitia”, me acerco a ustedes para expresarles todo mi afecto y cercanía en este tiempo tan especial que estamos viviendo. Siempre he tenido presente a las familias en mis oraciones, pero más aún durante la pandemia, que ha probado duramente a todos, especialmente a los más vulnerables. El momento que estamos pasando me lleva a acercarme con humildad, cariño y acogida a cada persona, a cada matrimonio y a cada familia en las situaciones que estén experimentando.

      Queridos esposos, sepan que sus hijos -y especialmente los jóvenes- los observan con atención y buscan en ustedes el testimonio de un amor fuerte y confiable. “¡Qué importante es que los jóvenes vean con sus propios ojos el amor de Cristo vivo y presente en el amor de los matrimonios, que testimonian con su vida concreta que el amor para siempre es posible”!. Los

hijos son un regalo, siempre, cambian la historia de cada familia. Están sedientos de amor, de reconocimiento, de estima y de confianza. La paternidad y la maternidad los llaman a ser generativos para dar a sus hijos el gozo de descubrirse hijos de Dios, hijos de un Padre que ya desde el primer instante los ha amado tiernamente y los lleva de la mano cada día. Este descubrimiento puede dar a sus hijos la fe y la capacidad de confiar en Dios.

      Ciertamente, educar a los hijos no es nada fácil. Pero no olvidemos que ellos también nos educan. El primer ámbito de la educación sigue siendo la familia, en los pequeños gestos que son más elocuentes que las palabras. Educar es ante todo acompañar los procesos de crecimiento, es estar presentes de muchas maneras, de tal modo que los hijos puedan contar con sus padres en todo momento. El educador es una persona que “genera” en sentido espiritual y, sobre todo, que “se juega” poniéndose en relación. Como padre y madre es importante relacionarse con sus hijos a partir de una autoridad ganada día tras día. Ellos necesitan una seguridad que los ayude a experimentar la confianza de ustedes, en la belleza de sus vidas, en la certeza de no estar nunca solos, pase lo que pase”

 

(selección de texto. Toda la Carta se puede ver en la web del Vaticano: Cartas del Papa Francisco)

 

lunes, 3 de enero de 2022

 

                ELOGIO DE LA VIDA SENCILLA, José María Pemán, 1898-1981

 

Vida inquieta, frenesí / de la ambición desmedida… / ¡Qué mal comprende la vida / 

el que la compense así la vida es soplo de hielo / que va marchitando flores; / 

no las riegues con sudores / ni las labres con desvelo:

la vida no lo merece: / que esa ambición desmedida / es planta que no florece / 

en los huertos de la vida.


Necio es quien lucha y se abona / de su porvenir en pos: / gana hoy pan y deja a Dios / 

el cuidado de mañana. Vida serena y sencilla, / yo quiero abrazarte a ti, / 

que eres la sola semilla / que nos da flores aquí.


Conciencia tranquila y sana / es el tesoro que quiero; / nada pido y nada espero / 

para el día de mañana. Y así, se me da ese día / algo, aunque poco quizás, / 

siempre me parece más / de lo que yo pedía.


Ni voy de la gloria en pos, / ni torpe ambición me afana, / y al nacer cada mañana / 

tan sólo le pido a Dios casa limpia en que albergar, / pan tierno para comer, / 

un libro para leer y un Cristo para rezar; / que el que se esfuerza y se agita / 

nada encuentra que le llene, / y el que menos necesita / tiene más que el que más tiene.


Quiero gozar cuanto pueda, / y, con acierto y medida, / gastar moneda a moneda / 

el tesoro de mi vida más no quiero jamás / como el que amontona el oro / 

y no goza del tesoro / por acrecentarlo más.


Quiero gozar sin pasión / esperar sin ansiedad; sufrir con resignación / 

morir con tranquilidad; / que al llegar mi poster día, / quiero pensar y decir: /

 “Viví como viviría / si ahora volviera a vivir. Viví como peregrino, / 

que, olvidando los dolores, / pasó cogiendo las flores / 

de los lados del camino: cantando he dejado atrás / la vida que recorrí; /

pedí poco y tuve más / de lo poco que pedí; que si nadie me envidió / 

en el mundo necio y loco, / en ese mundo tramposo / he envidiado a nadie yo”.


Tras los honores no voy; / la vida es una tirana, / que llena de honores hoy / 

al que deshonra mañana.

No quiero honores de nombres; / vivo sin ambicionar, / 

que ese es honor que los hombres / no me lo pueden quitar.


He resuelto despreciar / toda ambición desmedida / y no pedirle a la vida / 

lo que no me puede dar. He resuelto no correr / tras un bien que no me calma; /

 llevo un tesoro en el alma / que no quiero perder, y lo guardo porque espero / 

que he morir confiado / en que se lo llevo entero / al Señor, que me lo ha dado.

domingo, 2 de enero de 2022



Repasar y difundir el Catecismo de la Doctrina Cristiana,
siguiendo el Año litúrgico. Del 2 al 8 enero 2022
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Tiempo litúrgico de la Navidad
        La octava de Navidad comprende también la celebración de las fiestas
de san Esteban promártir, san Juan apóstol y evangelista y los Santos Inocentes;
el domingo dentro de la octava se celebra la fiesta de la Sagrada Familia;
el 1 de enero, octava de Navidad, se conmemora la solemnidad de María,
Madre de Dios. El tiempo de Navidad incluye también dos solemnidades
del Señor: la Epifanía, celebrada el 6 de enero, y el Bautismo, conmemorado
el domingo posterior al 6 de enero, última fiesta del tiempo de Navidad.

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                            Ciclo C, año Par
Día 2. DOMINGO, II después de Navidad.
San Basilio y san Gregorio Nacianceno, obispos y doctores de la Iglesia, siglo IV
La Encarnación, nº 461-463

Día 3. lunes, Feria del Tiempo de Navidad.
Santísimo Nombre de Jesús
Verdadero Dios y Verdadero Hombre, nº 464-469


Día 4. martes, Feria del Tiempo de Navidad.
La humanidad del Hijo de Dios (I), nº 470

Día 5. miércoles, Feria del Tiempo de Navidad.
La humanidad del Hijo de Dios (II), nº 471-475

Día 6. jueves, Epifanía del Señor, solemnidad.
La manifestación como Mesías, nº 528

Día 7. viernes, Feria del Tiempo de Navidad.
San Raimundo de Peñafort, presbítero dominico, 1175-1275
El Bautismo de Cristo, nº 1223-1225

Día 8. sábado, Feria del Tiempo de Navidad.
El bautismo en la Iglesia, nº 1226-1228
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CELIBATO Y CASTIDAD, 2ª parte de Ascética meditada
Breve semblanza de Poncio Pilato
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