miércoles, 22 de septiembre de 2021

 

                                               HUMILDAD, 2ª parte y última 

“La  humildad, amigo mío nos lo enseñan los santos, es la verdad. ¡Qué gran motivo para aceptarla y vivirla! Noverim me! ¡Que yo me conozca, Señor!  Este conocimiento íntimo y sincero de nosotros mismos nos elevará de la mano hacia la santidad.

Déjame que te diga –pues me lo he dicho muchas  veces a mi mismo- que no eres nada: la existencia la has recibido de Dios, nada tienes que no hayas recibido de El; tus talentos, tus dones, de naturaleza y de gracia, son precisamente esto: dones; ¡no lo olvides!  Y la gracia es gracia y fruto de los méritos del Salvador.

Pero a esta nada que tú eres, amigo mío, tú has añadido el pecado, pues has abusado muchas veces de la gracia de Dios, por maldad o, por lo menos, por debilidad.

Y a estas dos realidades has añadido una tercera, más triste que las primeras, la de que siendo nada y pecado… has vivido de vanidad y de orgullo.

Nada…, pecado…, orgullo… ¡Qué fundamento tan seguro para nuestra humildad, para que ésta sea ciertamente humildad verdadera, humildad de corazón.

El soberbio y el incrédulo tienen algo más en común de cuanto parece. El incrédulo es un ciego que atraviesa el mundo y ve las cosas creadas, sin descubrir a Dios. El soberbio descubre y ve a Dios en la naturaleza, pero no logra descubrirlo y verlo en sí mismo.

Si descubres a Dios en ti mismo serás humilde y atribuirás a El todo lo que de bueno haya en ti: Quid habes quod non accepisti? ¿Qué tienes que no hayas recibido? No cerrarás neciamente los ojos sobre ninguna de las virtudes o de las cualidades que existen en tu alma, porque sabes que vienen de Dios y que un día El te pedirá cuenta de ellas. Te esforzarás para que den fruto: no sepultarás ninguno de tus talentos. Y conservando el mérito de las obras buenas, sabrás dar a Dios la gloria de ellas: Deo omnis gloria! ¡Para Dios toda la gloria! La vana complacencia no hallará sitio en tu alma humilde.

A través del camino abierto por la humildad la paz de Dios entrará en tu alma. Hay una promesa divina: Discite a Me quia mitis sum et humilis corde et invenietis requiem animabus vestris. Aprender de Mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis la paz para vuestras almas. Un corazón sincero y prudentemente humilde no se turba de nada. Estate seguro, amigo mío, de que, casi siempre, la causa de nuestras turbaciones y de nuestras inquietudes está en la preocupación excesiva por la propia estima o en el inquieto anhelo de la estimación de los demás.

El alma humilde pone la propia estimación y el deseo de la estimación ajena en las manos de Dios. Y sabe que allí estarán seguras.

Saca, pues, fuerza de la humildad para decir al Señor: si a Ti no sirven, tampoco yo sé qué hacer de ellas. Y en este generoso abandono hallarás la paz prometida a los humildes.

Que la humildad de María, hermano mío, nos sirva de consuelo y de modelo”. 

 (Ediciones Rialp, Colección Patmos nº 110, Salvador Canals, Ascética meditada, p. 66-68)

 

martes, 21 de septiembre de 2021

 

NUEVA  EVANGELIZACIÓN


         En la solemnidad de Jesucristo Rey del Universo, del 24 de noviembre del 2013, el Santo Padre Francisco, publicaba la Exhortación apostólica Evangelii gaudium, La alegría del Evangelio.
        La Conferencia Episcopal Española, en su reunión en el pasado mes de mayo, entre otros, han considerado la Nueva Evangelización, dotada de 74 proyectos, destinados a: Diócesis, Parroquias, Monasterios e Institutos religiosos, Comunidades cristianas.
          Acabo de ver en la prensa, una interesante aportación que después reseño –sería bueno que se fuesen saliendo a la luz propuestas similares-, iniciativa que ilustra y puede ser orientadora, en la permanente de la Gran Catequesis, que desde siempre ha imperado en la Iglesia.

      “En una conversación informal con un grupo de jóvenes profesionales que llevan apenas un par de años en su primer trabajo profesional, hice una pregunta que, de entrada, les desconcertó un poco. Aclaro que se trata de personas que desean vivir su fe, católica y apostólica en Cristo Nuestro Señor, en todas las circunstancias de su vida.Esta fue la pregunta: ¿Qué esperáis oír cuando os hablen en el ambiente de la Iglesia de “nueva evangelización”, y de la necesidad de vivirla con creatividad, con discernimiento, y en plena libertad en el diálogo con todos, creyente y no creyente?

     Se hizo entre ellos un rato de silencio; cruzaron miradas entre sí hasta que uno rompió el silencio.
“A mí me parece, que la Iglesia tiene que anunciar al mundo, a todo el mundo, en Evangelio, que Cristo es el “Camino, la Verdad y la Vida”, como el Señor indicó a los apóstoles; y que Cristo murió y resucitó para salvarnos, y abrir nuestro horizonte a la Vida Eterna”.

Otro tomó la palabra, y  subrayó: “Yo quiero que se nos hable con mucha claridad, y que se nos recuerde, insisto, con toda claridad, que Cristo es Dios y hombre verdadero; que nos ha dicho que el que le ama cumple sus mandamientos. Está bien que se nos hable de creatividad, de libertad, de discernimiento, etc., pero para vivir bien todo eso, necesitamos tener en la cabeza y en corazón, que Cristo es la Verdad”.

 Un tercero, quizá viendo la seriedad que iba tomando la conversación, comentó: “Perdonad; pero voy a hacer de Pilato: ¿Qué es la verdad? Mucha gente piensa que no existe la Verdad, y que cada uno se construye su propia verdad”.

Uno de los mayores del grupo levantó la mano, y con mucha paz dijo: “Me parece que en la Iglesia, y de manera muy particular, los sacerdotes, obispos, etc., nos tendrían que recordar mucho más a menudo las palabras que el  Cristo, respondió a Pilato” “Para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio de la verdad: todo el que es de la verdad escucha mi voz”.

    Es este momento, consideré oportuno intervenir yo también. En torno a la “nueva evangelización”  no se habla de encontrar nuevos caminos, nuevo modos y hasta nuevo lenguaje, a la vez que se insiste poco en que lo fundamental es afirmar siempre la misma Verdad: Cristo. Y que esta Verdad, no es una repetición del pasado, es la Verdad que dio Vida a la Iglesia desde hace 2 000 años, que nos da Vida a nosotros, y que dará Vida al mundo hasta el último día. Cristo es Dios, es Eterno, y tiene Palabras de vida eterna. Y tampoco se habla mucho de la Vida Eterna; de la muerte y del más allá de la muerte.     

    Después de un buen rato de conversación llegamos a un acuerdo sobre lo que el grupo esperaba de la “nueva evangelización”. En lo que todos estuvieron de acuerdo fue en la necesidad de revivir la Fe, la Esperanza y la Caridad que las veían muy débiles en muchos 
creyentes.

    Un poco siguiendo los pasos y el buen ejemplo de los primeros cristianos que no se preocuparon de pensar en un diálogo con otras religiones, ni en el cuidado de la tierra, ni en las condiciones sociales, etc. Todo eso vendría después. Ahora lo urgente era, y así lo dijeron: Que se nos anime a leer con más frecuencia el Evangelio, para conocer mejor la vida de Cristo, el amor de Cristo, el sufrimiento de Cristo, la resurrección de Cristo. Al conocerle, le amaremos más y le trataremos mejor y muy personalmente.

   Que se nos anime a conocer mejor nuestra Fe. Estudiar el Credo, conocer mejor la historia de la Iglesia. Sabían muy bien, por experiencia, que entre bautizados no es extraño encontrar jóvenes, y no tan jóvenes, que no saben de qué hablar al nombrar a la Santísima Trinidad.

  Que se nos recuerde con toda claridad los Mandamientos de la Ley de Dios. Desde el Primero al Décimo. En el entorno cultural que nos rodea, en el que “todo vale”, “yo me construyo a mí mismo”, “discierno y decido yo libremente qué es el bien y el mal”, necesitamos descubrir la riqueza divina y humana de los Mandamientos para que podamos amar a Dios sobre todas las cosas, y al prójimo como Cristo nos ha amado”.
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         Publicado por Religión Confidencial, el 20 de septiembre 2021, autor: Ernesto Juliá

domingo, 19 de septiembre de 2021


Repasar y difundir el Catecismo de la Iglesia Católica,
siguiendo el Año litúrgico. Del 19 al 25 de septiembre 2021
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La perfección cristiana es para todos
     Siguieron a Cristo los mártires, pero no solo ellos, hay en el jardín del Señor
no sólo rosas de los mártires, sino los lirios de las vírgenes, y la hiedra de los
casados, y las violetas de las viudas. Queridísimos, que nadie desespere de
su vocación: para todos ha muerto Cristo  
(San Agustín, Sermones 304, 2)
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Día 19. DOMINGO XXV DEL TIEMPO ORDINARIO. Ciclo B, año impar
San Jenaro, obispo y mártir, siglo III
La fecundidad del matrimonio, nº 2366-2372

Día 20. Lunes. Santos Andrés Kim Taegon, presbítero, Pablo Chong Hasang, y
Compañeros mártires, siglo XIX
El don del hijo, nº 2373-2379

Día 21. Martes. San Mateo, apóstol y evangelista, siglo I
El Espíritu Santo, intérprete de la Escritura, nº 109-114

Día 22. Miércoles de la semana XXV del Tiempo Ordinario.
San Mauricio, mártir, siglo III
El adulterio y el divorcio, nº 2380-2386

Día 23. Jueves. San Pío de Pietrelcina, presbítero capuchino, 1887-1968
Otras ofensas a la dignidad del matrimonio, nº 2387-2391

Día 24. Viernes de la semana XXV del Tiempo Ordinario.
Bienaventurada Virgen María de la Merced
El respeto de los bienes ajenos, nº 2407-2414

Día 25. Sábado de la semana XXV del Tiempo Ordinario.
San Cleofás, discípulo del Señor
El respeto de la integridad de la creación, nº 2415-2418
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viernes, 17 de septiembre de 2021

 

HUMILDAD, 1ª parte

Derribó el solio a los poderosos, y ensalzó a los humildes (Evangelio san Lucas, 1, 52)

Muchas veces he pensado y ahora aprovecho la ocasión para decirlo por escrito, que la virtud de la humildad se resiente del valor del nombre que lleva y de las realidades que encierra.

Ninguna otra virtud es, en efecto, tan menospreciada y tan poco y mal conocida, tan  ignorada y tan deformada, como esta virtud cristiana. La virtud de la humildad es una virtud humillada.

Y no sé si le  hace más daño el olvido en que la deja el mundo, las burlas y el escarnio con que muchos la acogen, o la falsía y la poca elegancia con que algunos la presentan.

Me parece, amigo mío, que es verdaderamente necesario que nosotros los cristianos conozcamos mejor esta virtud y sintamos profundamente su importancia; que luchemos por conquistarla y por vivirla rectamente, para presentarla de este modo con su verdadera fisonomía a los ojos de un mundo enfermo de vanidad y de soberbia. A este apostolado del buen ejemplo, tan eficaz y olvidado, debemos tú y yo sentirnos invitados por Jesucristo, cuando dice: Discite a Me quia mitis sum et humilis corde, aprender de Mi que soy manso y humilde de corazón. Humildes de corazón: así nos quiere el Señor, con aquella humildad que nace del corazón y da fruto en obras. Porque la otra humildad, que nace y muere en los labios, es falsa; es una caricatura. Palabras, actitudes, modos, no pueden por sí solos crear una virtud; pero sí deformarla.

La inteligencia debe abrirnos el camino del corazón y ayudarnos a depositar allí, con efecto, la buena semilla de la verdadera humildad, que, con el tiempo y la gracia de Dios, echará raíces profundas y dará sabrosos frutos.

La humildad verdadera, amigo mío, empieza en el punto luminoso en que la inteligencia descubre y admite, con la fuera necesaria para que el corazón pueda amarla, esa virtud fundamental, simple y profunda, del sine Me nihil potestis facere, sin Mí no podéis hacer nada.

Debemos aprender a partir, con nuestras manos soberbias, el pan blanco de la verdad evangélica y distribuirlo ante nuestros ojos ofuscados, que tienen en tan gran estima nuestro “yo” y nuestras cualidades.

¡Escúchame!  Todos nuestros esfuerzos para llegar a ser mejores y para crecer en el amor de Jesús y en la práctica de las virtudes evangélicas, serán vanos si su gracia no nos ayuda: nisi Dominus aedificaverit eam, si el Señor no edifica su casa, en vano se cansan quienes la construyen.

La más atenta y constante vigilancia es también perfectamente inútil sin la custodia fuerte y amorosa de su gracia: nisi Dominus custodierit civitatem, in vanum vigilat custos, si el Señor no custodia la ciudad, es inútil la vigilancia del centinela.

Nada pueden así nuestras palabras y nuestras acciones, cuando pretendemos servirnos de ellas para hacer bien a las almas. Nuestro apostolado y nuestra fatiga, sin el agua pura de su gracia, son una agitación estéril: neque qui plantat est aliquid, neque qui rigat, sea qui incrementum dat, Deus, no cuenta el que planta o el que riega, sino Dios Nuestro Señor, que da el incremento.

Pero esta gracia que nos es necesaria para mejorar en la virtud, para resistir a las tentaciones y para que nuestro apostolado sea fecundo, el Señor le concede a los que son humildes de corazón: Deus superbis resistit humilibus auten dat gratiam, Dios resiste a los soberbios y da su gracia a los humildes.

El Señor, que con suma bondad y con vigilancia llena de delicadeza, distribuye copiosamente su gracia, no se sirve de los soberbios para llevar a cabo sus designios: teme que se condenen”.

                                                        (Salvador Canals, Ascética meditada, p. 63-66)

jueves, 16 de septiembre de 2021

 

                                      MARGINADAS : LA FAMILIA, LA AMISTAD

   Hoy que poco se habla de la familia, de la amistad –también otras- , ni se comenta, tampoco se escribe en la prensa; ausente en las tertulias, en las conferencias, escuelas de verano y seminarios de universidades e instituciones;  temas tan importantes, que forman parte de nuestro modo de vivir: la familia, la amistad y lo que éstas llevan consigo. De lo que no se habla ni se escribe,  también de lo que por ideología y conveniencia se silencia y margina, se olvida, como si no existiesen.  Falta de formación de los medios, cobardía, egoísmo, sí en cambio, mucho de: voluntarismo, sentimentalismo, feminismo, y todos los “ismos” que evidentemente no ayudan, tampoco forman y empobrece la sociedad. Con el tiempo, para muchos, sobre todo, nuevas generaciones, quedan suplantadas por temas de menor rango y en algunos casos, las consideran como vivencias del pasado: Edad Media o cualquiera sabe. Algunos se empeñan en que seamos robot y no utilicemos la cabeza y el corazón.

   Buen ejemplo de EE.UU. no olvida y mira al futuro, poniendo gran empeño, con amor y sentido, de que las nuevas generaciones, conozcan y actualicen el atentando que sufrió el pueblo americano  hace veinte años. Se les recuerda y figura en los planes de enseñanza, una sociedad motivada, que les une, también con el pasado y en el amor a la Patria.


 La familia es la “célula original de la vida social”. Es la sociedad natural en que el hombre y la mujer son llamados al don de sí en el amor y en el don de la vida. La autoridad, la estabilidad y la vida de relación en el seno de la familia constituyen los fundamentos de la libertad, de la seguridad, de la fraternidad en el seno de la sociedad. La familia es la comunidad en la que, desde la infancia, se pueden aprender los valores morales, se comienza a honrar  a Dios y a usar bien 
de la libertad. La vida familiar es iniciación a la vida en sociedad"
                                                                               (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 2207, 2ª edición)

No todo amor tiene razón de amistad, sino el amor que entraña benevolencia, es decir, cuando de tal manera amamos a alguien que queremos para él el bien […] Es preciso también que el amor sea mutuo, pues el amigo es amigo para el amigo. Esta correspondida benevolencia se funda en alguna comunicación”        (Santo Tomás, Suma Teológica, 22, q.23, a.1) 

Sófocles: “El que es bueno en la familia es también buen ciudadano”

Benjamín Franklin: “La paz y la armonía constituyen la mayor riqueza de la familia” 

Confucio: “Un casa será fuerte e indestructible cuando está sostenida por estas cuatro columnas: padre valiente, madre prudente, hijo obediente y hermano complaciente”

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Evangelio de san Juan 15,14: “Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que os mando” 

San Lucas, Evangelio 7,34: Jesucristo “amigo de publicanos y pecadores”

Aristóteles: “La amistad es un alma que habita en dos cuerpos, un corazón que habita en dos almas” 

Richard Bach: “Nuestra amistad no depende de cosas como el espacio y el tiempo” 

Cicerón: “Vivir sin amigos no es vivir”

San Josemaría de Escrivá: “La amistad verdadera supone también un esfuerzo cordial por comprender las convicciones de nuestros amigos, aunque no lleguemos a compartirlas, ni aceptarlas”

            Tanto en la familia como en la amistad, se sufre y se dan esporádicamente sinsabores    –dónde no-, sea un creyente, agnóstico, ateo. Sin embargo, cuando se vive con fe y amistad con Jesucristo (no es algo sino alguien, persona), cambia el panorama y las dificultades o pequeños desencuentros se superar por elevación. frase que oí: Aprender a comprender, aprender a amar.

 

 

 

domingo, 12 de septiembre de 2021

 

Repasar y difundir el Catecismo de la Iglesia Católica,
siguiendo el Año litúrgico. Del 12 al 18 de septiembre 2021
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La Iglesia y la política

    La compleja relación entre fe y política sigue diferentes modelos en los países 
occidentales, pero el principio subyacente es claro: ni el fundamentalismo (en el que las autoridades religiosas se apoderan del poder del Estado) ni el laicismo (que declara la 
esfera pública “espacio libre” de religión, y prohíbe su presencia) ofrecen un modelo que beneficia al hombre y a la sociedad. (Austen Ivereigh y Yago de la Cierva, Cómo defender la fe, 4ª edición, p. 43)
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Día 12. DOMINGO XIV DEL TIEMPO ORDINARIO. Ciclo B, año impar
Dulce Nombre de María
El Día del Señor, nº 2174-2179

Día 13. Lunes. San Juan Crisóstomo, obispo y doctor de la Iglesia, siglo V.
El Cuarto Mandamiento, nº 2197-2200

Día 14. Martes. EXALTACIÓN DE LA SANTA CRUZ, fiesta.
“Salve, oh cruz, única esperanza”, nº 615-618

Día 15. Miércoles. Bienaventurada Virgen María de los Dolores.
El respeto de la vida humana, nº 2258-2262


Día 16, Jueves. Santos Cornelio, papa, y Cipriano, obispo, mártires, siglo III.
“Hombre y mujer los creó”, nº 2331-2336

Día 17. Viernes de la semana XIV del Tiempo Ordinario.
San Roberto Belarmino, obispo y doctor de la Iglesia, 1542-1621
La vocación a la castidad, nº 2337-2347

Día 18. Sábado de la semana XIV del Tiempo Ordinario
Santa Adriana de Prymnesso, mártir, siglo I
El amor de los esposos, nº 2360-2365
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lunes, 6 de septiembre de 2021

 

HISTORIA  DEL  OPUS  DEI


Ediciones Rialp, acaba de publicar el libro HISTORIA DEL OPUS DEI, dos prestigiosos autores: 
José Luis González Gullón y John F. Coverdale. Contiene Índice de nombres, 54 páginas de 
notas muy documentadas, 27 fotografías, 700 páginas totales, formato del libro: 17 x 25 cm. 
tapa dura y sobrecubierta.

“El  objeto histórico de esta monografía es el análisis de la expansión del mensaje del Opus Dei en la Iglesia y en la sociedad a través de la institución y de las personas que pertenecen a ella o que participan de sus apostolados. Aplicamos una metodología histórica que tiene en cuenta aspectos complejos: el saldo de una realidad que nace en la España de los años veinte del pasado siglo, y que reúne a un grupo pequeño de miembros, a la presencia en todos los continentes con 93 000 integrantes y 175 000 cooperadores; el origen carismático, con unos elementos esenciales, algunos constitutivos y otros accidentales; la necesidad de acudir a explicaciones y razonamientos de carácter teológico y jurídico.

 Entre las características específicas del espíritu del Opus Dei, glosamos algunas que aparecerán a lo largo del libro: el hecho de que los fieles de la Obra sean cristianos normales, la relación entre la actividad personal y la corporativa, la unidad y variedad de sus miembros; el sacerdocio y el laicado, los hombres y mujeres.

 El Opus Dei presenta una componente institucional que ocupa buena parte de nuestra investigación. Haremos referencia a datos demográficos y las estadísticas, las formas de gobierno central, regional y local, la explicación colectiva del mensaje de la Obra, las actividades corporativas, la unidad orgánica de sus miembros dentro de una precisa estructura jerárquica eclesial, y la urdimbre formativa y evangelizadora que inspira la mentalidad y la actuación de decenas de miles de hombres y mujeres.

 El Opus Dei está organizado en dos secciones: una de hombres y otra de mujeres. Las dos están unidas en la cabeza, es decir, en el prelado del Opus Dei y sus vicarios en las distintas circunscripciones. En cambio, están separadas en el régimen de gobierno, en las actividades colectivas –por ejemplo, la formación espiritual de las personas, también de las casadas- y en la gestión económica. Esta configuración hace necesario el estudio simultáneo de la acción de las personas de una y otra sección en cada lugar y tiempo, de modo que se dé el espacio necesario a cada una, de acuerdo con sus características comunes y peculiares.

 Los aspectos espirituales del mensaje del Opus Dei –es el caso de la conciencia de la filiación divina, la santificación del trabajo, la unidad de vida del cristiano, el matrimonio como vocación humana y divina y el espíritu de servicio- se han ido desarrollando a lo largo de la historia de la Obra, tanto en su comprensión como en una explicación y puesta en práctica.

 Nuestra monografía está estructurada en seis grandes apartados cronológicos: cuatro dedicados a la etapa fundacional y dos a los años en lo que Del Portillo y Echevarría gobernaron en el Opus Dei, más un breve epílogo para el último lustro”. (De la Introducción) 

I,     FUNDACIÓN Y PRIMEROS AÑOS (1928-1939)

II,   APROBACIONES Y EXPANSIÓN INICIAL (1939-1950)

III,  EN LOS CINCO CONTINENTES (1950-1962)

IV,  CONSOLIDACIÓN (1962-1975)

V,   LA SUCESIÓN DEL FUNDADOR (1975.1994)

VI,  LA TERCERA GENERACIÓN (1994-2016)

 

domingo, 5 de septiembre de 2021


Repasar y difundir el Catecismo de la Iglesia Católica,
siguiendo el Año litúrgico. Del 5 al 11 de septiembre 2021
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La virtud de la Caridad
    La caridad es la virtud teologal por la cual amamos a Dios sobre todas las cosas
por El mismo y a nuestro prójimo como a nosotros mismos por amor de Dios.
Jesús hace de la caridad el mandamiento nuevo
(cf san Juan, 13,34)
                                                 (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 1822-23)
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Día 5. DOMINGO XXIII DEL TIEMPO ORDINARIO. Ciclo B, año impar
Santa Teresa de Calcuta, fundadora Congregación Misioneras de la Caridad, siglo XX
Igualdad y diferencias entre los hombres, nº 1934-1938

Día 6. Lunes de la semana XXIII del Tiempo Ordinario.
San Zacarías, siglo I
La solidaridad humana, nº 1939-1942

Día 7. Martes de la semana XXIII del Tiempo Ordinario.
Santa Regina, mártir, siglo II
La ley moral, nº 1950-1953

Día 8. Miércoles. Natividad de la Bienaventurada Virgen María, fiesta.
En comunión con la Santa Madre de Dios, nº 2673-2679

Día 9. Jueves de la semana XXIII del Tiempo Ordinario.
San Pedro Claver, presbítero jesuita, 1580-1654
Los Diez Mandamientos, nº 2052-2055

Día 10.Viernes de la semana XXIII del Tiempo Ordinario.
San Nemesio, mártir, siglo III
“Adorarás al Señor tu Dios, y le servirás”, nº 2084-2094

Día 11.Sábado de la semana XXIII del Tiempo Ordinario.
San Juan Gabriel Perboyre, presbítero, mártir, siglo XIX
El nombre del Señor es Santo, nº 2142-2149
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jueves, 2 de septiembre de 2021


VIDAS EJEMPLARES: San Ambrosio (10)
Uno de los grandes Padres de la Iglesia en Occidente en el siglo IV

“Nace en Tréveris y muere en Milán en el año 397. Obispo de Milán. Uno de los grandes Padres de la Iglesia en Occidente. Su padre era prefecto de Tréveris. Trasladada la familia a Roma, su formación se encamina hacia la policía: en 370 es gobernador de Liguria y Emilia, con sede en Milán. La ciudad está dividida en dos facciones: católicos nicenos y arrianos. El prestigio de Ambrosio es tal, que, sin estar todavía bautizado, es elegido obispo por ambos bandos. Una vez bautizado, es consagrado obispo ocho días después, el 7 de diciembre 374 (fecha en que la Iglesia celebra su festividad). Recibe una excelente formación eclesiástica de boca del presbítero Simplicio, que le sucede en la sede episcopal. La labor incansable que realiza dentro de su diócesis repercute en todo el Imperio. Una gran capacidad de trabajo le permite dedicarse a la predicación y a la Teología. Uno de sus frutos es la conversión de S. Agustín, al defender la fe contra paganos y arrianos. Amonesta al emperador Teodosio I a raíz de una durísima represión de una revuelta en Salónica, y le hace sujetarse a la doctrina de la Iglesia.

Se enfrenta a Valentino II, quien pretende entregar varias iglesias a los arrianos. Sus restos reposan en la catedral de Milán. Aporta a la Teología la doctrina sobre la Creación, desterrando definitivamente las teorías platónicas. Enriquece la interpretación de las Escrituras, devolviendo al Antiguo Testamento su sentido alegórico cristiano. Son importantes también sus tratados sobre la virginidad y la liturgia. Se puede afirmar que desde los tiempos de Ambrosio el Imperio es definitivamente cristiano.

Obra exegética. En diversos libros comenta Ambrosio casi todo el Génesis. De tales comentarios el más importante es el Hexaemeron (los seis días de la creación en seis respectivos libros, presenta un grandioso retablo en el cual los conocimientos profanos de su tiempo están armoniosamente enlazados con la doctrina bíblica y cristiana) que desarrolla una verdadera teología de la creación en torno a Gen 1. Contrapone la doctrina cristiana de la creación a las de la filosofía griega, tan dispares

Su influencia es decisiva en la espiritualidad y en la liturgia de occidente. Sus cartas y discursos tienen gran interés para el conocimiento de la historia de su siglo. Tres de sus obras principales defiende y exponen la divinidad de Jesucristo y del Espíritu Santo. Los primeros himnos litúrgicos de la Iglesia latina son suyos. Ambrosio introduce el canto antifónico de los Salmos. La vida de Ambrosio, del diácono Paulino, que le conoce personalmente y recoge testimonios de su hermana Marcelina, es la principal fuente de conocimiento sobre su vida”.
                                                                Ediciones Rialp, Biografías, 5º edición, p. 42 / 79)

“Obispo de Milán en el siglo IV. Doctor de la Iglesia. San Ambrosio introdujo en el ambiente latino la meditación de las Escrituras iniciada por Orígenes, impulsando en Occidente la práctica de la lectio divina. La predicación y los escritos de san Ambrosio surgen precisamente de la escucha orante de la Palabra de Dios.

El método de la catequesis de san Ambrosio: La Escritura misma, íntimamente asimilada, sugiere los contenidos que hay que anunciar para llevar a los corazones a la conversión. Al igual que el apóstol san Juan, el obispo san Ambrosio, nunca se cansaba de repetir: “Omnia Christus est nobisCristo lo es todo para nosotros, es un auténtico testigo del Señor. Con sus misma palabras, llenas de amor a Jesús: Si quieres curar una herida, él es el médico; si estás ardiendo de fiebre, él es la fuente; si estás oprimido por lo injusticia, él es la justicia; si tienes necesidad de ayuda, él es la fuerza, si tienes miedo a la 
muerte, él es la vida; si deseas el cielo, él es el camino; si estás en las tinieblas, él es la luz. […]
Gustad y ved qué bueno es el Señor. Bienaventurado el hombre que espera en él 
(De virginitate 16, 99)”
                                  (Benedicto XVI, Grandes maestros de la Iglesia de los primeros siglos, p. 201)