domingo, 28 de abril de 2024

Repasar y difundir el Catecismo de la Iglesia Católica,
siguiendo el Año litúrgico, del 28 de abril al 4 de mayo 2024
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 “Buscad a Jesús esforzándoos en conseguir una fe personal profunda que 
informe y oriente toda vuestra vida; pero sobre todo que sea vuestro compromiso 
y vuestro programa amar a Jesús, con un amor sincero, auténtico y personal”.
                                                    (Juan Pablo II, Discurso a los estudiantes, México, 30.1.1979)
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                      ciclo B – año par
Día 28. V DOMINGO DE PASCUA.
Catecismo, El consentimiento matrimonial, n. 1625-1632

Día 29. lunes, Santa Catalina de Siena, virgen y doctora de la Iglesia, s.
Cat. Los efectos del sacramento del Matrimonio, n. 1638-1642

Día 30. martes de la V semana de Pascua, feria
San Pío V, papa, siglo XVI
Cat. Los bienes y exigencias del amor conyugal, n. 1643-1651

Día 01. miércoles de la IV semana de Pascua, feria
San José Obrero
Cat. La apertura a la fecundidad, n. 1652-1654

Día 02. jueves, San Atanasio, obispo y doctor de la Iglesia, 295-373
Cat. La Iglesia doméstica, n. 1655-1658

Día 03. viernes, Santos Felipe y Santiago, apóstoles, fiesta, siglo I
Cat. El sacramento de la Confirmación, n. 1285-1289

Día 04. sábado de la V semana de Pascua
San Antonio Pierozzi de Florencia, dominico sacerdote, 1389-1459
Cat. Los signos y el rito de la Confirmación, n. 1293-1296
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-El Despierta y combate: 11. ¿Quiénes son los bárbaros? capítulo n.7
-HISTORIA DE PALESTINA
   La llanura del Sarón. Lugares históricos, relato n. 24/2
-Preparación santa Misa: El día sagrado y la hora santa, capítulo, 12/2
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jueves, 25 de abril de 2024

PREPARACIÓN PARA LA CELEBLACIÓN
DE LA SANTA MISA: El día sagrado y la hora santa
Romano Guardiani, capítulo 12 /2.

       Nos hemos preguntado en que consiste el tiempo sagrado. La respuesta es que Dios de ha introducido en el tiempo, ha vivido en él, ha obrado y cumplido un destino. Todo esto se resume en el día de Pascua y en la reiteración del día de Pascua al comenzar cada semana y a lo largo de todo el año. Pero ciertamente en el misterio mismo de la Misa, el destino de Dios entre los hombres, encuentra una vez más una expresión temporal.

      Este destino divino se ha realizado en el tiempo, pero la acción y el destino de Dios han tenido su origen en la voluntad eterna. Esto aconteció una sola vez para siempre, razón por la cual allí, en tanto acontecimiento terrenal, ha tenido su comienzo y su fin. Pero, al mismo tiempo, esta voluntad divina permanece realmente invariable en el ámbito de la eternidad, donde Cristo está con su destino delante el Padre. Sin embargo, antes de morir, ha querido que su designio redentor sea conmemorado en forma interrumpida. Es por eso que en la Última Cena Jesús les entregó a los suyos el pan de su Cuerpo y el vino de su Sangre, diciéndoles: “Hagan esto en conmemoración mía”. En consecuencia, los enviados por el Señor, para ejecutar este mandato en todo el universo, actualizan lo que ocurrió en aquel entonces. Este memorial que se consuma aquí no es solamente un recuerdo del pensamiento y del corazón, sino que también resurge lo que es rememorado por ellos. Por medio de la consagración, la verdadera gracia divina, presente en el ámbito de la eternidad, se introduce en forma incesante en el tiempo.

      En tanto que el Dios eterno existe en nuestra dimensión temporal, según el tiempo santo en sentido específico. Éste fue, en primer lugar, aquél que transcurrió entre el anuncio del ángel Gabriel y la Ascensión del Señor. En este lapso, el Hijo de Dios encarnado estuvo entre nosotros: vivió, obró y realizó su destino, en ese tiempo y en ningún otro. En ese entonces, Dios se hizo realmente hombre, en aquel año del reinado de César Augusto, y murió realmente en ese año “bajo Poncio Pilatos”. Ni antes ni después, El Logos eterno hecho hombre ha existido en esos años. Esto se actualiza en la celebración de la santa Misa. Cristo se introduce en medio de la comunidad reunida y está corporalmente vivo y presente en ella, cada vez que el sacerdote, a partir del poder que el Señor le ha concedido, repite las palabras sobre el pan y el vino, y permanece allí hasta el momento de la comunión. De nuevo tenemos un tiempo determinado, con principio y fin; un lapso breve, en el que, en sentido estricto, se produce el “tránsito del Señor”.

      Ser consciente de este carácter temporal -de su comienzo, de su transcurso y de su fin- es esencial para la correcta celebración de la misa. Se trata de un tiempo breve, pero que está impregnado totalmente de eternidad. Esto es algo que se diluye fácilmente por la costumbre de exponer el Santísimo durante la santa Misa -prohibida después de la reforma litúrgica del Vaticano II-. Esta costumbre se origina en el deseo de los fieles de tener lo más cerca posible al Señor en el misterio de la Eucaristía y mantenerlo en medio de ellos. En esto hay algo muy vital, e incluso muchas veces la Iglesia ha cedido a ese deseo. Pero se puede apreciar, justamente, que cualquiera se da cuenta de que esto no se efectúa sin restricciones. La exposición del Santísimo, durante la misa, suprime muy fácilmente la conciencia del tiempo santo. Que la hostia permanezca sobre el altar en forma ininterrumpida como su fuera una estrella, encubre el acontecimiento del” tránsito”, a través del cual Dios se hace presente, permanece y vuelve a marcharse.

      Es muy importante experimentar esta transitoriedad, es decir, el momento sagrado que proviene de la eternidad. Nos absorbe en sí y, en virtud de su permanencia, está con nosotros en forma diferente de la acostumbrada: en seguida nos hace salir nuevamente a la caducidad de la existencia cotidiana. Pero si hemos experimentado realmente esa transitoriedad, somos depositarios de la semilla de eternidad que proviene de la Resurrección del Señor, y nuestra vida en el mundo perecedero se transforma totalmente.

            (Romano Guardini, Celebración de la Santa Misa / El altar como umbral capítulo 12/2, p. 51-52)

 

miércoles, 24 de abril de 2024

DESPIERTA Y COMBATE A LOS BÁRBAROS
QUE ARRUINAN TU VIDA
11. ¿Quiénes son los bárbaros?
“Ignorar el mal es convertirse en cómplice de él” Martin Luther King

      No son Hermanitas de la Caridad que velan nuestro bienestar. No. Son arquitectos de la maldad que quieren poner patas arriba al mundo, invitándonos a experimentar un nuevo Paraíso que no es más que otro infierno en la tierra. La utopía de los bárbaros es trastocar el orden natural de las cosas para crear un nuevo estilo de vida que sólo nos traerá más esclavitud. El envoltorio de su mercancía ideológica es sugestiva y atrayente, pero es pura mentira. Provoca víctimas, sobre todo entre los más jóvenes.

      Los bárbaros no se presentan como hombres rudos y violentos, capaces de destrozar todo lo que aparece a su paso. No… Son sutiles, aparentes y sagaces. Viven dentro de nuestras fronteras y no se les consideran una amenaza para mantener nuestra forma de vida, aunque son profetas de la mentira.

     Los bárbaros necesitan crear las condiciones para que los ciudadanos se conviertan en semi-esclavos. Los bárbaros-globalitarios sacarán un buen rédito económico al tener una población con necesidades de consumo y poca capacidad de ponerse límites, mientras que los bárbaros de la izquierda revolucionaria contarán con una población sumisa y distraída, ideal para deconstruir la sociedad de arriba abajo, y poder crear a un “hombre nuevo” que encarne las aspiraciones de un nuevo Edén en la tierra.

      La alianza de estos dos tipos de bárbaros tiene una hoja de ruta común: dividir, fragmentar, trocear, quebrar, romper… sólo de esta manera podrán conseguir sus objetivos.

      Necesitan romper naciones y fragmentarlas en pequeños Estados para poderlas controlar mejor. Precisan dividir las sociedades y enfrentarlas para pescar abundantemente en río revuelto. Requieren comunidades humanas con escasos vínculos para, aislando a las personas, dominarlas con facilidad.

      Quieren individuos cada vez más frágiles, subordinados y con adicciones. Para ello impulsan el desmantelamiento de la familia, favoreciendo su desestructuración y división. Crean dudas de identidad desde la más tierna infancia para incrementar los sujetos que tendrán problemas a lo largo de su existencia. Empujan una lucha de sexos para crear desconfianza entre hombres y mujeres. Otra lucha entre razas señalando siempre a los blancos como verdugos. Extensión de una paga universal para crear dependientes económicos de por vida… En fin: enfrentar y fomentar el odio entre iguales para fabricar una sociedad dividida, cuyos hombres y mujeres estén asilados entre sí, y no puedan rebelarse ante un Poder que impone una nueva manera de vivir.

                (autor Álex Rosal, LIBROSLIBRES, con el título que encabeza, capítulo 7, p. 34-35)

 

martes, 23 de abril de 2024

HISTORIA DE PALESTINA
La llanura del Sarón. Lugares históricos
Relato n. 24/2, continúa

   El año 6.D., destituido Arquelao, Cesarea se transforma en residencia de los prefectos o procuradores que administran los territorios de Judea.

      Evangelizada por Felipe, fue la puerta del evangelio a la gentilidad con la presencia de Pedro, y será el lugar del proceso de Pablo hasta su viaje a Roma, (años 58-60).

      El año 66, por enfrentamientos entre judíos y griegos, comienza la revuelta judía, que conducirá al desastre del año 70. Vespasiano, enviado a sofocarla con la X Legión Fretense, es proclamado emperador en ella, dándole el título de Colonia Prima Flavia Augusta Cesarea. En la segunda rebelión judía (132-135), la de Bar-Kikhba, el Rabí Akiva fue torturado y martirizado en esta ciudad.

      Desde antiguo la primitiva iglesia di rango episcopal a Cesarea. En año 195 se celebra aquí un concilio que determina que la Pascua cristiana se celebre siempre en domingo. Orígenes traslada a ella su escuela bíblica, desde Alejandría, por discrepancias con su obispo Demetrio. Ordenado sacerdote en 250, compone aquí la primera versión políglota de la Sagrada Escritura, llamada Éxaplas. Y el primer historiador de la Iglesia, Eusebio de Cesarea, ocupa la sede episcopal de esta ciudad, del 313 al 340. Sus obras principales son el Onomasticón (geografía de Palestina) y la Historia Eclesiástica.

 El Tempo de Augusto ha sido llamado durante la XIII campaña arqueológica que llevan a cabo las universidades de Haifa y Maryland conjuntamente. Con él se había propuesto Herodes probar au fidelidad el emperador Augusto. Lo construye sobre los cimientos de un antiguo templo fenicio del s. III, al que accede una magnífica escalinata a la manera de la del tempo de Jerusalén. El edificio alcanzaba 30 metros de altura, lo que le hacía visible a varios kilómetros a la redonda.

 El Teatro Romano. Descubierto entre 1959-64, junto al Mediterráneo, data del siglo II d.C., aunque levantado de nuevo sobre el herodiano, con una capacidad para seis mil espectadores. En él se podían representar naumaquias, llevando previamente de agua la escena. La restauración del templo ha sido completa, que permite representaciones y conciertos de índole moderna. En su estreno, actuó con pleno éxito la crítica y público el violoncelista español Pablo Casals.

      Entre los numerosos fragmentos de mármoles encontrados en sus ruinas, figura uno de singular importancia para la historia bíblica, que tiene la siguiente inscripción: “Tiberio: Poncio Pilato, prefecto de Judea”; y, asimismo, una figura del Buen Pastor indica el paso del cristianismo.

 El Acueducto. Traía las aguas del monte Carmelo a la ciudad. Junto a la playa se conservan unos doscientos metros de sus arcos, adosados a los de un segundo acueducto de ensanche. El mar ha destruido la parte final del mismo, al igual que sumergió el puerto herodiano, del que estudios recientes muestran los ingeniosos artificios de su construcción.

        (Teodoro López, Carlos Sáez, Ángel Martín, Peregrinación a Tierra Santa, p. 54.55, relato n. 24/2)

domingo, 21 de abril de 2024

Repasar y difundir el Catecismo de la Iglesia Católica,
siguiendo el Año litúrgico, del 21 al 27 de abril 2024
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 Naturalidad cristiana, coherencia: razón, sentido, sensatez
“En sus actuaciones públicas, los cristianos deben inspirarse en los
criterios y objetivos evangélicos vividos e interpretados en la Iglesia”.

                             (Conferencia Episcopal Española, Testigos de Dios vivo, 28.6.1985)
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                   ciclo B – año par
Día 21. IV DOMINGO DE PASCUA.
San Anselmo, obispo y doctor de la Iglesia, siglo XII
Catecismo, El Sacramento del Orden, n. 1536-1538

Día 22. lunes de la IV semana de Pascua, feria
Santa Oportuna, abadesa, siglos VIII-IX
Cat. El sacerdocio de la Antigua Alianza, n. 1539-1543

Día 23. martes de la IV semana de Pascua, feria
San Jorge, mártir, siglo IV
Cat. In persona Christi Capitis..., n. 1548-1553

Día 24. miércoles de la IV semana de Pascua, feria
San Fidel de Sigmaringen, sacerdote y mártir, siglo XVII
Cat. El matrimonio en el plan de Dios, n. 1601-1605


Día 25. jueves, San Marcos, evangelista, siglo I, fiesta
Cat. Inspiración y verdad de la sagrada Escritura, n. 105-108

Día 26. viernes, San Isidoro, obispo y doctor de la Iglesia, siglos VI-VII
Cat. El depósito de la fe confiado a toda la Iglesia, n. 84-87

Día 27. sábado de la IV semana de Pascua
Nuestra Señora de Montserrat
Cat. El matrimonio en el Señor, 1612-1617
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-HISTORIA DE PALESTINA
La llanura del Sarón. Lugares históricos, relato n. 23/1
-Preparación santa Misa: El día sagrado y la hora santa, capítulo, 12/1
-El Despierta y combate: 10, Cuando el mal se confunde con el bien
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jueves, 18 de abril de 2024

    HISTORIA DE PALESTINA
La llanura del Sarón. Lugares históricos
Relato n. 23/1, continúa

 Atlit. Toma su nombre de las ruinas del castillo cruzado, conocido como “Castillo de los peregrinos”. En sus inmediaciones termina el pequeño valle del Sarón y comienza otro más amplio, del mismo nombre, hasta Jafa. No faltan quienes identifican Atlit como la ciudad levítica Zabulón, Carta (Jos 21, 34)

      De su puerto, después de la caída definitiva de Acre, Sidón y Beirut, salió en 1291 la última expedición de caballeros cruzados de vuelta a Europa.

      Los ingleses la utilizaron para confinar en ella a los inmigrantes “ilegales judíos”, al igual que Israel dispone de una cárcel para “terroristas palestinos”.

      Las excavaciones descubren asentamientos de los primeros tiempos de los israelitas y fenicios. En sus proximidades, sumergido en el mar, se ha localizado un poblado prehistórico que disponía de un pozo de 50 m. perforado hace unos 8.000 años. El pueblo pertenece al neolítico reciente y alcanza una extensión de 40 hectáreas. Sus 40 familias se dedican a la pesca, la caza y la agricultura. Han aparecido semillas de trigo bien conservadas y 25 esqueletos. Al poblado lo fue cubriendo un lecho de fina arena. En su tiempo, dictaba unos 400 m. del mar, a unos dos km. de la costa actual.

 Dor. Para los árabes Tantura. Antigua ciudad cananea, corresponde a una de las 31 ciudades-reinos distribuidos por Josué (Jos 12,23), y que Salomón constituyó en una prefectura para atender al templo de Jerusalén (IR 4,11). Fue regida por su hijo político Ben Aminadar, esposo de la princesa Taphat (IR 4,11). Desde la conquista asiria, pasó a depender de Fenicia, como ciudad fronteriza con Judea.

      Se conserva ruinas del anfiteatro romano e iglesias bizantinas. Últimamente se ha encontrado una instalación industrial para la extracción de púrpura, del período persa. La abundancia de restos de conchas que llena sus riberas, confirma que llegó a ser el centro más importante de la industria de la púrpura. Desde los fenicios hasta la conquista musulmana constituía una fuente de capital de la economía del mediterráneo oriental. Para la obtención de un gramo de tintura se necesitaban 12.000 moluscos, lo que hacía prohibitivo su precio. Un kilogramo de púrpura equivalía a 15 de oro. Esto explica la excelencia del velo del Santuario, que se elaboraba con tres colores de púrpura, violeta, escarlata y carmesí (Ex 26,31), la riqueza del vestido del sumo sacerdote (Ex 28,4-5) y la ostentación del traje del rico epulón (Lc 16,19)

      En el emplazamiento que Herodes elige para construir Cesarea, había existido antes una pequeña ciudad fenicia llamada torre del Estratón. Alejandro Janneo extendió hasta ella su dominio, perdiendo momentáneamente su carácter griego.

Conquistada en el 63 por Pompeyo, le fue entregada a Herodes el Grande, quien comenzó la construcción de una nueva ciudad con el nombre de Cesarea, en honor del emperador.

      En algo más de 10 años, Herodes la dotó de todas las instalaciones y edificios que harán de ella una ciudad esplendorosa, centro comercial del Mediterráneo: puerto, dependencias portuarias, palacios, tempo dedicado a Augusto, teatro e hipódromo, y acueducto para proveerla de aguas en abundancia”. continúa

                   (Teodoro López, Carlos Sáez, Ángel Martín, Peregrinación a Tierra Santa, p. 52-54, relato n. 23/1)

 

 

PREPARACIÓN PARA LA CELEBLACIÓN
DE LA SANTA MISA: El día sagrado y la hora santa
Romano Guardiani, capítulo 12 /1. 

      “En el día del Señor, está insertado el descanso del Creador del universo. De su institución. De su institución habla el Génesis, cuando dice al final del relato de la creación. Así fueron terminados el cielo y la tierra, y todos los seres que hay en ellos. El séptimo día, Dios concluyó la obra que había hecho, y cesó de hace la obra que habría emprendido. Dios bendijo el séptimo día y lo consagró; porque en él cesó de hacer la obra que había creado (Gn2, 1- 3). Pero el día del que habla el relato de la creación es el séptimo, es decir, el sábado. Por el contrario, el día santo del Nuevo Testamento. Jesucristo fue quien realizó en plenitud los anuncios del Antiguo Testamento, pero también su Señor. En él se cumplió la promesa que ha recorrido todo el A. T: el Mesías ha de venir. Toda la Antigua Alianza se orientaba hacía el.

      Justamente con eso Jesús puso fin al A. T, y dio un nuevo sentido, tan diferente, que sus seguidores visualizaron en él al enemigo de Dios y lo mataron. Pero este destino se convirtió en la consumación de su amor redentor, y con la muerte y resurrección de Cristo comenzó el nuevo orden. La tarde anterior a su muerte, en la institución de la Eucaristía, Jesús habló con sobriedad divina de “la Nueva Alianza sellada con su Sangre” (Lc 22, 20). Pero el día de Pascua, en el que resucitó y culminó su misión, se convirtió en el nuevo día de la perfección. En él nuevamente Dios “descansó de toda su labor creadora y de su trabajo”, a partir de lo cual debe originarse el nuevo hombre, el nuevo cielo y la nueva tierra. Este día retorna semana tras semana como domingo. En él están íntimamente unidos los memoriales de la primera y de la segunda creación. El descanso divino, que se consumó el sábado, se asocia con el triunfo de su resurrección. En los acordes de la serenidad, llegan los de la victoria. La promesa se vincula al memorial, ya que el sábado retrotrae al comienzo, si bien en la eternidad, pero hacia atrás, al comienzo de todo. El domingo prevé el fin, una vez más en la eternidad, pero respecto a lo que ha de venir. El domingo tiene carácter escatológico, ya que anuncia el nuevo mundo que se origina por la obra de Cristo, mundo que debe revelarse en la eternidad.

      Nos hemos preguntado si se puede decir que Dios descansa, ya que él es el que, eterna e invariablemente, está en todas las cosas y obra en todo. Hemos escuchado el testimonio de la revelación, que nos dice que verdaderamente Dios decide llevar a cabo su obra, crea y descansa. Se predica, a lo largo de toda la Sagrada Escritura, que él es el que perfecciona todas las cosas y el que las gobierna, pero también el que es capaz de hacerse presente y de obrar personalmente, con total libertad. Ella relata como Dios llamó a un hombre determinado y celebró con éste un pacto de fidelidad; como ratificó en este pacto al pueblo que surgiría de la descendencia de este hombre; como condujo a este pueblo manteniéndose fiel al pacto sagrado, en medio de permanentes enfrentamientos con su desidia y rebeldía; como se sobrepuso una y otra vez a las reiteradas caídas del pueblo sin rehusar jamás su fidelidad, y como su generosidad traicionada soportó permanentemente este destino. Más aún, la Sagrada Escritura narra como Dios se reveló en su ser más íntimo, cuando el Padre envió al mundo a su Hijo eterno como Mesías anunciado a través de toda la historia del A. T., y como el Espíritu Santo lo guiaba, de tal modo que todos experimentaron lo extraordinario. Finalmente, relata que el Hijo de Dios estuvo entre los hombres hasta cumplir con su destino, cuando la oposición secular se unió contra él y le dio muerte. La consumación de todo esto, la victoria, la resurrección, se manifiesta en el día del Señor” continúa

            (Romano Guardini, Celebración de la Santa Misa / El altar como umbral capítulo 12/1, p. 49-51)