domingo, 26 de febrero de 2023

Repasar y difundir el Catecismo de la Iglesia Católica,
siguiendo el Año litúrgico, del 26 de febrero al 4 de marzo 2023
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Tratar a San José
      La Iglesia entera reconoce en San José a su protector y patrono.
A lo largo de los siglos se ha hablado de él, subrayando diversos
aspectos de su vida, continuamente fiel a la misión que Dios le
había confiado. Por eso, desde hace muchos años, me gusta invocarle
con un título entrañable: Nuestro Padre y Señor.
San José es realmente Padre y Señor, que protege y acompaña en
su camino terreno a quienes le veneran, como protegió y acompañó
a Jesús mientras crecía y se hacía hombre.

                          (San Josemaría Escrivá de Balaguer, En el taller de José, n. 39)
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              Ciclo A, año Impar
Día 26. DOMINGO I DE CUARESMA
Las Tentaciones de Jesús, n. 538-540


Día 27. lunes de la I semana de Cuaresma
La realidad del pecado, n. 386-387

Día 28. martes de la I semana de Cuaresma
El pecado original: una verdad esencial de la fe n. 388-390

Día 01. Miércoles de la I semana de Cuaresma
El combate contra el mal, n. 407-409

Día 02. Jueves de la I semana de Cuaresma
“No lo abandonaste al poder de la muerte”, n. 410-412

Día 03. viernes de la I semana de Cuaresma (Abstinencia)
La misericordia y el pecado, n. 1846-1848

Día 04. sábado de la I semana de Cuaresma
Definición de pecado, n. 1849-1851
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-La comunión de los santos, el perdón de los pecados
Artículo 10, segunda parte
-Índice de temas sobre el Miércoles de Ceniza
(ambos en páginas: formación)
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viernes, 24 de febrero de 2023

LA COMUNIÓN DE LOS SANTOS,
EL PERDÓN DE LOS PECADOS
El Símbolo de los Apóstoles. Artículo 10

      “El tercer sacramento es la Eucaristía. Del mismo modo que en la vida del cuerpo el hombre que ha nacido con suficiente vigor, necesita alimentos que lo sostengan y conserven, así también en la vida del espíritu, después de coger fuerzas, necesita un alimento espiritual. Este alimento es el cuerpo de Cristo. “Si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tendréis vida en vosotros” (Jn 6, 54). Por este motivo un mandamiento de la Iglesia ordena que todo cristiano reciba una vez al año el cuerpo de Cristo (Concilio IV de Letrán 1215, Codex Iuris Canonici, canon 859), pero con dignidad y alma limpia, porque “quien lo come y bebe indignamente (es decir, consciente de haber cometido un pecado mortal que aún no ha confesado o del que no tiene intención de abstenerse), como y bebe su propia condenación” (1 Cor 11, 29).

      El cuarto sacramento es la penitencia. En la vida del cuerpo sucede a veces que uno enferma, y si no se le administra la medicina conveniente, muere. En la vida del espíritu se enferma por el pecado, y es necesaria también una medicina para recobrar la salud. Este remedio es la gracia que se recibe en el sacramento de la penitencia. “Él perdona todas las maldades, sana todas tus enfermedades” (Ps 102, 3)
En la penitencia deben recurrir tres elementos: contrición, que es un pesar de haber pecado unido al propósito de no volver a hacerlo; confesión de los pecados íntegra, y satisfacción, que se lleva a cabo con obras buenas.

      El quinto sacramento es la extremaunción. Es esta vida hay muchos impedimentos para que el hombre pueda conseguir una limpieza perfecta de sus pecados. Pero, como nadie puede entrar en la vida eterna si no está limpio de todo, era necesario otro sacramento que limpiase de sus pecados al hombre, lo librara de la enfermedad, y lo preparara para su entrada en el reino celestial. Este sacramento es la extremaunción.

(hoy denominado: Unción de los enfermos, es la consagración de la muerte, perdona directamente los pecados veniales y libra de las reliquias de pecados ya perdonados. Indirectamente -si no hubiera sido posible recibir el sacramento de la penitencia- también perdona los pecados mortales, siempre que la persona se encuentre en estado de conversión a Dios, al menos con contrición imperfecta o atrición).

      Si no siempre cura el cuerpo, ello se debe a que quizá no conviene a la salud del alma el seguir viviendo. “¿Alguno de vosotros está enfermo? Mande llamar a los presbíteros de la Iglesia, y oren 
sobre él, y lo unjan con óleo en el nombre del Señor, y la oración de la fe salvará al enfermo, y el 
Señor lo aliviará, y los pecados que hubiera cometido, le serán perdonados” (Iac 5, 14-15).

      Con estos cinco sacramentos se consigue, como hemos explicado, la perfección de la vida. Y como es preciso que sean administrados por ministros apropiados, fue necesario el sacramento del Orden, cuyos miembros los administran. En esta administración no hay que mirar a la vida de los ministros, si es que a veces se dejan arrastrar por el mal, sino a la virtud de Cristo, de la que reciben su eficacia los sacramentos que aquéllos dispensan: “Que nos tengan los hombres por ministros de Cristo y dispensadores de los ministerios de Dios” (1 Cor 4, 1). Este es el sexto sacramento, el del Orden.

       (S. Tomás de Aquino, Escritos de Catequesis, El símbolo de los Apóstoles, Artículo 10, segunda parte, p. 101-103)

martes, 21 de febrero de 2023

                       Índice de temas sobre Miércoles de Ceniza

- ¿Qué es el Miércoles de Ceniza y por qué se celebra?
- ¿De dónde salen las cenizas?
- ¿Quién y cómo impone las cenizas?
- La fecha: ¿cuándo se celebra el Miércoles de Ceniza en 2022?
- Cómo surgió el gesto de la imposición de cenizas
- ¿Qué diferencia hay entre ayuno y abstinencia?
- ¿Cómo afecta el coronavirus a la imposición de cenizas?

¿Qué es el Miércoles de Ceniza y por qué se celebra?

El Miércoles de Ceniza es el día que marca el inicio de la Cuaresma en el calendario católico, y también es un día significativo para muchas iglesias de tradición luterana y anglicana que recurren al gesto de las cenizas. Se celebra 40 días antes de Pascua, es decir, del primer domingo después de la primera luna de primavera.

El Miércoles de Ceniza requiere ayuno y abstinencia, algo que la Iglesia latina exige sólo otro día del año: el Viernes Santo (las iglesias católicas orientales tienen otras normas sobre ayunos y penitencias).

No es día de precepto (es decir, la Iglesia no exige ir a misa ese día), pero quien vaya ese día a misa verá el gesto de imponer ceniza en la frente de los fieles, como signo de penitencia, un signo que recoge el misal.

Cualquiera puede recibir la ceniza, incluso personas sin bautizar, y ese día hay mucha más gente en misa.

Con el Miércoles de Ceniza los fieles empiezan sus ejercicios de Cuaresma, que incluirán ayunos, limosna y oración durante 40 días, preparándose para la Semana Santa y Pascua.

¿De dónde salen esas cenizas?

Las cenizas se hacen a partir de las palmas secas que se han guardado del Domingo de Ramos del año anterior. También se hacen a partir de biblias, misales y otros textos sagrados estropeados que no deben tirarse a la basura, sino que se queman. Todos esos restos se queman, luego se rocían con agua bendita y se aromatizan con incienso.

Simbólicamente representa la realidad de la muerte que espera a todo hombre, la humildad de la condición humana y la penitencia. También recuerda la arena del desierto en el que Jesús pasó 40 días y 40 noches.

El libro de Génesis menciona la ceniza como signo de humildad y fragilidad material: "Dios formó al hombre con polvo de la tierra" (Gn 2,7); "hasta que vuelvas a la tierra, pues de ella fuiste hecho" 
(Gn 3,19).

La Iglesia considera este gesto y la ceniza en sí un "sacramental", algo físico que vehicula la acción de Dios, como sucede con el agua bendita, la sal exorcizada o bendecida, los objetos bendecidos, etc...

¿Quién y cómo impone las cenizas?

Se puede imponer la ceniza en la misa del Miércoles de Ceniza o en un acto especial fuera de la misa (por ejemplo en colegios, conventos u hospitales). Las impone el sacerdote, diácono o cualquier laico.

Quien impone la ceniza repite las palabras rituales: "Polvo eres y en polvo te convertirás" (de Génesis 3,19), o bien "Conviértete y cree en el Evangelio" (de Marcos 1,15). Puede dejar caer un poco de polvo de ceniza sobre la cabeza cerca de la frente o tocar la frente con ceniza. En EEUU y otros países, se suele usar una ceniza humedecida y más negra, con la que se marca una cruz muy visible sobre la frente (pero en tiempos de coronavirus Doctrina de la Fe ha pedido evitar este contacto físico y pide dejar caer la ceniza sobre la cabeza).

¿Cuándo se celebra el Miércoles de Ceniza en 2022?

El Miércoles de Ceniza se celebra el 2 de marzo de 2022. Cada año se celebra en una fecha diferente, porque depende de la primera luna de primavera. Se localiza la primera luna llena de primavera: el siguiente domingo es el Domingo de Pascua, que celebra la Resurrección de Jesús. Contando 40 días hacia atrás (los 40 días de Jesús en el desierto) se marca el Miércoles de Ceniza y el inicio de Cuaresma.

¿Cómo surgió el gesto de la imposición de cenizas?

El Antiguo Testamento menciona las cenizas como signo de humildad y arrepentimiento en varias ocasiones, y los cristianos siempre usaron las cenizas para expresar penitencia y arrepentimiento, pero el ritual de imponer cenizas el miércoles de inicio de Cuaresma parece regularse lirúrgicamente en el siglo XI.

En el siglo IV ya se estableció que la Cuaresma duraría 40 días y empezaría seis semanas antes de Pascua. Hacia el año 400 d.C. estaba clara la significación de Cuaresma como temporada de penitencia.

En los siglos VI y VII se reglamentó con más detalle el ayuno como práctica cuaresmal. Ya entonces estaba claro que en domingo no se ayuna, por ser el día en que Cristo resucitó. La Cuaresma no podía empezar un domingo, así que se marcó el miércoles previo como inicio de Cuaresma.

¿Qué diferencia hay entre ayuno y abstinencia?


El ayuno consiste en hacer una sola comida fuerte al día (aunque se permite hacer, además, dos comidas muy ligeras). La abstinencia consiste en no comer carne.

La Iglesia latina actualmente sólo marca dos que sean a la vez de ayuno y abstinencia: el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo (las iglesias católicas orientales tienen más días de penitencias y ayunos).

La abstinencia (no comer carne) obliga a partir de los catorce años y el ayuno es obligatorio desde los dieciocho hasta los cincuenta y nueve años de edad.

Las embarazadas, madres lactantes, enfermos, personas con trabajos de gran esfuerzo físico, etc... no tienen obligación de cumplir estos ayunos y abstinencia, y pueden ofrecer otros sacrificios.

Aunque muchos católicos saben que los viernes de Cuaresma no se debe comer carne, ignoran que en realidad este mandato es para todos los viernes del año (excepto los que coincidan con una solemnidad). En España, sin embargo, la Conferencia Episcopal permite sustituir esta penitencia por otra a elección de cada fiel.

El concepto de "carne" puede ser distinto según los países y las decisiones de los obispos locales. La prohibición de comer carne en esos días casi siempre se refiere a carne bovina, ovina, aviar, caza, etc... Sin embargo, no se considera carne a estos efectos la de los peces ni otros animales acuáticos como mariscos y reptiles (caimanes, por ejemplo, y en ciertas épocas y países castores o focas).
                                             (publicado Religión en Libertad, 21 /02/2023)

domingo, 19 de febrero de 2023

Repasar y difundir el Catecismo de la Iglesia Católica,
siguiendo el Año litúrgico, del 19 al 25 de febrero 2023
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       No es el poder lo que redime, sino el amor. Éste es el distintivo
de Dios: Él mismo es amor. ¡Cuántas veces desearíamos que Dios se
mostrara más fuerte! Que actuara duramente, derrotara el mal y
creara un mundo mejor. Todas las ideologías del poder se justifican
así, justifican la destrucción de lo que se opondría al progreso y a la
liberación de la humanidad. Nosotros sufrimos por la paciencia de Dios.
Y, no obstante, todos necesitamos su paciencia. El Dios, que se ha hecho
cordero, nos dice que el mundo se salva por el Crucificado y no por los 
crucificadores. El mundo es redimido por la paciencia de Dios y destruido
por la impaciencia de los hombres. (El Papa Benedicto XVI, Homilía, 24 de abril 2005)
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                               Ciclo A, año Impar
Día 19. DOMINGO VII DEL TIEMPO ORDINARIO
Beato Álvaro de Córdoba, predicador dominico, siglos XIV-XV
Signos y símbolos, n. 1145-1149

Día 20. lunes de la VII semana del Tiempo Ordinario
San Eleuterio de Tournai, obispo, siglos V-VI
Signos cristianos, n. 1150-1152

Día 21. martes de la VII semana del Tiempo Ordinario
San Pedro Damiani, siglo XI
Palabras y acciones, n. 1153-115

              Se interrumpe el Tiempo Ordinario

                  Tiempo de Cuaresma
Día 22. miércoles de Ceniza
La penitencia interior, n. 1430-1433


Día 23. jueves después de la Ceniza
La conversión de los bautizados, n. 1425-1429

Día 24. viernes después de la Ceniza
Sólo Dios perdona el pecado, n. 1440-1445


Día 25. sábado después de la Ceniza
El sacramento del perdón, n. 1446-1449

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Los obispos españoles sobre el aborto.

en páginas: La familia
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viernes, 17 de febrero de 2023

Los obispos creen que se «terminará pidiendo perdón»
por cuestionar la dignidad de la vida con el aborto

La CEE lamenta públicamente la decisión del Tribunal Constitucional,541
que avalará íntegramente la ley del aborto de 2010

      Los obispos españoles han lamentado públicamente la decisión del Tribunal Constitucional, que ha designado nueva ponente para que redacte un borrador que avale íntegramente la ley del aborto de 2010, y creen que «terminará pidiendo perdón» porque es «un lamentable error».

     «Le recordamos al TC que cuando se ha puesto en duda si ciertas vidas humanas tenían dignidad o no a lo largo de la historia siempre han terminado pidiendo perdón, mi consuelo es saber que ellos terminarán pidiendo perdón por esta barbaridad del derecho al aborto», ha subrayado el presidente de la subcomisión episcopal para la familia y la defensa de la vida de la Conferencia Episcopal Española (CEE) y obispo de Canarias, José Mazuelos, en un vídeo difundido por la CEE.
En el rostro misericordioso de Jesús,
encontrarán consuelo y esperanza
Ley acientífica
      Además, los obispos de esta subcomisión de defensa de la vida han publicado una nota en la que critican que el TC vaya a avalar «una ley ideológica, anticientífica y que promueve la desigualdad».

     «La historia nos enseña que cada vez que el ser humano se ha cuestionado la dignidad o el valor de ciertas vidas humanas, por distintos motivos, como por ejemplo la raza, el color de la piel o las creencias, se ha equivocado gravemente. Del mismo modo es un lamentable error cuestionar la dignidad de la vida humana en función de la edad», señalan los prelados en el comunicado.

      A juicio de los obispos, la resolución del Constitucional «permitirá determinar, en nombre del materialismo más radical, la eliminación de los seres humanos en la primera etapa de su vida».

     «Es triste que la legislación y la política instauren un darwinismo social al servicio del neocapitalismo más salvaje, en vez de buscar el bien común y la defensa de los más débiles», subrayan.

      Además, advierten al TC de que la ley que quieren avalar es «acientífica» porque, según los obispos, «desde la aprobación del aborto en 1985, los conocimientos sobre el ADN, las ecografías 3D, 4D y 5D permiten afirmar aún con más contundencia que negar que existe una nueva vida en el seno de una mujer embarazada desde la concepción es irracional».
Asimismo, avisan al Constitucional de que es una ley «que promueve la desigualdad, ya que permite que los Síndrome de Down sean abortados hasta los cinco meses y medio».
Por ello, los obispos piden «justicia» al tiempo que aseguran que también estarán al lado de las mujeres que tienen problemas para seguir adelante con su embarazo.

Ayudar a la mujer
       Igualmente, se dirigen «a aquellas mujeres que han abortado voluntariamente, con el deseo de recordarles que, en el rostro misericordioso de Jesús, encontrarán consuelo y esperanza».
También piden a las distintas administraciones que, «en lugar de proclamar el derecho al aborto, promuevan iniciativas que ayuden a la mujer a vivir su maternidad, evitando ser abocada al aborto».
                          Publicado por el periódico El Debate, el 13 de febrero 2023


Los obispos creen que se «terminará pidiendo perdón»
por cuestionar la dignidad de la vida con el aborto

La CEE lamenta públicamente la decisión del Tribunal Constitucional,
que avalará íntegramente la ley del aborto de 2010
Los obispos españoles han lamentado públicamente la decisión del Tribunal Constitucional, que ha designado nueva ponente para que redacte un borrador que avale íntegramente la ley del aborto de 2010, y creen que «terminará pidiendo perdón» porque es «un lamentable error».

«Le recordamos al TC que cuando se ha puesto en duda si ciertas vidas humanas tenían dignidad o no a lo largo de la historia siempre han terminado pidiendo perdón, mi consuelo es saber que ellos terminarán pidiendo perdón por esta barbaridad del derecho al aborto», ha subrayado el presidente de la subcomisión episcopal para la familia y la defensa de la vida de la Conferencia Episcopal Española (CEE) y obispo de Canarias, José Mazuelos, en un vídeo difundido por la CEE.


En el rostro misericordioso de Jesús,
encontrarán consuelo y esperanza

Ley acientífica
Además, los obispos de esta subcomisión de defensa de la vida han publicado una nota en la que critican que el TC vaya a avalar «una ley ideológica, anticientífica y que promueve la desigualdad».

«La historia nos enseña que cada vez que el ser humano se ha cuestionado la dignidad o el valor de ciertas vidas humanas, por distintos motivos, como por ejemplo la raza, el color de la piel o las creencias, se ha equivocado gravemente. Del mismo modo es un lamentable error cuestionar la dignidad de la vida humana en función de la edad», señalan los prelados en el comunicado.

A juicio de los obispos, la resolución del Constitucional «permitirá determinar, en nombre del materialismo más radical, la eliminación de los seres humanos en la primera etapa de su vida».

«Es triste que la legislación y la política instauren un darwinismo social al servicio del neocapitalismo más salvaje, en vez de buscar el bien común y la defensa de los más débiles», subrayan.

Además, advierten al TC de que la ley que quieren avalar es «acientífica» porque, según los obispos, «desde la aprobación del aborto en 1985, los conocimientos sobre el ADN, las ecografías 3D, 4D y 5D permiten afirmar aún con más contundencia que negar que existe una nueva vida en el seno de una mujer embarazada desde la concepción es irracional».
Asimismo, avisan al Constitucional de que es una ley «que promueve la desigualdad, ya que permite que los Síndrome de Down sean abortados hasta los cinco meses y medio».
Por ello, los obispos piden «justicia» al tiempo que aseguran que también estarán al lado de las mujeres que tienen problemas para seguir adelante con su embarazo.

Ayudar a la mujer
Igualmente, se dirigen «a aquellas mujeres que han abortado voluntariamente, con el deseo de recordarles que, en el rostro misericordioso de Jesús, encontrarán consuelo y esperanza».
También piden a las distintas administraciones que, «en lugar de proclamar el derecho al aborto, promuevan iniciativas que ayuden a la mujer a vivir su maternidad, evitando ser abocada al aborto».
Publicado por el periódico El Debate, el 13 de febrero 2023

domingo, 12 de febrero de 2023

Repasar y difundir el Catecismo de la Iglesia Católica,
siguiendo el Año litúrgico, del 12 al 18 de febrero 2023
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La permanente evangelización
    La evangelización renueva su encuentro con el hombre, está unida al
cambio generacional. Mientras pasan las generaciones que se han alejado
de Cristo y de la Iglesia, que han aceptado el modelo laicista de pensar
y de vivir, o las que ese modelo les ha sido impuesto, la Iglesia mira
siempre hacia el futuro; sale, sin detenerse nunca, al encuentro de las
nuevas generaciones. Y se muestra con toda claridad que las nuevas
generaciones acogen con entusiasmo lo que sus padres parecían rechazar.

                           (Juan Pablo II, Cruzando el umbral de la Esperanza, p. 125)
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                                Ciclo A, año Impar
Día 12. DOMINGO VI DEL TIEMPO ORDINARIO
Santa Eulalia de Barcelona, mártir, 290-303
Los Sacramentos de la Iglesia, n. 1117-1121


Día 13. lunes de la VI semana del Tiempo Ordinario
San Benigno, presbítero y mártir, siglos III-IV
Los Sacramentos de la Fe, n. 1122-1126

Día 14. martes. Santos Cirilo, monje y Metodio, obispo,
Patronos de Europa, fiesta. Siglo IX
La gracia del Espíritu Santo, n. 1585-1589

Día 15. miércoles de la VI semana del Tiempo Ordinario
Beato Ángelo de Sansepolcro, presbítero y ermitaño, siglo XIV
Los sacramentos de la salvación, n. 1127-1129


Día 16. jueves de la VI semana del Tiempo Ordinario
San Macario el Grande, abad, siglo IV
Los sacramentos de la vida eterna, n. 1130


Día 17. viernes de la VI semana del Tiempo Ordinario
Santos Fundadores de los Siervos de Santa Maria Virgen, siglo XIV
La celebración de la Liturgia celestial, n. 1137-1139

Día 18. sábado de la semana VI del Tiempo Ordinario
San Eladio de Toledo, arzobispo, siglos VI-VII
Los celebrantes de la liturgia sacramental, n. 1140-1141

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Sagrada Biblia, Comentario, El Canto de Débora
Entrevista sobre la Eutanasia
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viernes, 10 de febrero de 2023

         María Fernández, entrevista al Doctor Juan José García Periódico El Debate, 06.02.2023 

«Llamar a la eutanasia 'ayuda a morir' es un 
eufemismo para confundir a la gente»

El médico anestesista y secretario general del Colegio Oficial de Médicos de Toledo 
cree que una de las medidas más efectivas sería la de cuidados paliativos

El 25 de junio de 2023 hará tres años que se aprobó la ley de la eutanasia. Una norma que además de «ayudar a morir», como detalló la ministra de Sanidad, Carolina Darias, ha creado un registro de objetores de conciencia para señalar a todos los facultativos que no quieran por principios éticos practicar la eutanasia en sus pacientes.

El médico anestesista y secretario general del Colegio Oficial de Médicos de Toledo desde el año 2009 al año 2017, Juan José García, explica a El Debate por qué la mayor parte de los médicos no creen y están en contra de esta medida del Ministerio de Sanidad.

–¿Qué piensa usted de la objeción de conciencia en la eutanasia?


–Es un derecho fundamental. La objeción de conciencia no es otra que la postura que ha venido manteniendo desde siempre el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos de España. En cuanto a la publicación del otro día, donde la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha formalizaba lo que ya decía ley de la eutanasia, que se tenía que crear un registro de médicos objetores de conciencia para realizar la eutanasia que ellos califican como prestación de ayuda para morir... Es un eufemismo que siempre buscan para confundir a la gente.

Esta prestación de ayuda para morir no es otra cosa que ayudar a que una persona se suicide, igual que es la interrupción voluntaria del embarazo.

–A finales de febrero Castilla-La Mancha pondrá en marcha el registro de objetores, ¿cómo es la situación en este momento con respecto al decreto?

–Dudo mucho que ni tan siquiera los médicos de esa comunidad autónoma y en general los profesionales sanitarios, no solamente médicos, lo conozcan. Porque yo personalmente no he recibido ninguna comunicación por parte del Colegio Oficial de Médicos de Toledo.

Por analogía, sí que puedo decir que cuando se generó el registro similar en cuanto al aborto, pues aquí hasta donde yo sé todo el mundo somos objetores, independientemente de que no se haya comunicado oficialmente.

Evidentemente, no va a ser fácil que los médicos comuniquemos por escrito nuestra objeción de conciencia porque la objeción de conciencia es también sobrevenida. En cualquier momento.

Con este tipo de registros toda la organización médica colegial siempre nos hemos posicionado en contra. Primero, no creemos que sea necesario para cumplir el fin que la ley preside. Y segundo, porque puede implicar en muchos casos una larga 'lista negra' y no estamos por la labor de que sea así.

–¿Estas listas podrían afectar a la hora de acceder a un puesto?

–No son públicas, pero es verdad que tiene muchísima gente acceso a esas listas En un centro como en el que yo estoy, todo el equipo de gerencia podría acceder a las listas. Entonces, bueno, no son públicas, pero hasta cierto punto.

A la pregunta de si puede condicionar, la respuesta es sí, ¿por qué no? Evidentemente, depende de la administración de turno que gobierne, podría tener en cuenta estas listas negras de médicos. No queremos listas negras. Y además estamos convencidos de que no son necesarias ninguna lista, ningunos registros de objetores son necesarios para cumplir esa ley de suicidio asistido.

–Doctor, entiendo que este registro también afecta a los doctores

–La Ley Orgánica tiene 2021, la de la eutanasia, lo que pretende es elevar a acto médico el hecho de ayudar a que un paciente se suicide, y eso los médicos no lo vamos a aceptar nunca. Yo no soy la conciencia moral de nadie, bastante tengo con la mía. Pero si hay médicos que están por la labor de ejecutar lo que dice la ley de la eutanasia, primero eso va en su conciencia. Y segundo, lo que ellos hacen no es un acto médico, porque la Organización Médica Colegial no lo considera un acto médico, y nunca vamos lo vamos a considerar.

Nosotros siempre hemos apostado porque los gobiernos promulgaran una ley general de cuidados paliativos como pieza fundamental para cuidar un paciente. Es lo que se necesita, y no lo hay. Los cuidados paliativos también proveen de los mecanismos para ayudar al buen morir. Eso es lo que tenemos que hacer los médicos ayudar al buen morir.
 JUECES
Los libros históricos del Antiguo Testamento
COMENTARIO, Anexo: Canto de Débora

      5, 1-32.  Tanto por su estilo como por la situación histórica que refleja parece po­sible que este canto de victoria sea una de las piezas literarias más antiguas de todas las contenidas en la Sagrada Escritura. Junto con el tono épico grandioso, el Canto de Débora muestra su imperfección literaria y las corrupciones textuales que debió de experimentar en su larga transmisión oral y escrita. Estas circuns­tancias presentan serias dificultades para la traducción. De ahí las variaciones en las versiones antiguas y modernas.

      El himno comienza con una invitación a alabar al Señor que ha convocado a su pueblo para la lucha. (vv. 2-3) “Soltarse las cabelleras” era, según parce, una muestra de que se estaba dispuesto para el combate.

      Se alaba al Señor por haber acudido a salvar a su pueblo (vv. 3-5). La imagen de la tierra y los montes que se estremecen, los cielos que destilan y los montes que se derriten delante del Señor es un modo poético de expresar su poder y dominio sobre todas las fuerzas.

      El pueblo se encontraba en una situación difícil con el territorio controlado por sus enemigos -nadie se atrevía a circular por los caminos-, pero no hubo quien se atreviera a combatir hasta que Débora se levantó; mientras tanto, los israelitas en vez de acudir al Señor buscaban otros dioses (vv. 6-8). Débora, junto con Barac, convocaron a los dirigentes y al pueblo de Israel, para que se aprestaran a la lucha (vv. 9-12). Se alaba a quienes acudieron: Efraím, Benjamín, Maquir, Isacar, Zabulón y Neftalí; y se echa en falta a los que hicieron oídos sordos a la llamada: Rubén, Galaad, Dan y Aser (vv. 13-18). En la enumeración de tribus y clanes que fueron convocados sólo se incluyen las tribus de la región septentrional y central (en vea de Manasés se nombra a Maquir, y en vez de Gad, Galaad); y falta toda alusión a la principal tribu del sur, Judá, que probablemente en ese momento no tendría ningún protagonismo.

      La ocasión de entablar batalla se presentó en Tanac, junto a Meguido, en donde todas las fuerzas lucharon contra los enemigos de Israel (vv. 19-22), excepto los pobladores de Meroz, que son maldecidos por no prestar su apoyo (v. 23). En cambio, de ensalza a una mujer, Yael, que abatió a Sísara, general del ejército enemigo (vv. 24-27). El canto sigue con ironía: cuando Sísara yace derrotado, su madre lo sigue aguardando expectante y una de las criadas deja correr su imaginación pensando cómo estará repartiendo el botín logrado por su triunfo (vv. 28-30).
      El himno termina pidiendo al Señor que proteja siempre a sus amigos del mismo modo que entonces lo hizo: “¡Que perezcan así todos tus enemigos, Señor, / y que brillen tus amigos como el sol naciente, / con todo su resplandor!” (v. 31).

      Situaciones similares a ésta, en las que se festejaba un triunfo que traía la libertad, dieron lugar a la composición de otros cantos contenidos en la Biblia, como el Canto de María tras el paso del Mar Rojo (Ex 15, 1-21), algunos salmos (cfr Sal 18; 68; 118; 126; 149; y otros), o el canto de Judit (Jdt 16, 1-17), que, si bien es mucho más tardío, presenta algunas similitudes con el de Débora. La costumbre de manifestar el gozo mediante el canto es un modo de bendecir a Dios. “Desde el comienzo y hasta la consumación de los tiempos, toda la obra de Dios es bendición. Desde el poema litúrgico de la primera creación hasta los cánticos de la Jerusalén celestial, los autores inspirados anuncian el designio de salvación como una inmensa bendición divina”. (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 1079). Continúa

                   (Facultad de Teología Universidad de Navarra, Sagrada Biblia, Comentario: Canto de Débora, p. 228)

domingo, 5 de febrero de 2023

 Repasar y difundir el Catecismo de la Iglesia Católica,
siguiendo el Año litúrgico, del 5 al 11 de febrero 2023
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Cercanía y trato con San José  
      San José es realmente Padre y Señor, que protege y acompaña en
su camino terreno a quienes le veneran, como protegió y acompañó a
Jesús mientras crecía y se hacía hombre. Tratándole se descubre que
el Santo Patriarca es, además Maestro de vida interior: porque nos enseña
a conocer a Jesús, a convivir con Él, a sabernos parte de la familia de Dios.
                                          (Josemaría Escrivá de Balaguer, Es Cristo que pasa, n. 39)
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                                  Ciclo A, año Impar
Día 05. DOMINGO V DEL TIEMPO ORDINARIO
Santa Águeda o Ágata, virgen y mártir, siglo III
Razón de ser de la liturgia, n. 1066-1068
 
Día 06. lunes. Santos Pablo Miki y compañeros mártires, siglo XVI
Significado de la palabra “Liturgia”, n. 1069-1070
 
Día 07. Martes de la V semana del Tiempo Ordinario
San Lucas el Joven, eremita, siglo X
La Liturgia como fuente de Vida, n. 1071-1075
 
Día 08. miércoles de la V semana del Tiempo Ordinario
San Jerónimo Emiliano, Fundador Padres Somascos, siglo XV
La Liturgia, obra de la Santísima Trinidad, n. 1077-1083
 
Día 09. Jueves de la V semana del Tiempo Ordinario
San Pedro de Dama, sacerdote, siglo VIII
Cristo glorificado, n. 1084-1085
 
Día 10. viernes. Santa Escolástica, hermana de san Benito, siglo VI
…está presente en la Liturgia terrena… n. 1088-1090
 
Día 11. sábado de la semana V del Tiempo Ordinario
Bienaventurada Virgen María de Lourdes
Los sacramentos de Cristo, n. 1113-1116
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Escritos de Catequesis: El Sacramento de la Penitencia
Santa Misa: El recogimiento y la participación
(reseñados en páginas, formación)
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jueves, 2 de febrero de 2023

                                    PREPARACIÓN PARA LA CELEBLACIÓN
                                                         DE LA SANTA MISA

                               El recogimiento y la participación. Romano Guardiani, capítulo 5

      “La Misa comienza como Liturgia de la Palabra y se extiende como tal desde la Antífona de Entrada hasta el Credo, y luego reaparece al final, desde la oración de postcomunión hasta el saludo final del sacerdote. Pero entre ambos momentos, está la acción propiamente dicha, la Liturgia de la Eucaristía, que comienza con el ofertorio, se lleva a cabo realmente en el misterio de la consagración y culmina con la comunión. Por eso el deber del creyente no consiste sólo en rezar y escucha los textos de la misa, sino también en participar en la acción sagrada. Pero esta participación presupone, una vez más, aquello de lo cual hablamos precisamente el recogimiento interior.

      No es fácil hablar hoy de una participación efectiva en la Santa Misa, debido al desarrollo que ha experimentado la liturgia de la conmemoración del Señor. La primera comunidad estaba constituida por el círculo de los discípulos reunidos alrededor de una mesa. Esta forma de reunión de los comensales se mantuvo durante un breve tiempo, mientras las comunidades eran pequeñas. De esto da testimonio el libro de los Hechos de los Apóstoles, cuando dice: “Íntimamente unidos, frecuentaban a diario el Templo, partían el pan en sus casas…  Y cada día, el Señor acrecentaba la comunidad con aquéllos que debían salvarse” (2, 46-47)

      La participación significa un obrar que toma parte en el hacer de otro. Este otro, en la misa, es el sacerdote. Él no es para sí mismo, es para la comunidad. Por medio de las palabras y acciones que él realiza en virtud de la autoridad ministerial de la que está investido, acontece algo que tiene su origen en Cristo. Pero todos están llamados a participar en ese acontecimiento. ¿Cómo se lleva a cabo esta participación? Los fieles que asisten a la celebración saben verdaderamente qué es lo que se presenta ante su mirada.

      Cuando se celebra el ofertorio y el sacerdote retira el velo que cubre el cáliz, tenemos que decirnos a nosotros mismos: ahora va a ser preparada la ofrenda sobre la cual se celebrará luego el misterio. Se repite lo mismo que ocurrió en un determinado momento, cuando el Señor les encargó a sus discípulos que preparasen la Cena Pascual: se repite lo que la comunidad hacía posteriormente, cuando todos los fieles se reunían y cada uno traía su ofrenda de pan, de vino o de aceite. Hoy todo eso se ha reducido a actos breves, en los que el sacerdote eleva la patena con la hostia y luego la deposita sobre sobre los corporales, recibe el vino y lo vierte en al cáliz mezclándolo con unas gotas de agua, tras lo cual eleva el vaso sagrado y lo deposita sobre el altar. Por eso, los fieles tienen que decirse a sí mismos que estos gestos sobrios sustituyen todo aquello que debía ser realizado y ofrecido, tanto para preparar la Cena del Señor.

      Después del rezo del Santo, cuando comienza la oración principal, el Canon, tenemos que recordar que empieza lo que en el lenguaje de la Iglesia antigua se llama la “actio”, la acción propiamente dicha, hacia la cual se dirige toda nuestra atención. Tan pronto como se hace silencio (qué importante sería que hubiese un silencio absoluto), debemos decir que, a partir de este momento, se cumple la última voluntad del Señor. Él ha dicho: “haced esto en conmemoración mía”. Ahora se cumple esto. Ocurre lo mismo que tuvo lugar una vez, en el Cenáculo: Cristo viene. Él se hace presente en su amor redentor y con él el destino que ha cargado sobre sí por amor a nosotros. El sacerdote obra, pero nosotros debemos cooperar con él, por cuanto estamos allí interiormente presentes, nos contemplamos en el altar y nos identificamos con lo que ocurre allí. Estoy íntimamente convencido de que la simple actualización puede convertirse inmediatamente en acontecimiento, de tal modo que yo mismo puedo hacerme presente y recibir el alimento sagrado”. Continúa

                    (Romano Guardini, Celebración de la Santa Misa / El recogimiento y la participación, 

                                    capítulo 5, primera parte, p. 29-33. Editorial Edibesa)

miércoles, 1 de febrero de 2023

Sacerdocio común y ministerial en el
Sacramento de la Penitencia
                       Por Pedro Trevijano, publicado el ReligiónenLibertad, 31 de enero 2023
 
    La Iglesia también hace penitencia, pues los que pecan son sus miembros y a veces sus comunidades e instituciones. Pero la función fundamental y principal de la Iglesia es la de ser Madre; una Madre que acoge, ayuda, reprende, purifica, limpia, anima y sostiene a cada uno de sus hijos, según su situación y necesida­des, si bien también Ella, al verse manchada por el pecado de sus miembros, necesita purificarse y reconciliarse con Dios y con su propia vocación a la santidad.

   En la celebración del sacramento de la Penitencia la Iglesia experimenta la misericordia del Dios que perdona y acoge siempre al hijo que vuelve con un corazón contrito y humillado (Sal 51,19). Ello nos lleva por una parte a no minusvalorar las consecuencias del pecado y por otra a no desesperar ante la gravedad de nuestras culpas.

    A pesar de que pecado y perdón son algo muy humano, son también realidades teológicas que hay que entender a la luz de la fe, esa fe que nos pide que no aislemos el sacramento de la penitencia del conjunto del misterio cristiano.

     La celebración sacramental de la penitencia es un acto cultual y santificador cuya realiza­ción se debe al ejercicio del sacerdocio de la Iglesia, tanto el común a todos los fieles (cf. Lumen Gentium, 11), como el ministerial y jerárquico (cf. Lumen Gentium, 25 y 28). El sacerdocio común se ejerce sobre todo por el penitente, no sólo como sujeto pasivo, sino también porque con sus actos de conversión, que suponen la aceptación del llamamiento que Dios le hace a una comunión interpersonal, a semejanza de la que Dios vive en su Trinidad, colabora activamen­te en el sacramento, tanto más cuanto que sus actos son la cuasi materia de éste y forman parte de su estructura. Pero se ejercita también el sacerdocio común de toda la Iglesia, en cuanto ésta ayuda al pecador "en su conversión con la caridad, ejemplo y oraciones" (Lumen Gentium, 11). Esta oración por el pecador obtiene de Dios la gracia de su conversión y perdón (cf. Mt 18,19-20; 1 Jn 5,16; Sant 5,16).

    Se da en consecuencia una corresponsabilidad de todos los cristianos en la obra de la Iglesia, corresponsabilidad de la que hay que reconocer son muy pocos los auténticamente conscientes. Es toda la Iglesia, como pueblo sacerdotal, la que actúa al ejercer la tarea de reconciliación que le ha sido confiada por Dios (Ritual de Penitencia nº 8).

    Este ejercicio del sacerdocio común de toda la Iglesia en este sacramento, no excluye, sino que exige el ejercicio del sacerdocio ministerial y jerárquico, porque el ministro de la Penitencia, el único que puede pronunciar con eficacia la palabra definitiva de perdón, es el obispo o sacerdote (Denzinger-Schönmetzer, 1684 y 1710; Denzinger, 902 y 920). Pero estos ministros no sólo actúan in persona Christi, sino también in persona Ecclesiae, de modo que el sacerdocio jerárquico hace posible la actuación de la Iglesia entera. Podemos decir por tanto que es toda la Iglesia y no sólo su ministro quien perdona.

    Tengamos además en cuenta que el sentido eclesial de la penitencia cristiana no se acaba en la Iglesia peregrinante, ya que según Santo Tomás todo el Cuerpo Místico se ve afectado por la conversión del pecador, quien al readquirir las virtudes sobrenatura­les ayuda con su apostolado a los otros pecadores y con su oración a las almas del Purgato­rio, así como sirve de alegría a los santos del cielo.
Resumiendo, diremos que la Iglesia reconcilia al pecador reconciliándolo consigo misma y que la gracia sacramental recibida es una gracia eclesial que no consiste en un puro aumento cuantitativo de la gracia santificante, sino sobre todo es una riqueza cualitativa y un crecimiento en la participación en la vida divina.

                   Catecismo de la Iglesia Católica. Actos del penitente, nº 1450 al 1460