miércoles, 27 de abril de 2022

 

                                   LA IMAGINACIÓN, segunda y última parte

   “Si lo que tanto nos hace sufrir y tan fuertemente nos agobia fuese de verdad la cruz que el Señor nos manda, la Cruz de Jesús, una vez que la hubiésemos reconocido como tal y que, con fe y con amor, la hubiésemos aceptado, ya no nos debería pesar y oprimir. Porque la Cruz de Jesús, la Santa Cruz, no es fuente de tristeza o de abatimiento, sino de paz y de alegría.

     En cambio, si levamos sobre nuestros hombros una cruz humana e imaginaria, o la producida por nuestra rebeldía interior contra la verdadera Cruz, entonces estamos tristes y preocupados.
     Pero este peso y esta preocupación pueden desaparecer de tu vida y dejar de agobiarte: basta con que abras los ojos de la fe y con que te decidas a cortas las alas a tu imaginación.
     Permíteme que te diga que estas cruces humanas que te aplastan con su peso no existen en la gran realidad de tu vida sobrenatural, existen sólo en tu imaginación. Llevas sobre los hombros un peso tan atroz como ridículo: un peso que en tu imaginación es una montaña y, en realidad, es un granito de arena.
     San fantasmas creados por la mente, fantasmas que la fantasía revista de colores vivaces, atribuyéndoles manos anchísimas y temerosas, y piernas ágiles y veloces. Son los fantasmas que ahora te persiguen y llenan de dolor y de agitación tu alma.
     Un pequeño gesto de tu vida de fe sería suficiente para hacerlos desvanecer. ¿Te das cuenta de qué poco basta para eliminarlos?
     A veces, admitimos en nuestra vida a otros fantasmas… Vienen de lejos: son los temores a los peligros futuros. Son temores a cosas o a peligros que ahora no existen y que no sabemos si se realizarán, pero que vemos presentes y actuales en nuestra imaginación, haciéndolos más trágicos.
     Un sencillo razonamiento sobrenatural los haría desaparecer: puesto que estos peligros no son actuales y estos temores todavía no se han verificado, es obvio que no tienes la gracia de Dios necesaria para vencerlos y para aceptarlos.
     Si tus temores se verificasen, entonces no te faltará la gracia divina, y con ella tu correspondencia tendrás la victoria y la paz.
     Es natural que ahora no tengas la gracia de Dios para vencer unos obstáculos y aceptar unas cruces que sólo existen en tu imaginación. Es necesario basar la propia vida espiritual sobre un sereno y objetivo realismo.
     Estos fantasmas no son menos peligrosos en el campo de la caridad. ¡Cuántas veces, en esta virtud, quedas víctima de la imaginación! ¡Cuántas sospechas hay sin fundamento y que sólo radican en tu mente! ¡Cuántas cosas haces pensar y decir y hacer al prójimo que este jamás ha pensado, ni dicho, ni hecho!
     Los fantasmas turban y descomponen la convivencia con las demás personas, la vida de familia.
     Esos pequeños contrastes que se dan necesariamente en todas las convivencias humanas, incluso en las de los santos, porque no somos ángeles, son agrandados y deformados por la imaginación y crean estados de ánimo duraderos que nos hacen sufrir muchísimo. Por naderías, por pequeñeces y por el juego de nuestra fantasía, se abren abismos que dividen las personas, que destruyen afectos y amistades, al corromper la unidad.
     La imaginación, además, es la gran aliada de la sensualidad y del amor propio. ¡Qué novelas te hace vivir!: fantásticos ensueños en los cuales eres el héroe, el personaje que triunfa: fantasmas que acarician tu ambición, tu deseo de mandar y de ser admirado, tu vanidad. Fíjate cuántos obstáculos para tu santidad.
     Tu vida de piedad: la oración, la presencia de Dios, el abandono en las manos de Nuestro Señor, la alegría fuerte y sobrenatural; todas estas murallas de tu vida interior quedan así amenazadas, minadas por la loca de la casa.
     Sé sobrenatural, sé objetivo. La voz de Jesús pone fin a los temores y a la aventura de los Doce del Lago de Genezaret: Habete fiduciam, Ego sun: nolite timere… Tener confianza, soy Yo: ¡no temáis!

              (Salvador Canals, Ascética meditada, p. 132-135, Colección Patmos 110, Ediciones Rialp)

 

 

 

                            2, EL MARCO HISTÓRICO DEL ANTIGUO TESTAMENTO                                                                                              Segunda parte

    “La Revelación de Dios al pueblo de Israel se fue realizando en diversas épocas históricas; y a estas épocas responde también la puesta por escrito de los libros que dan testimonio de esa Revelación. De ahí que, para situar adecuadamente tanto el momento en que fueron redactados como aquel en que se enmarcan los relatos, sea conveniente conocer al menos las líneas fundamentales de la historia antigua de Israel. Esbozar los grandes rasgos del marco histórico en el que se desarrollan las narraciones de la historia bíblica facilitará la comprensión de esos relatos, permitirá hacerse cargo de la intención con la que se escribieron, y ayudará a percibir mejor su enseñanza.

     A continuación, se señalan solamente aquellos hechos de los que han quedado huellas arqueológicas o de los que se tiene conocimiento por documentos extrabíblicos antiguos.

 a), La tierra en que se formó Israel. En los inicios del segundo milenio a C., al comienzo del periodo de las excavaciones arqueológicas se denomina “bronce medio”, la región situada a orillas del Mediterráneo oriental era un país conocido por sus higueras, viñas, olivos y ganado. Había poblados en las zonas más fértiles y numerosas tribus de pastores nómadas se desplazaban por las regiones esteparias en busca de pastos para sus rebaños. A esa región se la conoce por el nombre de tierra de Canaán, tierra de Israel o Palestina.

 b), El reino de Israel.  Hay suficientes testimonios fuera de la Biblia de que, con el paso del tiempo, a partir del año 1050 y hasta el 850 a C., se fue logrando la población de la zona central de ese territorio y aquellas tierras proporcionaron un notable rendimiento agrícola a sus habitantes. La población creció y el comercio con las regiones limítrofes.

     El ese periodo se construyó la ciudad de Samaría, que ya era una “ciudad-estado” según el modelo tradicional de la región, sino una verdadera capital política, con los servicios públicos necesarios para organizar el comercio y la defensa de toda la zona central. En los textos asirios contemporáneos aparece el nombre de Samaría, y se designa a su territorio con el nombre de Israel o como el país de Omrí. También se cita algunos de sus reyes, como Ajab, Jehú y Menajem, a cada uno de los cuales se aplica la denominación genérica de “hijo de Omrí”. En una estela de piedra con una inscripción de esa época, en honor de Mesá, rey de Moab (siglo 830-805 a.C.), se habla de Yahwéh como Dios de Israel.

 c), El reino de Judá. Mientras tanto, en la región meridional, sobre todo en los alrededores de Jerusalén y en el valle de Ayalón, zonas de pequeños poblados con mercado, había una agricultura floreciente. A comienzos del siglo VII a.C., unos años después de la caída de Samaría en manos del poder asirio, se produjo un considerable desarrollo de la ciudad de Jerusalén.

     Entre el siglo VII y el VI a.C., el poder asirio se fue debilitando en manos del progresivo poderío militar de Babilonia. Ante el rey de Babilonia, el rey de Judá no pudo soportar el embate de las armas. Primero fue asediada y conquistada la fortaleza de Laquís, y más tarde Jerusalén.
     La ciudad de Jerusalén fue tomada por Nabucodonosor, rey de Babilonia, en la primera mitad del siglo VI a.C. (587). Nabucodonosor se llevó cautivos a Babilonia al propio rey de Jerusalén, Yoyaqyín, y a los personajes más importantes del reino tanto del ámbito político como del religioso.
     Con la conquista de Jerusalén y su sumisión al poder babilónico llegó a su punto álgido de transformación de la estructura social de la región, que se venía preparando desde la caída de Samaría” continúa

                      (Ediciones Universidad de Navarra, Sagrada Biblia, Comentario, p.201-202)

domingo, 24 de abril de 2022

Repasar y difundir el Catecismo de la Doctrina Cristiana,
siguiendo el Año litúrgico. Del 24 al 30 de abril 2022
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Buscar siempre los bienes del cielo
    Hay que salirse de esa lógica, y anclarse en la otra: en la eterna.
Se necesita un cambio total: un vaciarse de sí mismo, de los motivos
egocéntricos, que son caducos, para renacer en Cristo, que es eterno.

                                                               (Josemaría Escrivá de Balaguer, Surco, nº 879)
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                                   Ciclo C, año Par
Día 24. II DOMINGO DE PASCUA o DE LA DIVINA MISERICORDIA.
El año litúrgico, nº 1168-1171
                         Termina la Octava de Pascua

Dia 25. lunes, San Marcos, evangelista, fiesta.
Inspiración y verdad de la Sagrada Escritura, nº 105-108

Día 26. martes, San Isidoro, obispo y doctor de la Iglesia, fiesta
El depósito de la fe, nº 84-87

Día 27. miércoles de la II semana de Pascua.
Nuestra Señora de Montserrat
El Sacramento del Bautismo, nº 1213-1222


Día 28. jueves de la II semana de Pascua.
San Luis María Grignion de Monfort
La iniciación cristiana, nº 1229-1233


Día 29. viernes, Santa Catalina de Siena, virgen y doctora de la Iglesia
La mistagogía de la celebración, nº 1234-1245

Día 30. sábado de la II semana de Pascua.
San Pío V, papa
El Bautismo de adultos y niños, nº 1246-1252
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viernes, 22 de abril de 2022

                                       LA IMAGINACIÓN, primera parte

     “Ninguna persona prudente tomaría nunca a un loco por consejero en los problemas más delicados de su propia vida. Todos consideraríamos imprudente y poco sensato a quien se condujera de tal modo.

     Esta verdad, tal clara y evidente en la vida y en los negocios, no lo es tanto, al menos en la práctica, en la vida interior y en el problema de nuestra santificación. La imaginación es una loca -la loca de la casa, la llamaba Santa Teresa, con su habitual buen humor-, y sin embargo, ¡cuántas veces la elegimos, más o menos conscientemente, para consejera de los problemas más delicados de nuestra alma!
     Esta loca que nos distrae con su alboroto y nos disipa con su algarabía; que nos comunica  sus variados temores y nos turba con sus aprensiones, que nos susurra al oído sospechas infundadas, que nos tiraniza con sus ambiciones y nos muerde con su envidia; esta loca que nos hace salir de la realidad con fantásticos ensueños, llenos de euforia o de pesimismo, y que nos instila suavemente el veneno de la sensualidad y del amor propio: esta loca -lo sabemos por experiencia- es la gran enemiga de nuestra vida interior, es la eterna aliada del mundo, del demonio, de la carne. 
     Es ella la que turba tu vida de oración y te hace temer la mortificación; la que introduce en tu alma la tentación de la carne y de la soberbia; la que falsea tu conocimiento de Dios y te priva del sentido sobrenatural; la que te adormece con el sueño de la frivolidad o te sumerge en el letargo de la tibieza; la que apaga el fuego de la caridad o enciende el de la desconfianza y de la discordia.
     Es tan loca como un caballo desbocado; tan inquieta como una mariposa; si no la dominas y la guías, jamás serás un alma interior y sobrenatural.
     Si no la dominas, jamás podrás gozar de esa calma serena, que es tan necesaria para servir a Dios.
     Si no le pones freno, jamás tendrás aquel realismo que una vida de santidad exige. Calma, realismo, serenidad, objetividad: virtudes que nacen allí donde termina la tiranía de la imaginación; virtudes que crecen y se fortifican en el esfuerzo ascético de dominar y de controlar la fantasía.
     Te decía que la tiranía de la imaginación es grande. Tan grande, que altera las ideas, que falsea las situaciones de la vida, que deforma a las personas.
     El Evangelio ofrece una prueba muy elocuente de esta tiranía. Estamos en el lago de Genesaret y es una noche oscura de tempestad; los apóstoles tienen que remar duramente, combatiendo contra un fuerte viento contrario. Su barquichuela, zarandeada por las olas, contiene a doce hombres que luchan para resistir la impetuosa fuerza del viento, Jesús se ha retirado solo a lo alto de un monte vecino y ora.
     Quarta vigilia noctis venit ad eos, ambulans super mare. Pero en la cuarta vigilia de la noche Jesús se acerca hacia los apóstoles caminando sobre las aguas.
     Y los doce…, videntes eum super mare ambulatem, turbati sunt, dicentes: quia fantasma est: al ver a Jesús que anda sobre las aguas, se turban y exclaman: ¡Es un fantasma!
     Fíjate: la adorable figura del Maestro, que viene para estar con ellos, para ayudarlos, para calmar la tempestad imponiendo silencio a las olas con su palabra imperiosa, asume en aquellas imaginaciones el aspecto de un fantasma que les infunde miedo y les turba.
     ¡Cuánta veces se repite en nuestra vida este episodio evangélico! ¡En cuántas ocasiones nuestra alma, víctima de la imaginación, se atemoriza y queda turbada!
     Juegos de la fantasía, fantasmas de la imaginación son esas cruces imaginarias que suelen atormentarnos y nos agobian con su peso. No creo exagerar si te digo que el noventa por ciento de nuestros sufrimientos, de esos sufrimiento que, con escaso conocimiento de la Cruz de Cristo, llamamos cruces, son imaginarios, o por lo menos están agrandados o deformados por el cruel dominio de nuestra imaginación. Esta es la razón por la que tanto nos pesan y nos agobian nuestras cruces humanas e inventadas”.        Continúa

   (Salvador Canals, Ascética meditada, p.129-132, Colección Patmos nº 110, Ediciones Rialp)

 

1, LOS “LIBROS HISTÓRICOS” EN EL CONJUNTO DEL

ANTIGUO TESTAMENTO

 

     “El título de este segundo volumen de la Sagrada Biblia, “Libros históricos del Antiguo Testamento”, requiere una breve aclaración pues no todas las Biblias contienen los mismos libros del Antiguo Testamento, ni tampoco éstos aparecen siempre en el mismo orden. Las diferencias obedecen a razones de carácter histórico y de algún modo afectan a la interpretación de los libros.

     Muchos judíos del tiempo de Jesucristo reconocían la autoridad de la Ley y de los Profetas, y admitían que había también otros libros sagrados que no estaban incluidos en ninguno de esos grupos, por lo que les denominaban simplemente “escritos”. Sin embargo, aún no se había llegado a un consenso sobre el carácter sagrado de algunos libros concretos. De hecho, circulaban muchas obras que finalmente no fueron incluidas en las listas de libros sagrados judíos ni cristianos.

     Los códices transmitidos en el judaísmo rabínico posterior a Jesucristo presentan los libros de la Biblia agrupados en tres secciones: “Ley”, “Profetas” y “Escritos”. En cambio, los códices en lengua griega que contienen las escrituras de ambos Testamentos suelen agrupar los libros del Antiguo de un modo distinto.

     La tradición cristiana, que hizo suya la clasificación griega, considera “libros históricos” tanto los que forman el Pentateuco (Génesis, Éxodo, Levítico, Números, Deuteronomio) como los de Josué, Jueces, Rut, 1 y 2 Samuel, 1 y 2 Reyes, 1 y 2 Crónicas, Esdras, Nehemías, Tobías, Judit, Ester y 1 y 2 Macabeos que suelen colocarse al final de todo el Antiguo Testamento. Los “libros poéticos y sapienciales que en el canon cristiano vienen a continuación, incluyen los de Job, Salmos, Proverbios, Eclesiastés, Cantar de los Cantares, Sabiduría y Eclesiástico. Por último, los “libros proféticos” comprenden Isaías, Jeremías (con Lamentaciones y Baruc), Ezequiel y Daniel, y los doce profetas menores (Oseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahum, Habacuc, Sofonías, Ageo, Zacarías y Malaquías.

     Esta clasificación refleja una concepción teológica de la Sagrada Escritura distinta de la que subyace en la Biblia transmitida en hebreo, que es heredera del rabinismo y que está centrada en torno a la Ley. Para la Iglesia los libros históricos del A. T. constituyen una narración ordenada cronológicamente (aunque con repeticiones y digresiones), que comienza en los orígenes del mundo y del hombre, sigue con los Patriarcas, la estancia de Israel en Egipto y el éxodo, la peregrinación por el desierto, el establecimiento en la tierra prometida, la monarquía, el destierro y la restauración en la época persa, hasta la revuelta macabea frente a la helenización de Palestina. Una historia que se interrumpe a las puertas de nuestra era. A continuación se sitúan los libros poéticos y didácticos, cuyo contenido pone al lector ante Dios -en la oración- y ante el mundo -mediante la sabiduría-, y le permite atisbar nuevas perspectivas sobre el ser y el actuar de Dios.

     Esta clasificación de los libros del A.T. permite entender mejor la manifestación gradual de Dios a los hombres: la Revelación divina ha culminado en Cristo y sólo a la luz del acontecimiento pascual (la muerte y resurrección de Jesús) se encuentra el sentido definitivo de la Sagrada Escritura. Con Él la historia llega a su plenitud. De Él hablan la Ley y los Profetas. Él ha venido a traer la salvación a todos los hombres, judíos y gentiles. La Ley o Pentateuco no es, pues, para la fe cristiana la plasmación definitiva de la voluntad de Dios, como se presupone en la Biblia hebrea, sino el comienzo de la historia de la salvación que se completará en Jesucristo” (selección, continúa)

 

     (Facultad de Teología Universidad de Navarra, Sagrada Biblia, Comentario, p.199-201)

domingo, 17 de abril de 2022

Repasar y difundir el Catecismo de la Doctrina Cristiana,
siguiendo el Año litúrgico. Del 17 al 23 de abril 2022
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Tiempo Pascual
      Los cincuenta días que van desde el Domingo de Resurrección
hasta el domingo de Pentecostés han de ser celebrados con alegría
y exultación como si se tratase de un solo y único día festivo, más
aún, como “un gran domingo”
(San Atanasio)
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            Comienza la Octava de Pascua                 Ciclo C, año Par
Día 17. DOMINGO DE PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DE SEÑOR.
Jesucristo fue sepultado, nº 624-628

Dia 18. LUNES DE LA OCTAVA DE PASCUA.
Al tercer día resucito entre los muertos, nº 638-639

Día 19. MARTES DE LA OCTAVA DE PASCUA.
El sepulcro vacío, nº 640

Día 20. MIÉRCOLES DE LA OCTAVA DE PASCUA.
Las apariciones del Resucitado, nº 641-644

Día 21. JUEVES DE LA OCTAVA DE PASCUA.
La Resurrección como acontecimiento trascendente, nº 645-647

Día 22. VIERNES DE LA OCTAVA DE PASCUA.
La Resurrección, obra de la Santísima Trinidad, nº 648-650

Día 23. SÁBADO DE LA OCTAVA DE PASCUA.
Sentido y alcance salvífico de la Resurrección, nº 651-655
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jueves, 14 de abril de 2022

                                               TENTACIONES, segunda y última parte

     “¡Cuánta experiencia sacarás, por otra parte, de tu lucha contra las tentaciones!, experiencia que te servirá para ayudar, dirigir y consolar a muchas almas tentadas y atribuladas. Aprenderás la ciencia de la comprensión y sabrás hacerla fructificar cuando trates a las almas. La necesidad de recurrir a Dios, que se hace sentir con tanta fuerza en aquellos momentos, hará que tu vida de oración arraigue profundamente en tu alma.

     ¡Cómo crecerás en humildad y en el conocimiento de ti mismo cuando veas tus tendencias y tus inclinaciones! Tus méritos aumentarán y… - ¿por qué no? - hallarás consuelo ante la perspectiva de una maravillosa esperanza del cielo: qui seminat in lacrimis in exultarione et metet, quien siembre con lágrimas, cosechará con alegría.
     Todas estas consideraciones aumentarán tu confianza y tu visión sobrenatural. Sin embargo, deseo añadir una cosa: el peligro mayor para las almas tentadas y atribuladas es el desaliento, el hecho de que puedan pensar o admitir que la tentación es superior a sus fuerzas, que no hay nada que hacer, que el Señor las ha abandonado, que de ahora en adelante han consentido ya. Debes vivir, amigo mío, vigilante y firme contra esta tentación que, por lo general, se presenta después que uno ha luchado valerosamente y que es la más temible y fuerte de las tentaciones.
     ¡Escúchame! ¡Se puede vencer siempre! Omnia possum!, ¡todo lo puedo! Si luchas y pones los medios, la victoria es tuya. Facientibus quot est in se Deus non denegat gratiam, a quienes hacen lo que depende de ellos, Dios no niega su gracia. ¡Dios se lo hizo comprender bien a San Pablo en el momento de la tentación Sufficit tibi gratia mea! ¡Te basta mi gracia! ¡La gracia! Nunca te olvides de la gracia de Dios.
     Nuestro Señor sabe perfectamente hasta qué punto puedes resistir y sabe igualmente bien, como el alfarero, el grado de temperatura necesario para que sus vasos de elección -vas electionis- adquieran cada uno el grado de solidez y de belleza que les tiene determinados.
     No pierdas nunca la confianza, no te desmoralices, no te turbes. Te recuerdo que sentir no es consentir, que las inclinaciones sensibles y los movimientos espontáneos no dependen de tu voluntad. Basta con que resistas generosamente: sólo la voluntad puede consentir y admitir en el alma el pecado. Entre tanto, suceda lo que suceda, el Señor está contigo, en tu alma, aunque no sientas su presencia, aunque no gustes de su compañía. Está contigo -más que nunca ahora que luchas- y te dice: Ego sum, nolite ti-mere, soy Yo, no temas.
     Abre todavía más los ojos de tu alma: el Señor permite la tentación y se sirve de ella providencialmente para purificarte, para hacerte santo, para desligarte mejor de las cosas de la tierra, para llevarte a donde El quiere y por donde El quiere, para hacerte feliz en una vida que no sea cómoda, y para darte madurez, comprensión y eficacia en tu trabajo apostólico con las almas, y… sobre todo para hacerte humilde, muy humilde.
     Escucha ahora, con la visión nueva que estas consideraciones pueden haberte suscitado, estas palabras de la Sagrada Escritura: Fili, accedens ad servitutem Dei, praepara animan tuam ad tentationem (Eccli 2,1), hijo mío, si te das al servicio de Dios, prepara el ánimo a la tentación. Y tú -alma tentada y atribulada- admira la bondad de Dios que te hace gustar la esperanza del cielo estas palabras del Espíritu Santo: Beatus vir, qui suffert tentationem, quoniam cum probatus fuerit accpiet coronam vitae: bienaventurado el hombre que padece tentación, porque por haber sido probado recibirá la corona de la vida: ¡luego las tentaciones tejerán tu corona!
     Pero no olvides, amigo mío, que necesitas de armas para vencer en esta batalla espiritual. Y que tus armas han de ser éstas: oración continua; sinceridad y franqueza con tu director espiritual; la Santísima Eucaristía y el Sacramento de la Penitencia; un generoso espíritu de cristiana mortificación que te llevará a huir de las ocasiones y evitar el ocio; la humildad de corazón, y una tierna y filial devoción a la Santísima Virgen”.

       (Salvador Canals, Ascética meditada, p. 125-128, Colección Patmos nº 110, Ediciones Rialp)

                                          RESUCITÓ, RESUCITAREMOS

     “Hay en el mundo de la fe algo que resulta verdaderamente desconcertante: la mayoría de los cristianos creen sinceramente en la Resurrección de Jesús. Pero asombrosamente esta fe no sirve para iluminar sus vidas.  Creen en el triunfo de Jesús sobre la muerte, pero viven como si no creyeran. ¿Será tal vez porque no hemos comprendido en toda su profundidad lo que fue esa resurrección?

     Recuerdo que hace bastante tiempo trataba una de mis hermanas de explicar a un de mis sobrinillos -que tenía entonces seis años- lo que Jesús nos había querido en su pasión y le explicaba que había muerto por salvarnos. Y queriendo que el pequeño sacara una lección de esta generosidad de Cristo le preguntó: ¿Y tú qué serías capaz de hacer por Jesús, serías capaz de morir por Él? Mi sobrinillo se quedó pensativo y, al cabo de unos segundos, respondió: “Hombre, si sé que voy a resucitar al tercer día, sí”.
     Recuerdo que, al oírlo, en casa nos reímos todos, pero yo me di cuenta de que mi sobrino pensaba de la resurrección y de la muerte de Jesús como solemos pensar todos: que en el fondo Cristo no murió del todo, que fue como una suspensión de la vida durante tres días y que, después de ellos, regresó a la vida de siempre.
     Pero el concepto de resurrección es, en realidad, mucho más ancho. Lo comprenderán ustedes si comparan la de Cristo con la de Lázaro. Muchos creen que se trató de dos resurrecciones gemelas y, de hecho, las llamamos a las dos con la misma palabra.
     Pero fíjense en que Lázaro cuando fue resucitado por Cristo siguió siendo mortal. Vivió en la tierra unos años más y luego volvió a morir por segunda y definitiva vez.
     Jesús, en cambio, al resucitar regresó inmortal, vencida ya para siempre la muerte.
     Lázaro volvió a la vida con la misma forma y género de vida que había tenido antes de su primera muerte. Mientras que Cristo regresó con la vida definitiva, triunfante, completa.
     ¿Qué se deduce de todo esto? Que Jesús con su resurrección no trae solamente una pequeña prolongación de algunos años más en esta vida que ahora tenemos. Lo que consigue y trae es la victoria total sobre la muerte, la vida plena y verdadera, la que Él tiene reservada para todos los hijos de Dios. No se trata sólo de vivir en santidad unos años más. Se trata de un cambio en calidad, de conseguir en Jesús la plenitud humana lejos ya de toda amenaza de muerte.
     ¿Cómo no sentirse felices al saber que Él nos anuncia con su resurrección que participemos en una vida tal alta como la suya?
     Amigos míos, no temáis, lo lloréis como los que no tienen esperanza. Jesús no dejará a los suyos en la estacada de la muerte. Su resurrección fue la primera de todas. Él es el capitán que va delante de nosotros. Y no a la guerra y a la muerte. Sino a la resurrección y la vida”.

                        (J.L. Martín Descalzo, Días grandes de Jesús, p. 201-202, Edibesa)

domingo, 10 de abril de 2022

Repasar y difundir el Catecismo de la Doctrina Cristiana,
siguiendo el Año litúrgico. Del 10 al 16 de abril 2022
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Semana Santa y Triduo Pascual
        Durante la Semana Santa la Iglesia celebra los misterios de la salvación 
actuados por Cristo en los últimos días de su vida, comenzando por su entrada 
mesiánica en Jerusalén.
       Todos los años en el “sacratísimo triduo del Crucificado, del Sepulcro y del 
Resucitado”, o Triduo Pascual, que se celebra desde la misa vespertina del jueves 
en el Cena del Señor hasta las Vísperas del Domingo de Resurrección, la Iglesia 
celebra, “en íntima comunión con Cristo su Esposo”, los grandes Misterios de la 
redención humana.      (Del Directorio sobre la piedad popular y la Liturgia, n. 138-140)
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                           Ciclo C, año Par
Día 10. DOMINGO DE RAMOS EN LA PASIÓN DEL SEÑOR.
La entrada mesiánica de Jesús en Jerusalén, nº 559-560

Dia 11. LUNES SANTO.
“Dios se hizo pecado por nosotros”, nº 602-603

Día 12. MARTES SANTO.
Dios tiene la iniciativa del amor redentor universal, nº 604.605

Día 13. MIÉRCOLES SANTO.
Toda la vida de Cristo es ofrenda al Padre, nº 606-607

              Comienza el Triduo Pascual
Día 14. JUEVES SANTO EN LA CENA DEL SEÑOR.
La ofrenda de la vida de Jesús, nº 608-611

Día 15. VIERNES SANTO EN LA PASIÓN DEL SEÑOR.
La agonía de Getsemaní, nº 612-614

Día 16. SÁBADO SANTO DE LA SEPULTURA DEL SEÑOR.
“Jesucristo descendió a los infiernos”, nº 631-635

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viernes, 8 de abril de 2022

 

                                                TENTACIONES, primera parte

      “¡Que distinto es nuestro camino -el camino que han de recorrer tus discípulos, Señor- del imaginado por nosotros en la inexperiencia de nuestros años jóvenes y en los dorados sueños de nuestra inquieta fantasía! Solíamos ver entonces un camino tranquilo, hecho de inalterada calma interior y de pacíficos triunfos exteriores… y también   - ¿por qué no? - de algunas clamorosas y vistosas batallas con heridas vendadas primero con laurel y luego… con la deseada admiración de muchos. Creíamos, Señor, de modo ingenuo y poco sobrenatural, que la sola decisión de seguirte y de caminar generosamente contigo, renunciando a muchos consuelos humanos, nobles y lícitos habría cambiado nuestra naturaleza y nos habría dejado libres - ¡como ángeles! - del peso de la tribulación y de las turbaciones de las tentaciones.

     Pero tus juicios, ¡oh Señor!, no son los nuestros, ni nuestros caminos son iguales a los tuyos. Nuestra historia, tejido admirable en donde se entrelazan aparentemente de modo caprichoso con los acontecimientos que son vehículo de tu voluntad, los atributos divinos de tu bondad, de tu sabiduría, de tu omnipotencia, de tu ciencia divina y de tu misericordia, nos ha enseñado a comprender y a gustar que la vida del cristiano es una milicia, militia est vita hominis super terram, milicia es la vida terrenal del hombre, y que todos tus discípulos han de probar la pax in bello -paz en la guerra- de tu servicio. Daremos gracias al Señor porque suaviter et fortiter, suave y vigorosamente, nos ha enseñado el valor sobrenatural y el fin providencial de las tentaciones y las tribulaciones. Pues, por medio de ellas, Dios nuestro Señor ha dado a nuestra alma la experiencia del hombre maduro, la dureza y el realismo del soldado veterano fortalecido en la batalla y el espíritu de oración del monje más contemplativo.
     ¡Tentaciones… las tendrás! Tu vida de servicio de Dios y de la Iglesia las conocerá necesariamente, porque tu vocación, tu llamada, tu decisión generosa de seguir a Jesús, no inmunizan a tu alma de los efectos del pecado original, ni apagan para siempre el fuego de tus concupiscencias allí donde se agazapa la tentación: unusquisque vero tentatur a concuspicentia sua, cada cual, ciertamente, es tentado por su concupiscencia.
     Pero te consolarás pensando que los Santos - ¡hombres y mujeres de Dios! - han sostenido las mismas batallas de tú y yo hemos de sostener para demostrar nuestro amor al Señor. Escucha el grito de San Pablo: ¿Quis me liberabit a corpore mortis hujus?, ¿quién me librará de este cuerpo de muerte? Piensa en las tentaciones de San Jerónimo a lo largo del curso de su vida austera y penitente en el desierto; lee la vida de Santa Catalina de Siena y verás las pruebas y las dificultades de aquella alma; y no olvides el martirio de San Alfonso de Ligorio, octogenario, ni las fuertes tentaciones contra la esperanza en la vida de San Francisco de Sales durante el periodo de sus estudios, ni la fe tan duramente probada en el temple de aquel apóstol que era el abate Chautard… ni las tentaciones de todo género de tantos y tantos otros.
     Reflexionemos en ellas, amigo mío, con espíritu sobrenatural: por medio de la tentación, siempre que tú no la vayas a buscar imprudentemente, Dios nuestro Señor pone a prueba y purifica tu alma, tan quam aurum in fornace, como el oro en el crisol. Las tentaciones fortifican e imprimen un sello de autenticidad a tus virtudes, pues ¿qué autenticidad cabe atribuir a una virtud que no se ha fortalecido con la victoria sobre las tentaciones que le son contrarias? Virtus in infirmitate perficitur. La virtud se forja en la debilidad. En las tentaciones se despierta y se robustece tu fe: crece y se hace más sobrenatural tu esperanza; y tu amor -el amor de Dios que es el que te hace resistir valerosamente y no consentir- se manifiesta de modo efectivo y afectivo”. Continua

 (Salvador Canals, Ascética meditada, p. 122-125, Colección Patmos, nº 110 Ediciones Rialp)

miércoles, 6 de abril de 2022

El Foro de la FAmilia celebra que el Tribunal Supremo
haya tumbado la maternidad subrogada
       
La Justicia señala que los vientres de alquiler suponen “un daño inaceptable 
                   al interés del menor y una explotación de la mujer: son tratados como objetos”

La sala de lo civil del Tribunal Supremo ha hecho pública la Sentencia de Pleno 277/2022, de 31 de marzo, en la que se afirma que “la gestación por sustitución comercial vulnera los derechos fundamentales reconocidos en la Constitución y en los convenios internacionales sobre derechos humanos”.

El Foro Español de la Familia pone de relieve la importancia de este respaldo de la Justicia a los menores, a las mujeres y a la institución familiar en general, recordando en un análisis específico realizado por el Foro, las cuestiones éticas implicadas en la práctica de la maternidad subrogada: la ponderación del deseo de los adultos por encima del derecho natural de los hijos a tener un padre y una madre, la instrumentalización de la mujer que lleva a cabo el embarazo, la mercantilización de la vida y la dignidad humana, la selección genética del hijo y la deconstrucción de la institución familiar.

Daño inaceptable.
      El Tribunal Supremo señala ahora en la Sentencia que la maternidad subrogada supone “un daño inaceptable al interés superior del menor y una explotación de la mujer, ambos son tratados como objetos, no como personas dotadas de la dignidad propia de su condición de seres humanos”. Incide en dicho planteamiento al afirmar que “al niño se le priva del derecho a conocer sus orígenes, es tratado como un objeto de cambio, se cosifica”.
      Concluye el Tribunal señalando que la maternidad subrogada supone una “vulneración de los derechos de las madres gestantes y de los propios niños, tratados como simples mercancías”.

Modalidad altruista

      Por todo ello, el Foro celebra esta decisión judicial, recordando en el informe adjunto que dichas vulneraciones se producen igualmente en la llamada modalidad “altruista” de la maternidad subrogada, donde los agentes intermediarios se siguen lucrando a costa de la instrumentalización de la vida humana de madres e hijos.
      Así, sustituyen el concepto de precio por el de compensación; y comenta la experiencia de países donde sí se ha legalizado esta modalidad “altruista”, como Reino Unido o Grecia, donde, fruto de dicha “normalización”, la demanda ha superado la oferta y ha dado lugar a la inhumana situación de los llamados “países incubadora” y al lucro incesante de intermediarios que comercian con vidas humanas.

                                              (publicado por Religión Digital, 5 de abril 2022)

domingo, 3 de abril de 2022

Repasar y difundir el Catecismo de la Doctrina Cristiana,
siguiendo el Año litúrgico. Del 3 al 9 de abril 2022
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Objeción de conciencia
     El ciudadano tiene obligación en conciencia de no seguir las
prescripciones de las autoridades civiles cuando estos preceptos
son contrarios a las exigencias del orden moral, a los derechos
fundamentales de las personas o a las enseñanzas del Evangelio
                                                  (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 2242 -1903)
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                 Ciclo C, año Par
Día 3. DOMINGO V DE CUARESMA.
San Ricardo de Chichester, obispo, siglo XIII
Jesús y la fe de Israel en el Dios único y Salvador (I), nº 587-589

Día 4. lunes de la V semana de Cuaresma.
San Platón, monje de Constantinopla, abad de Bitinia, siglo IX
Jesús y la fe de Israel en el Dios único y Salvador (II), nº 590-591

Día 5. martes de la V semana de Cuaresma.
San Vicente Ferrer, presbítero dominico, siglo XIV
El proceso de Jesús, nº 595-596

Día 6. miércoles de la V semana de Cuaresma.
San Prudencio de Troyes, obispo, siglo IX
Los judíos no son responsables colectivamente
de la muerte de Jesús, nº 597


Día 7. jueves de la V semana de Cuaresma.
San Juan Bautista de la Salle, presbítero, educador y
Fundador de las Escuelas Cristianas, siglo XVIII
Todos los pecadores, autores de la Pasión de Cristo, nº 598

Día 8. viernes de la V semana de Cuaresma.
San Dionisio de Corinto, obispo, siglo II
“Jesús entregado según el preciso designio de Dios”, nº 599-601

Día 9. sábado de la V semana de Cuaresma.
Santa María de Cleofás, pariente de la Virgen, siglo I
La subida de Jesús a Jerusalén, nº 557-558
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viernes, 1 de abril de 2022

                                                       LA CRÍTICA   tercera y última

    “Saberse defender de la crítica injusta y mala es normalmente una virtud y casi siempre un deber; saber recibir y aceptar la crítica buena, además de ser virtud cristiana, es prueba de sabiduría. Signo cierto de grandeza espiritual es saber dejarse decir las cosas: recibirlas con alegría y agradecimiento.

     El que aprende a escuchar y a preguntar llegará muy lejos en el uso de los talentos que recibiera de Dios. Desgraciado en cambio el que no tolera que se le digan las cosas; el que de mil modos -los del amor propio herido- trata de herir y de vengarse contra el que ha tenido la atención y la caridad de hacerle una crítica honesta y buena.
     Nunca debemos olvidar tú y yo que todas las cosas que hacemos mal se deben hacer bien y que todas las cosas que hacemos bien se pueden hacer mejor; y para esto, además de contar con nuestra voluntad, hemos de poder contar con la crítica.
     Pero tampoco has de vivir excesivamente preocupado de la crítica, del “qué dirán”. Porque esta preocupación excesiva y pusilánime podría cortarse las alas y llevarte a no hacer nada. La crítica ligera y envidiosa, la crítica chismosa y superficial, vale más ignorarla.
     Querría decirte a este propósito que el que no hace nada no recibe ninguna crítica, porque la gente -ignora la razón- raramente critica al no hacer. En cambio, el que hace y hace mucho es siempre criticado y lo es por todos: lo critican los que no hacen nada, porque su vida y su trabajo parecen una acusación contra ellos; lo critican los que obran de modo contrario; y lo critican también, cuando no son buenos, los que hacen las mismas o parecidas cosas, porque están celosos de él.
     Alguna vez, se dará en tu vida, la paradoja de que deberás hacerte perdonar lo que hayas hecho de bueno y lo que hayas realizado con tu trabajo, por aquellos que nada bueno hicieron y por aquellos que jamás trabajaron. Otras veces te verás injustamente atacado y maltratado por lo que no conciben que se pueda hacer nada bueno sin pedir su ayuda. Sonríe entonces con elegancia y sigue trabajando.
     No te olvides de dar gracias a Dios por estas cosas; y, sobre todo, por la crítica honesta y buena, amiga y cristiana, no ceses de dar gracias a Dios y a aquel que te la haga”

         (Salvador Canals, Ascética meditada, p. 119-121, Colección Patmos nº 110, Ediciones Rialp)