SAGRADA
BIBLIA: NÚMEROS
“El nombre del libro, Números, proviene de la traducción griega del Pentateuco -hacia el siglo II a.C- que lo titulada arithmoí (“números”) atendiendo a los censos del pueblo que aparecen al comienzo. Entre los judíos recibe el nombre de Bemidbar (“en el desierto”), ya que el primer versículo comienza con esta palabra que además alude al contenido peculiar de la obra: la estancia y peregrinación de pueblo de Israel por el desierto donde Dios se le manifestó.
Las distintas partes del libro de los Números corresponden a los escenarios del desierto en los que se va encontrando el pueblo de Israel. Cuatro son los escenarios que marcan esta situación:
Primera
parte: El pueblo en el desierto del Sinaí (1,1-10,10). Allí aparece el pueblo en toda su
magnitud numérica y su profunda estructura religiosa, disponiéndose para
iniciar la marcha.
Segunda
parte: El pueblo en Cadés
(10,11-20,21), Este lugar se encuentra entre el desierto de Parán y el de Sin.
Allí el pueblo se rebela contra el Señor y experimenta la amargura del castigo
divino, la eficacia de la intercesión de Moisés y la misericordia de Dios que
perdona una y otra vez.
Tercera
parte: el pueblo en el camino entre Cadés y Moab (20,22-21,35). Incluye diversas
etapas, en las que el pueblo de Israel sigue experimentando el castigo y la
misericordia de Dios. Sin embargo, predomina esta última que le concede las
primeras victorias sobre los enemigos.
Cuarta parte: El pueblo en las llanuras de Moab (22,1-36,13). Es ésta la última parada estable antes de entrar en la tierra prometida. Aquí Dios continúa protegiéndolos frente a los poderoso enemigos, y les concede obtener nuevas victorias que permiten ya el asentamiento de algunas tribus en Transjordania.
2, Trasfondo histórico: Israel en el desierto. De esta estancia y el paso de los israelitas por el desierto no se ha encontrado ningún testimonio arqueológico. No es extraño, dadas, por una parte, las condiciones del desierto, y por otra, el tipo de vida nómada.
3, Composición. Los profetas son testigos de la supervivencia de esas tradiciones. Así, en el libro de Amós, Dios habla a su pueblo diciendo: “Yo os hice subir a vosotros del país de Egipto y os llevé por el desierto cuarenta años para que poseyeseis la tierra del amorreo”. Incluso ese paso por el desierto es interpretado como un momento de primordial importancia en las relaciones entre Dios e Israel, en las que se suceden manifestaciones de la bondad de Dios y de la infidelidad del pueblo.
---------------------------------------
(Facultad de Teología Universidad de Navarra, Sagrada Biblia, Comentario (selección) p. 142-146)
No hay comentarios:
Publicar un comentario