domingo, 10 de mayo de 2020


LA  IMAGINACIÓN  FRENTE  AL  ENTENDIMIENTO

“La primera dificultad respecto al buen funcionamiento de la inteligencia es que ésta odia totalmente funcionar, al menos más allá del límite en que el funcionamiento empieza a requerir esfuerzo. El resultado es que cuando surge algún tema que verdaderamente incumbe a la inteligencia, o ésta permanece en absoluta inactiva, o bien interviene la imaginación en su lugar. No hay nada que hacer con la inteligencia hasta que la imaginación queda fuertemente sujetada en su lugar, lo que es excepcionalmente difícil.
Uno de los resultados de la caída del hombre es que la imaginación se le ha ido completamente de las manos, y aun el que no cree en esta “considerable catástrofe”, como la llama Hilaire Belloc, ha de admitir, al menos, que la imaginación representa un papel en los asuntos del pensamiento, totalmente desproporcionada ciertamente con respecto a sus merecimientos, tan desproporcionada ciertamente como para originar un desarreglo permanente en la naturaleza del hombre”.
Lo anterior, es la introducción al capítulo  Examen del Entendimiento, de la obra de F.J. Sheed, titulado TEOLOGÍA Y SENSATEZ, en sus páginas 22 y siguientes, y que me ha sugerido relacionarlo como no puede ser de otra manera, con la persona y su modo de ser: el carácter. Si preguntamos al Diccionario de la Lengua, qué es carácter: conjunto de cualidades síquicas y afectivas que condicionan la conducta de cada individuo humano, distinguiéndolo de los demás.
Ese carácter de la persona, en el que sin duda, juegan un papel importante la imaginación y el entendimiento, parámetros necesarios de la persona, que le facilitarán enjuiciar y obrar correctamente. También a la hora de seleccionar y decidirse por lo más importante que le conviene.
Para acertar  bien, se precisa una elección prudente,  que viene precedida de tres fases: la deliberación, el juicio y la decisión, sobre la aportación de la naturaleza o hecho sobre el que debe decidir y como ya se alude al principio, juega un papel relevante  la virtud de la Prudencia. Dice Joseph Pieper: El lugar preferente que ocupa la prudencia indica que las buenas intenciones no bastan. No obstante, la prudencia no es la garantía absoluta de acierto o de éxito.
A lo expuesto, también debemos considerar la importancia de la formación humana, empeño y reto de la persona responsable, si de veras considera que debe y puede mejorar, tratando de conocerse cada día mejor y cuidando y vigilando su corazón  con fundamentación religiosa –el gnóstico y similares se mueve en terrenos pantanosos-,  su interior o vida religiosa; en segundo lugar, preocupación positiva y aportación  en la vida familiar; en tercer lugar, se encontraría su trabajo profesional, después su integración social. Todo ello, ayudará y mejorará su carácter, introduciéndose y exigiéndose en ser ordenado, sereno, laborioso, comprensivo, optimista, etc. retos que  afecta y se alcanzan en casi todas las etapas de la vida de la persona.
El carácter, el modo de ser y de comportarse,  es mejorable como antes se alude, a lo largo de la vida  y por tanto, es importantísimo, proponerse mejorarlo, para ello, me permito recomendar un libro, que ayudará sin duda a solventar algunas de las cuestiones antes reseñadas: LIDERAZGO VIRTUOSO, de Alexandre Havard, concretamente, los capítulos 3 que se titula: Dominio de sí: el triunfo del corazón y del espíritu y capítulo 4: Justicia: comunión y comunicación.
Madrid, 2 de mayo 2020


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