Limitaciones y lamentaciones en nuestra
sociedad
Para que algo mejore,
requiere, además de buena voluntad, el empeño y tesón de luchar, después de un
sincero examen, donde se aprecien las deficiencias y obstáculos que debamos
superar. Lamentaciones, mejor, crítica constructiva la que debería venir aportando soluciones.
Las deficiencias y
limitaciones que se vienen advirtiendo en muchos campos; todas las
manifestaciones de la vida: la cultura y la economía, el trabajo y el descanso,
la vida familiar y la convivencia social, toda ello, implica a gran parte de la
sociedad: hombres de estado, políticos, educadores, padres de familia, medios
de comunicación (periodistas), etc. todos aquellos llamados a educar y formar. Todos ellos, en primer
lugar, deben aportar además de su experiencia y profesionalidad, la aportación
moral de la persona, imprescindible ir por delante, con su comportamiento
ejemplar, coherente.
Hoy está muy presente, la posverdad, falta de educación, el mal ejemplo, no hablar por
compromiso, etc. y a menudo: lo políticamente correcto .
“La post-truth se
nutre básicamente de las llamadas fake
news, falsedades difundidas a propósito para desinformar a la ciudadanía
con el designio de obtener réditos económicos o políticos. Eso es lo que con
una precisión y economía lingüística admirables nuestra lengua denomina bulo: Noticia falsa propalada con algún
fin”, según reza el diccionario”.
(Darío Villanueva, Nueva Revista, nº 174, p.8)
Si de veras se desea educar y formar, requiere el buen
comportamiento personal y hablar, no
cabe ser mudo, ni por timidez, ni comodidad ni hipocresía. (Libro
de Surco nº 308):
No se puede separar la religión de la
vida, ni en el pensamiento, ni en la
realidad cotidiana. Hay una profecía en la Sagrada Escritura, del profeta
Ezequiel, quizá referidas a los pastores: obispos y sacerdotes. También pueden ser
extensivas a todos los citados anteriormente:
“Hijo de Adán,
profetiza contra los pastores de Israel, profetiza diciéndoles: “¡Pastores!,
esto dice el Señor: ¡Ay de los pastores de Israel que se apacientan a sí mismos!
¿No son las ovejas lo que tienen que apacentar los pastores?... No fortalecéis
a las débiles, ni curáis a las enfermas, ni vendáis a las heridas y maltratáis
brutalmente a las fuertes. Al no tener pastor, se desperdigaron y fueron pasto
de las fieras del campo… Así dice el Señor: Me voy a enfrentar con los
pastores; les reclamaré mis ovejas, los quitaré de pastores de mis ovejas, para
que dejen de apacentarse a sí mismos los pastores…” (Sagrada Biblia, Ezequiel, 34, 1-11)
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