AGRADECIMIENTO. Su contario INGRATITUD
Principalmente,
en la familia se educa, se aprende y se adquiere el adecuado
bagaje como persona. También se adquiere,
el apropiado clima de convivencia, de ser agradecidos, por la ayuda o favores que se recibe y éstos los sabe ponderar y compartir en la
sociedad: escuela, universidad, centro de trabajo, vida social, etc. Sin duda,
facilita la convivencia y, en muchas ocasiones, es la debida respuesta de
valorar y apreciar a las prestaciones o favores recibidos.
Ignoro si hoy en
algunas familias se aprecia, se valora y
se vive en ese agradecimiento. En la calle, vida social, medios de
comunicación, si parece que se podría mejorar. No se puede perder el valor de
las palabras. Casi un reto: conocer y valorar el vocabulario
Reza el refrán
castellano: Es de bien nacidos ser agradecidos. Y el Centro Virtual Cervantes, da como significado: Las personas que se han criado en una buena familia saben reconocer y
agradecer a quienes les prestaron ayuda.
Dice san
Agustín, Epistolario 72: ¿“Qué cosa mejor podemos traer en el corazón,
pronunciar con la boca, escribir con la pluma que estas palabras, Gracias a Dios? No hay cosa que se pueda decir con mayor
brevedad, no oír con mayor alegría, ni sentirse con mayor elevación, ni hacer
con mayor utilidad”.
Al carecer de un
reconocimiento, se puede llegar con facilidad a la Ingratitud. Esa persona que no valora ni aprecia los
favores o ayuda que le prestaron. Carencia, falta de agradecimiento. Carencia
de formación, educación, incluso,
persona y actitud rara.
En el Evangelio de san
Lucas, 17, 11-19: Jesus, en el camino
hacia Jerusalén, encuentra a diez leprosos que se detuvieron a lo lejos.
Desde la distancia, éstos le piden ser curados. El Señor les manda ir mostrarse a los
sacerdotes como estaba preceptuado en la Ley del Levítico, 14, 2. Continúa el relato, que solo uno, el
samaritano, vuelve seguidamente a dar gracias al Señor. Ante lo
cual dijo Jesús: ¿No son diez los que han quedado limpios?
Hablar de
agradecimiento, es naturalidad, sencillez, comprensión, hacer grata la vida
social, la convivencia. Otra cita ilustra lo referido. Josep Alegre Villarroya, El
Respeto, p. 111 dice: “Ser natural,
sencillo, tolerante, comprensivo, disponible… son valores básicos que nos hacen
ser, hablar, pensar, divertir, comportar de una manera respetuosa. De hecho, el
respeto debe encadenar una serie de cualidades y actitudes, propias de la
persona educada”.
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