JUECES.
Los libros históricos del Antiguo Testamento
INTRODUCCIÓN – segunda parte,
continúa
VI, SANSÓN, DE LA TRIBU DE DAN (13,1-21,25). De nuevo los israelitas hicieron el mal a los ojos delSeñor, que esta vez los entregó en manos de los filisteos. Pero Dios suscitó un salvador, Sansón, que iba a superar las hazañas de los anteriores. Primero, se anuncia a sus padres su nacimiento y también se dice que será nazareno, consagrado a Dios, desde el seno materno.
A continuación, se presenta a Sansón y se cuentan varias de las hazañas realizadas gracias a su
extraordinario vigor. Luego, seducido por Dalila, manifestará el secreto de su fuerza y será apresado por los filisteos. Por último, una vez recuperada su fuerza prodigiosa, él mismo pierde la vida junto con muchos filisteos al derribar la casa en la que estaban. Al final de esta historia, como había sucedido en otros casos, se añaden dos narraciones distintas pero relacionadas entre sí. El primer relato hace referencia a la migración de la tribu de Dan desde el lugar en donde estaba al principio, en la Sefelá, hacia el norte del país. Su protagonista es un levita que fue bien acogido, primero por un hombre de Efraím y después por los hombres de Dan. El segundo relato tiene como protagonista a otro levita que no encontró hospitalidad por parte de los benjaminitas de Guibeá: quisieron abusar de él y maltrataron hasta la muerte a su concubina. Esto originó una lucha de todas las tribus israelitas contra Benjamín, que estuvo a punto de desaparecer. De este modo, queda constancia del desorden y de la corrupción de costumbres a la que se había llegado al final de la época de los jueces debido a la infidelidad a Dios de las tribus.
2, Composición. La redacción definitiva del
libro de los Jueces fue realizada dentro del proceso de composición de la “historia
deuteronomista” de la que forma una parte importante.
Los relatos ejemplares incluidos en el
libro toman su argumento, posiblemente, de datos tradicionales de diversas
procedencias. En total se habla de doce jueces -uno por cada tribu-, pero sólo se
desarrollan con cierta extensión las hazañas de seis de ellos. Cada tribu habría
ido recordando las hazañas de sus héroes pretéritos, transmitiéndola de padres
a hijos. En algunos casos, hay historias que parece que muy pronto tuvieron
forma literaria, como la del “Canto de Débora”. En otros, las tradiciones se
pusieron por escrito más tarde.
En la época del destierro todos esos
relatos fueron agrupados en este libro para ilustrar la enseñanza teológica
fundamental propia de la “historia deuteronomista”: la inquebrantable lealtad
de Dios en contraste con las reiteradas infidelidades de Israel. Sin embargo,
en su redacción se respetaron los rasgos genuinos de cada relato, aunque en
algunos casos resultan chocantes para la enseñanza general que se trataba de
transmitir. Por eso, se narran, sin reprobarlos explícitamente, hechos o
costumbres discordantes, como por ejemplo la posibilidad de dar culto a Dios en
diversos santuarios y no sólo en Jerusalén, o el ofrecimiento de un sacrificio
humano por parte de Jefté.
3, Enseñanza. La recopilación de tradiciones
locales en el libro de los Jueces ilustra de modo ejemplar las relaciones entre
Dios y su pueblo. Desde su asentamiento en la tierra prometida Dios se ha
interesado por Israel y ha actuado en su favor cuantas veces ha sido necesario.
Así pues, cuando el pueblo elegido se veía oprimido por una circunstancia
angustiosa, Dios intervenía para liberarlo”.
Continúa
(Facultad de Teología
Universidad de Navarra, Comentario, Sagrada Biblia, p. 223-224)
No hay comentarios:
Publicar un comentario