LA
SANTA IGLESIA CATÓLICA
El Símbolo de los Apóstoles. Artículo 9
“Así como en un hombre hay un alma y un
cuerpo solamente, y sus miembros, sin embargo, son diversos, así también la
Iglesia católica es un solo cuerpo, y tiene diversos miembros. El alma que da vida a este cuerpo, es el Espíritu Santo. Por ello, luego de confesar la fe en
el Espíritu Santo, es precisocreer en la santa Iglesia católica. En
consecuencia, con esto prosigue el Símbolo: “la santa Iglesia católica”.
Conviene saber que Iglesia quiere decir
congregación; por tanto, la santa Iglesia es lo mismo que la congregación de
los fieles, y todo cristiano es como un miembro de esta Iglesia, de la cual se
dice: “Acercaos a mí, ignorantes, congregaos en la casa de instrucción” (Eccli
51, 31). Esta santa Iglesia cumple cuatro condiciones: es una, santa,
católica, es decir, universal y firme y estable.
A) En cuanto a lo primero hay que notar que,
aunque diversos herejes dieron origen a sectas diversas, no pertenecen a la
Iglesia, porque están divididos en facciones, mientras que la Iglesia es una:
“Una sola es mi paloma, una sola mi perfecta” (Cant 6, 8).
La unidad de la Iglesia resulta de tres
cosas:
Primero, de la unidad de la fe.
Todos los cristianos que pertenecen al cuerpo de la Iglesia, creen lo mismo:
“Que digáis toda una misma cosa, y no haya entre vosotros divisiones” (1 Cor
1, 10); “Un solo Dios, una sola fe, un solo bautismo” (Eph 4,
5).
Segundo, de la unidad de la
esperanza, porque todos están cimentados en la misma esperanza de llegar a la
vida eterna: “Un solo cuerpo y un solo espíritu, como una es la esperanza a que
habéis sido llamados” (Eph 4, 4).
Tercero, de la unidad de la caridad,
puesto que todos están unidos en el amor a Dios, y entre sí en el mutuo amor.
“Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean una sola cosa, como
también nosotros somos una sola cosa “(Jn 17, 22). Este
amor, si es verdadero, se pone de manifiesto en que los miembros viven
solícitos los unos de los otros, y cada uno participa en los sentimientos de
los demás. “Crezcamos en amor en todo hasta Aquél que es la cabeza, Cristo, por
quien todo el cuerpo -compacto bien trabado por medio de toda clase de junturas
que llevan la nutrición según la actividad propia de cada miembro- va creciendo
y edificándose en el amor” (Eph 4, 15-16); pues
cada uno debe servir al prójimo conforme a la gracia recibida de Dios.
Por tanto, nadie debe menospreciar ni dar
lugar a que se le arroje y expulse de esta Iglesia, porque no hay más que una
en la que los hombres encuentren la salvación, como nadie pudo salvarse más que
en el arca de Noe.
B) En cuanto a lo segundo hay que notar
que existe también otra congregación, pero de malhechores: “Odio la asamblea de
malhechores” (Ps 25, 5). Ésta es mala, en tanto que la Iglesia de Cristo es santa:
“Santo es el templo de Dios, que sois vosotros” (1 Cor 3, 17); por
ello profesa el Símbolo: “la santa Iglesia”.
Por
cuatro procedimientos se santifican los fieles de esta congregación.
Primero,
porque al igual que es rociada con agua una iglesia cuando se consagra, así
también los fieles han sido lavados en la sangre de Cristo. “Nos amó, y no lavó
de nuestros pecados con su sangre” (Apc 1, 5);
“Jesús, para santificar por medio de su sangre al pueblo, padeció fuera de la
puerta” (Heb 13, 12).
Segundo, por
unción: como es ungida la iglesia, son ungidos los fieles con unción
espiritual, para ser santificados; de otra forma no serían cristianos, pues
Cristo quiere decir ungido. Esta unción es la gracia del Espíritu Santo. “Es
Dios quien nos ungió” (2 Cor 1, 21); “Habéis sido santificados en el nombre
de nuestro Señor Jesucristo” (1 Cor 6, 11)
(Santo
Tomás de Aquino, Escritos de Catequesis, El símbolo de los Apóstoles, Artículo
9, primera parte, p. 93-95)
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