Vidas ejemplares (15) LA DIDAJÉ
“Didajé es una palabra griega que
significa “enseñanza y con la que se suele conocer abreviadamente la obra
llamada “Instrucción del Señor a los gentiles por medio de los doce Apóstoles”.
Es una colección de normas morales, litúrgicas y de organización eclesiástica
que debían de estar en vigor ya desde algún tiempo, recopiladas ahora sin
pretender ordenarlas ni hacer una síntesis. Tenía tal prestigio en la
antigüedad, que Eusebio de Cesarea tuvo que hacer notar que no se trataba de un
escrito canónico. Sin embargo, después de perdió y no fue recuperada hasta
finales del siglo XIX, cuando se encontró en un códice griego del siglo XI del
patriarcado de Jerusalén.
Respecto a la liturgia, son interesantes las normas que se dan para la administración del bautismo, que al parecer se solía hacer por inmersión en los ríos, aunque se admitía el bautismo por infusión, derramando agua sobre la cabeza; la prescripción del ayuno antes del bautismo, y de los ayunos en los días señalados, que son los miércoles y los viernes, distintos a los de los judíos; los ejemplos que se dan de plegarias eucarísticas; y la insistencia en la necesidad de purificación, tanto para la Comunión como para la oración en general; también se alude a la Eucaristía como sacrificio.
Respecto a la jerarquía, no se describe
con detalle su organización; se habla de obispos y diáconos, pero no de
presbíteros; el papel que dentro de la jerarquía tienen los profetas
itinerantes es aún considerable.
(Enrique Moliné, Los
Padres de la Iglesia, tomo I, p. 53-54)
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