miércoles, 28 de febrero de 2024

DESPIERTA Y COMBATE A LOS BÁRBAROS
QUE ARRUINAN TU VIDA
¿Qué demonios nos pasa? – Delegar responsabilidades

1.- Una sensación de impotencia. Lo que pasa es que no sabemos lo que nos pasa. Esa es nuestra triste realidad. El ciudadano medio está como grogui, golpeado y tumbado en la lona, con una sensación de impotencia al ver cómo España, y una buena parte de Occidente, se nos va a pique por poderosas fuerzas que son, cada día, más difíciles de vencer y extirpar de nuestra vida.

      Lo tenemos todo para seguir siendo la gran nación que fuimos, y cuando parece que estamos en condiciones de conseguirlo, zas, las nieblas tenebrosas se instalan entre nosotros y descarrilamos.

      Hay resortes en nuestro país que ejercen el poder independientemente del apoyo social que puedan tener. Y es un poder que se impone, aunque la No-Izquierda consiga el Gobierno de la nación.

      ¿Qué nos pasa? Lo que nos pasa es que seguimos sin enterarnos de que estamos inmersos, desde hace décadas, en una guerra cultual… y que la estamos perdiendo a pasos agigantados. Bueno, más que perder creo que lo justo es decir que casi nunca nos presentamos en el campo de batalla. Y, cuando lo hacemos, estamos siempre en minoría y desunidos, un poco como el ejército de Pancho Villa, cada uno a su bola, en plan francotirador, y contribuyendo, muchas veces, a que los aliados pierdan sus batallas gracias al llamado fuego amigo…

      Comprendo que esta guerra no sea fácil de palpar. Cuando un país es invadido por otro, la amenaza es visible y cercana. Y la población, claro, se moviliza para no caer en manos del enemigo. Le va en ello la vida. Hay una reacción para no ser aplastado. Y lo dejo todo para unir sus fuerzas a otros conciudadanos que ven peligrar su vida, su familia y sus propiedades.

2.-En qué consiste esta guerra cultural. Hace décadas comenzó esta guerra cultural que no mata físicamente… de momento, pero sus bombas ideológicas destrozan la sociedad. No hay tropas, soldados o tanques. Es una guerra más sutil. Y como en cualquier guerra se pretende aplastar al enemigo.

      En esta guerra, el campo de batalla es el mundo de la cultura y de la opinión pública. Y el botín es acaparar todo el poder para someter al otro a los dictados del ganador.

      Hay dos bandos bien diferenciados, los impulsores de una sociedad encerrada en la ideología, frente a una abierta a la realidad.

Ø  La guerra cultural se libra entre los que quieren imponer una dictadura del pensamiento único, frente a los que queremos una sociedad plural.

Ø  Los que quieren prohibir todo aquello que los molesta, frente a los que respetamos comportamientos o acciones de otros aunque nos desagraden.

Ø  Los que prefieren que la riqueza sea distribuida por los políticos, frente a los que sostenemos que es mejor que el dinero esté en los bolsillos de los ciudadanos.

Ø  Los que quieren dominar, frente a los que nos negamos a ser dominados.

Ø  Los que se llenan la boca de tolerancia, pero no admiten que se discrepe de sus postulados, frente a los verdaderos tolerantes que son tachados de fascistas por esos “tolerantes”, y se los persigue para que no tengan voz en la plaza pública.

Ø  Los que quieren subir los impuestos, frente a los que nos gustaría bajarlos.

Ø  Los que saquen las cuentas públicas para crear altavoces de propagandas, frente a los que desearíamos una administración neutral.  -continúa-

         (autor Álex Rosal, LIBROSLIBRES, con el título que encabeza, capítulo 1, p. 20-22)

No hay comentarios:

Publicar un comentario