miércoles, 17 de diciembre de 2025

Antiguo Testamento
¿Qué es la tipología y cómo funciona?
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La Iglesia ya en tiempos apostólicos (cf. 1 Co 10, 6-11; Hb 10, 1-; 1 P 3,21), y después constantemente en su tradición, esclareció la unidad del plan divino en los dos Testamentos gracias a la tipología. Esta reconoce en las obras de Dios en la Antigua Alianza prefiguraciones de lo que Dios realizó en la plenitud de los tiempos en la persona de su Hijo encarnado. (Catecismo de la Iglesia Católica n. 128)

 

      El Antiguo Testamento contiene algo más que la simple historia de Israel. En cualquier pasaje del Antiguo Testamento descubrimos cosas que nos hacen pensar en el Nuevo Testamento.

 

      Todo el Antiguo Testamento fue escrito antes de la venida de Cristo. Pero Dios es el verdadero autor de los libros del Antiguo Testamento y puede contemplar toda la historia simultáneamente. Dios es también el autor de la historia. De hecho, Dios escribe la historia como nosotros escribimos los libros. Dios ve -y crea- toda la historia como una unidad. Sin embargo, nosotros, al estar limitados por el tiempo, entendemos la historia como una serie de periodos distintos con diversos personajes. Pero Dios, que es inmutable, actúa de la misma manera a lo largo de la historia, por lo que su plan de salvación no cambia nunca.

 

      Por eso, cuando nosotros los cristianos leemos el Antiguo Testamento, vemos muchas cosas que apuntan al Nuevo o a otros acontecimientos del Antiguo. Algunas de ellas son simples anuncios. Por ej. podemos ver que los profetas del Antiguo Testamento preanunciaron la llegada de Cristo y los sufrimientos que tenía que padecer por nuestra salvación.

 

      Pero, como Dios es el autor de la historia, ciertos acontecimientos en la historia también apuntan a otros acontecimientos. Por ej. podemos ver que el sacrificio que se dispuso a hacer Abrahán de su hijo Isaac anticipa el sacrificio del Hijo único de Dios en la cruz.

 

     Esto no quiere decir que la historia del Antiguo Testamento no tenga un significado en sí misma. Al contrario: primero debemos tratar de comprender los acontecimientos tal y como los comprendieron los lectores inmediatos. Pero podemos usar cada acontecimiento como una analogía que nos ayude a comprender la figura de Cristo. Y como Dios es el autor de la historia, la analogía es más que algo accidental. Nos enseña que Dios actúa del mismo modo a lo largo de la historia, descubriendo gradualmente su plan maestro para salvar a su pueblo.

 

      Cuando algún suceso o persona de la historia apunta hacia otro futuro, llamamos al primero “tipo” del segundo. Así pues, decimos, por ej. que Isaac fue “tipo” de Cristo.

 

      Al estudio de los “tipos” del Antiguo Testamento se le llama “tipología”. La tipología es una de nuestras herramientas más importantes para entender el Antiguo Testamento. Con tantos libros escritos a lo largo de tanto tiempo, el Antiguo Testamento puede parecer enormemente complejo. Pero cuando vemos cómo Dios actúa del mismo modo una y otra vez, llevando su plan a su punto culminante con la muerte y resurrección de Jesucristo, entonces la unidad del Antiguo Testamento cobra mayor sentido.

 

      La tipología no es sólo un oscuro recurso técnico. Es simplemente un modo de enseñar por analogía, explicando la nuevo en función de lo antiguo. Dios nos presenta nuevas ideas de manera que podamos entenderlas.

                               (Scott Hahn, Ph. D. MEDWEST THEOLOGICAL FORUM/Editorial Edibesa,

                                           Curso para el estudio de la Biblia, capitulo 2/9, p. 38)

 

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