LO ESPECÍFICO DEL MENSAJE CRISTIANO
Es, además, una tarea imposible porque el
cristianismo, a pesar de ser muy sencillo, es una religión muy rica en aspectos.
No resulta factible entonces determinar absolutamente cuál de esos aspectos
debe tener una clara primacía sobre los demás.
A pesar de todo, podemos indicar las
notas más características de la religión de Jesucristo y señalar los aspectos
que hacen de ella la religión más original y también la más genuina. Casi todas
las religiones contienen fragmentos más o menos numerosos de Verdad, pero solo
la cristiana -tal como enseña la Iglesia católica- puede llamarse plenamente
verdadera.
Originalidad del
Cristianismo
Hay que decir, ante todo, que la religión
cristiana no es solamente una religión a secas. El cristianismo es una
Revelación, es decir, contiene la auto manifestación que Dios ha querido hacer
de los misterios de su vida, con el fin de santificar a los hombres y poder
conducirlos hasta la vida eterna. Enseña el Concilio Vaticano II: “Dispuso Dios
en su sabiduría revelarse a sí mismo y dar a conocer el misterio de su voluntad…
Por esta revelación, Dios invisible habla a los hombres como amigos, movido por
su gran amor, y vive en ellos para invitarlos a la comunicación consigo y
recibirlos en su compañía” (Constitución dogmática Dei Verbum n. 2).
El cristianismo es, por tanto, más que
una religión. Esta es una afirmación importante porque, aunque la religión sea,
en principio, una actividad buena y noble del hombre, que está siempre dirigida
en alguna medida por Dios, puede a veces presentar deformaciones, ambigüedades
y falsedades de mayor o menos calibre. La religión necesita entonces ser
iluminada, elevada y purificada por la luz y la verdad de la Revelación de
Dios, que libera a aquella de sus defectos y limitaciones. Vemos, por ej. cómo
la actividad de Dios, tal como se narra en el Antiguo Testamento, consigue,
mediante Moisés y los profetas, destruir poco a poco la idolatría y las
supersticiones -deformaciones de la religión- que el pueblo de Israel
practicaba todavía al principio. Lo mismo puede decirse de la obra de Jesús en
el anuncio del Evangelio. El Señor se esfuerza continuamente en implantar una
religión de corazones puros, amor total y sincero a Dios y servicio fraterno y
desinteresado a todos los hombres, es decir, una religión transparente a los
valores de la Revelación y llena de vida
que esta trae el mundo.
La Trinidad y la
persona humana
El cristianismo es, como suele decirse,
una religión estrictamente monoteísta. No habla de dioses, sino de un Dios
único y Todopoderoso que no tiene principio ni fin y que ha creado los cielos y
la tierra. Pero este Dios, sin dejar de ser Uno, es además Trino, es decir, es
un solo ser divino que vive en Tres Personas, a las que llamamos Padre, Hijo y
Espíritu Santo. Tenemos aquí, sin duda alguna, una creencia completamente
original del cristianismo. Muchos han pensado que se trata de una afirmación
contradictoria, porque parece decir, sin más, que Dios es a la vez uno y tres.
(continúa)
(José Morales, Cuestiones controvertidas del cristianismo, 7ª
edición, octubre 2002, p. 8-10, Ediciones Palabra)
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