Conocimiento basado en la buena formación
La doctrina cristiana no es una elaboración teórica que se deriva lógicamente de unos principios generales. Se trata más bien de una doctrina viva, que se desprende del Evangelio. El respeto por cada persona humana, hecha a imagen y semejanza de Dios; la centralidad de la familia en la sociedad; la predilección por los pobres y los marginados; la necesidad de luchar por la justicia social; el espíritu de servicio de quienes gobiernan y un largo etcétera son algunas de las verdades evangélicas que forman parte del fundamento de la doctrina cristiana que ilumina la vida social.
(Mariano Fazio, Transforman el mundo desde dentro, p. 68)
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