VIDAS EJEMPLARES: San Ireneo de Lyon (8)
San Ireneo. ”Padre de la Iglesia y el más importante teólogo de su siglo. El hecho que fuera oyente en su adolescencia de S. Policarpo hace suponer su procedencia asiática, probablemente de Esmirna. Se desconoce el motivo por el que se encuentra en Roma a la muerte de S. Policarpo (155), como también por qué deja Asia Menor y se traslada a las Galias. Presbítero de la Iglesia de Lyon, una vez ordenado sacerdote es enviado al papa Eleuterio (174-189) por los confesores de esta diócesis para hacer de mediador en alguna cuestión referente al montanismo. La admiración que despierta su persona y su gran formación doctrinal explican que a la muerte del obispo Fontino sea nombrado su sucesor en la diócesis de Lyon.
Aparte de comentarios y noticias, dos de
sus obras nos han llegado completas. La principal de ellas, Adversus haereses, es una demostración y
refutación de la falsa gnosis. El gnosticismo constituyó el intento de absorber
el cristianismo en diversas filosofías religiosas y mitos; de los primeros
tiempos del cristianismo figuran entre sus principales impulsores Valentín
Basílides, Cerinto, Marción, Taciano, etc.
Otra obra suya, Demostración de la enseñanza apostólica, es un libro apologético
donde se exponen las pruebas de los dogmas divinos, precioso testimonio de la
teología del siglo II, segura, sencilla y profunda. Escribe además: De scientia, De schismate y Sobre la monarquía o Que Dios no es el autor del mal.
El principio fundamental del que se sirve Ireneo para refutar los sistemas gnósticos es el de la unidad divina: Un solo Dios, un solo Señor, un solo Creador, un solo Padre, sólo Él contiene todas las cosas, dando el ser a todas ellas. Pone un interés especial es probar la realidad de la Encarnación, pues en ella radica la posibilidad de salvación para la carne, Cristo hecho carne, sufriente, muerto y redivivo, es el mediador entre Dios y los hombres, renovando mediante su obediencia las vínculos de amistad entre las dos partes alejadas. Señala también cómo el hombre, hecho de la tierra, es una obra de Dios y cómo las tres divinas Personas intervienen en su creación con su sello personal. (Biografías, 5ª edición. p. 37, Ediciones Rialp)
Dice Benedicto XVI: “San Ireneo es ante todo
un hombre de fe un pastor. Tiene la prudencia, la riqueza de doctrina y el celo
misionero del buen pastor. Como escritor, busca dos finalidades: defender de
los asaltos de los herejes la verdadera doctrina y exponer con claridad las
verdades de la fe. A estas dos finalidades responden exactamente las dos obras
que quedan de él: los cinco libros Contra
las herejías y La exposición de
la predicación apostólica, que se
puede considerar también como el más antiguo “catecismo de la doctrina
cristiana”. En definitiva, san Ireneo es el campeón de la lucha contra las
herejías”.
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