III NUEVA EVANGELIZACIÓN
Interrumpimos por unos minutos el ritmo del encuentro y de la conversación. Rezamos
el Ángelus, rogamos a la Santísima Virgen que nos acompañara, y seguimos adelante
recogiendo respuestas a la pregunta con la que comenzamos el encuentro, y que
recojo de nuevo aquí: “¿Qué esperáis oír cuando os hablan en el ambiente de la Iglesia de
se está queriendo implantar en Occidente, nos leyó una consideración de Václav Havel,
primer presidente de la República Checa, que Giulio Meotti recoge en su libro “
¿El último Papa de Occidente?”. “Una civilización que estaba abocada a la catástrofe”.
Y añade. “Havel no era religioso, pero odiaba la “relativización de las normas morales”,
Havel se queda en eso que llama “transcendente”, que no pasa de ser un término
abstracto construido por el hombre, y no llega a un Dios personal, comentó. Y ese Dios
personal, Padre, Hijo y Espíritu, al que Cristo, Hijo de Dios hecho hombre, nos da a
conocer; es Dios a Quien nosotros hemos de predicar y de manifestar al mundo. Como
hizo san Pablo con los atenienses. No le creyeron, siguió, pero sobre los dos o tres que
sí le creyeron, Pablo sembró la semilla de la Fe en Grecia, en Europa”.
Otro señaló a renglón seguido: “Me parece muy bien, pero hoy hay mucha gente, y
muchos jóvenes, que no han recibido ninguna formación religiosa, que acaso han sido
bautizados y después ni sus padres ni sus maestros les han enseñado a rezar, ni a
pensar en Cristo, Dios y hombre verdadero. Si no conocemos bien a Cristo, si no
vislumbramos el amor de Dios, en su Pasión, Muerte y Resurrección, se nos hará muy
difícil hacer comprender y vivir los Mandamientos, que nos ayudan a actuar
verdaderamente como cristianos”.
Un pequeño descanso para asimilar bien lo dicho hasta ahora; y apenas pasados unos
minutos, un licenciado en Física comentó: “Me gustaría que en la Iglesia se hable con
mucha claridad, y no se caiga en la trampa del lenguaje que los que atacan la fe
dominan bien. Por ejemplo. La Verdad existe. Nosotros no “creemos” que el aborto es
un asesinato, y que las ideologías lgtbi corrompen al hombre y a la mujer, porque nos
lo dice nuestra Fe. No. Nosotros “no creemos en eso”, lo sabemos. Y lo sabemos
porque la ciencia manifiesta claramente que en el embrión está ya un ser humano que
comienza su desarrollo vital; y que los seres humanos nacemos hombres o mujeres,
con todas nuestras células de hombre o de mujer”.
“Y distinguiendo claramente Ciencia y Fe, me gustaría que se vuelvan a emplear en las
homilías y, especialmente en las Misas de Difuntos, las palabras que abren la
inteligencia, la razón, a la Fe en la Vida eterna: Muerte, Juicio, Infierno y Gloria. Sin la
perspectiva y esperanza de vivir en Cristo y con Cristo, el hombre pierde el sentido de
su vida en la tierra, y ni los logros de la ciencia, de la técnica, ni el cuidado de la casa
común, ni del cambio climático, ni de ir a vivir en cualquier estrella, llenan nuestros
corazones, nuestras ansias de Amor”.
Terminamos el encuentro en silencio y más pensativos. Somos bien conscientes de
que, además de crecer más en el conocimiento de Cristo, de asentar las Verdades de
la Fe en nuestras inteligencias, hemos dar testimonio de esa Fe a muchos compañeros
que no la viven, aunque estén bautizados; o que nunca han oído hablar de ella, si no lo
están. Convencidos como estamos de que Dios nos ha creado a todos, es Padre de
todos, y sabe que nuestra felicidad en la tierra es la de vivir Él con nosotros, y que
nosotros vivamos con Él.
(publicado en Religión confidencial, autor, Ernesto Juliá, 4 octubre 2021)
No hay comentarios:
Publicar un comentario