LA
CRISIS DE OCCIDENTE. Orígenes, actualidad y futuro
Ensayo.
Santiago Cantera, Editorial Sekotia, tercera edición
Selección sobre algunos capítulos de
la referida publicación
“Este libro quiere ofrecer una comprensión
de Europa y de su actual crisis de identidad. Pero ¿hablar de crisis de
identidad europea cuando precisamente se está construyendo Europa?
Hemos hecho alusión a dos conceptos
fundamentales, de los que hoy carece la sociedad europea: raíces y luces.
La sociedad europea, que en nuestro tiempo está tratando de configurarse a sí
misma de un modo absolutamente nuevo, ha renunciado a las verdaderas raíces que
le podían dar consistencia. Reniega de su pasado más auténtico, de aquél que
dio vida a Europa, y quiere edificar una nueva “casa común europea” en el
vacío. De este modo, es obvio que el desplome se producirá más tarde o más
temprano.
Ésta es la Europa que Juan Pablo II, en su
exhortación apostólica postsinodal Ecclesia in Europa del año 2003,
definió como inmersa en un proceso de “apostasía silenciosa”. Según el santo
Papa, y de acuerdo con lo que recordaron los Padres reunidos en el Sínodo, esta
situación se ve caracterizada en buena medida por “la pérdida de la memoria y
de la herencia cristiana, unidas a una especie de agnosticismo práctico y de la
indiferencia religiosa, por lo cual muchos europeos dan la impresión de vivir
sin base espiritual y como herederos que han despilfarrado el patrimonio
recibido a lo largo de la historia. Por eso no han de sorprender demasiado los
intentos de dar a Europa una identidad que excluya su herencia religiosa y, en
particular, su arraigada alma cristiana, fundando los derechos de los pueblos
que la conforman sin injertarlos en el tronco vivificado por la savia del
cristianismo”
Los dirigentes de la Europa actual en el
proyecto fracasado de Constitución que pretendieron que Europa se diese a sí
misma en función de una abstracta y falsa “voluntad general”, intentan pasar
del templo pagano griego y romano al templo neopagano racionalista de la diosa
Razón que erigió la Revolución Francesa y, desde él, al templo también
neopagano de la diosa Europa laicista y capitalista. Pero, ¿Qué ocurre con las
basílicas cristianas antiguas, con las iglesias bizantinas y prerrománicas, con
las catedrales románicas, góticas, renacentistas y barrocas? ¿No existen estos
edificios, como no existen estos siglos del cristianismo? ¿Por qué el proyecto
de Constitución europea ignoraba este tiempo?
Como la fe es más fuerte que el
totalitarismo revestido de democracia, no hemos de dudar que Dios dará su apoyo
a quienes confían en Él. Y por eso no debemos dudar tampoco que es posible
reconstruir la verdadera Europa. La esperanza siempre ha de ser más fuerte que
la dureza de la situación que se afronta, porque el Dios cristiano es el Dios
de la esperanza.
Cimientos. Ser e identidad de Europa.
Una de las mayores pérdidas que la civilización cristiana occidental ha sufrido
en los últimos años, aproximadamente a partir de los 60 del siglo XX, ha sido
la originada por una especie de derrumbe de la Escolástica y del
tomismo, tras un largo período de nuevo apogeo experimentado desde finales de
la centuria del 1800. Este desplome ha sido patente de un modo muy particular
en la Iglesia Católica, que era donde se encontraba en pleno auge” Continúa
(Envío
nº 1. Se trata de una selección de las p. 13-27 de la citada publicación)
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