jueves, 13 de octubre de 2022


JUECES. Los libros históricos del Antiguo Testamento
                                                        INTRODUCCIÓNprimera parte, continúa

      “En el libro de los Jueces se habla de la llegada del pueblo de Israel a la tierra de Canaán, de las dificultades con las que se fueron encontrando en su asentamiento en cada zona y de la protección divina que pudieron experimentar en las situaciones difíciles que se presentaron a las diversas tribus. En esos momentos más adversos Dios fue suscitando unos líderes carismáticos, los “jueves”, que se encargaron de salvar al pueblo.
 
1, Estructura y síntesis del contenido. Después de un prólogo en el que se condensa la enseñanza del libro, se suceden las narraciones de las hazañas realizadas por diversos jueces. Estas narraciones son cada vez más extensas y, conforme avanza el texto, llevan como anexos otros relatos:
 
PRÓLOGO (1,1-3,6). Consta de dos partes: Primero se habla de la llegada de las tribus israelitas a la tierra de Canaán y de su paulatino asentamiento en sus territorios. Después se expresa la enseñanza teológica fundamental del libro: Israel permanecerá en esa tierra mientras sea fiel al Señor, pero en la medida en que se aparte de Dios dejará de contar con el favor divino: el Señor ha dado reiteradas muestras de su fidelidad suscitando jueces que salven al pueblo de las situaciones peligrosas, pero Israel reincidió una y otra vez en la infidelidad.

      Los relatos de jueces comprenden seis historias en torno a otros tantos personajes:
I, OTINIEL, DE LA FAMILIA DE CALEG (3,7-11). Liberó a los israelitas de la opresión de Cusán Risataim, rey de Aram-Naharaim.
 
II, EHUD, DE LA TRIBU DE BENJAMIN (3,12-30). Tras explicar que los israelitas hicieron de nuevo el mal y fueron oprimidos por Eglón, rey de Moab, se narra cómo Ehud venció a Eglón. Como apéndice a esta narración se añade una breve noticia acerca de Samgar, un juez menor.
 
III, DÉBORA, DE LA TRIBU DE EFRAÍM (4,1-5,32). Los israelitas reincidieron en hacer el mal y fueron oprimidos por Yabín, rey de Jasor. Dios suscitó a Débora para que con la ayuda de Barac reuniera a las tribus e hiciera frente a la situación. Finalmente, tras la muerte de Sísara, jefe del ejército de Yabín, se conjuro el peligro. Al relato de estas hazañas se añade el canto con el que Débora y Barac festejan el triunfo.
 
IV, GEDEÓN-YERUBAAL, DE LA TRIBU DE MANASÉS (6,1-10,5). Los hijos de Israel volvieron a hacer el mal y en esta ocasión fueron oprimidos por los madianitas y amalecitas. Dios llama a Gedeón-Yerubaal para que salve a su pueblo y éste convoca a las tribus y selecciona a los hombres con los que se enfrentará a Madián y Amalec. Vence en la batalla y persigue a los fugitivos hasta derrotarlos por completo. Finalmente se narra su muerte. Terminada su historia de abre un largo paréntesis para hablar de un intento fallido de instaurar una monarquía en Israel por parte de Abimélec. Para concluir, se hace una breve referencia a dos jueces menores: Tolá y Yaír.
 
V, JEFTÉ, DE GALAAD (10,6-12,15). Otra vez más el peligro se cernió sobre los hijos de Israel debido a su infidelidad a Dios. Cuando reconocieron su pecado, el Señor se placó y suscitó a Jefté para librarlos de las amenazas extranjeras. Este envió a unos mensajeros que expusieran a los amonitas los motivos que tenían los hijos de Israel para habitar en esa tierra. Ante el rechazo del rey amonita, Jefté decidió atacarlos. Antes de la batalla, hizo un voto temerario a Dios y cuando logró derrotar a los amonitas se dio cuenta de su imprudencia. Después, también los efraimitas se enfrentaron con Jefté y fueron derrotados. Una vez más, se añaden a la historia principal algunas noticias sobre tres jueces menores: Ibsán, Elón y Abdón”. Continúa
 
                                           (Facultad de Teología Universidad de Navarra, Comentario, Sagrada Biblia, p. 222-223)

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