miércoles, 12 de octubre de 2022

 

Vidas ejemplares (14) LOS PADRES APOSTÓLICOS

      “Bajo esta denominación, que es del siglo XVII, se comprende a una serie de escritores cristianos del siglo I o de principios del II y algún otro relacionado con ellos, caracterizados por una especial proximidad a los Apóstoles. Es una cercanía en el tiempo, hasta el punto de que algunos llegaron a conocer a los Apóstoles personalmente, o a través de alguno de sus discípulos inmediatos, lo que les hace testigos privilegiados de la primera tradición; si tenemos en cuenta que algunos de sus escritos son probablemente anteriores al evangelio de san Juan, advertiremos hasta qué punto parte de esta literatura es temprana. Pero es una cercanía también en el fondo y en la forma de sus escritos, que recuerdan los del Nuevo Testamento, además, igual que éstos, no suelen ser tratados sistemáticos, sino que obedecen a las necesidades concretas de unas determinadas comunidades, a unas situaciones específicas; quizás por eso nos dan informaciones aún más valiosas.

      Estos escritos proceden de áreas geográficamente alejadas, pertenecen a géneros diferentes y tratan de temas distintos. Siguiendo un orden que quiere ser cronológico, y aunque la relación podría ser algo distinta, son:

1, La Didajé. Es fundamentalmente un conjunto de normas morales y de organización interna, posiblemente es del siglo I, aunque tal vez se incluya materiales de la primera mitad del siglo II; quizá su origen es sirio o palestino. 

2, San Clemente de Roma, el tercer sucesor de San Pedro, escribió una Carta a los Corintios poco después del año 96, anterior por tanto al Evangelio de San Juan, y con un estilo que recuerda al de las cartas de los Apóstoles.

3, De San Ignacio, obispo de Antioquía, se conservan siete cartas; las escribió en su camino hacia Roma, a donde era llevado hacia el año 110 para sufrir el martirio. 

4, De San Policarpo, obispo de Esmirna, tenemos también una carta, relacionada con las anteriores, y escrita hacia el año 130 o algo después. 

5, Papías, obispo de Hierápolis, oyó predicar a San Juan y escribió hacia el 130, sólo nos ha llegado algún pequeño fragmento de sus escritos.

6, De antes del año 138 es también una llamada Epístola de Bernabé, de autor desconocido, quizás de Alejandría. 

7, De un tal Hermas se conserva el Pastor, una obra escrita bajo la forma de un apocalipsis (“revelación”) y que parece estar redactada en parte en tiempos de Clemente de Roma y en parte entre el 140 y el 150.

8, De mediados del siglo es también un escrito, falsamente atribuido a San Clemente de Roma con el nombre de Segunda Carta a los Corintios.

     El conjunto de todas estas obras cabe en un volumen de proporciones reducidas. Sin embargo, su importancia es grande, especialmente la de la Didajé, y la de las cartas de Clemente de Roma y de Ignacio de Antioquía”.

 “La predicación apostólica se había dirigido en sun primer tiempo sobre todo a los judíos. Sólo 10 años después de la Ascensión de Jesucristo iniciaron S. Pedro y S. Pablo la misión entre los paganos de cultura griega. Resulta que el primer núcleo cristiano estaba formado en su mayoría por judeo-cristianos. 

      Nada tiene, pues, de extraño lo que los recientes estudios van poniendo cada vez más de manifiesto: que, si en los Padres Apostólicos apenas hay trazas de teorías de la filosofía helénica, hay en cambio elementos de la teología judeo-cristiana. Notables son también las semejanzas entre los escritos rabínicos y ciertas expresiones e imágenes del Pastor de Hermas.Como fuente de sus escritos emplean los Padres Apostólicos los “libros sagrados”, que consideran inspirados por Dios (respecto a la fijación del canon bíblico)”                                                                                                                                                  (Ignacio Ortiz de Urbina, Enciclopedia Ger, vol. 17 p. 591)

                        (Enrique Moliné, Los Padres de la Iglesia, tomo I, p. 51-52, Ediciones Palabra)

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