miércoles, 17 de abril de 2024

DESPIERTA Y COMBATE A LOS BÁRBAROS

QUE ARRUINAN TU VIDA
    10. Cuando el mal se confunde con el bien 

“Si luchas puedes perder, pero si no luchas estás perdiendo” Anónimo

      Vivimos una época única. Nunca había pasado que el mal se revistiera de bien con tanta eficacia, y que en ocasiones intercambiara su posición o suplantara su esencia con tanto éxito. Las fronteras se han difuminado. Ya no se puede explicar lo que nos pasa con la simplicidad de antes, o atendiendo a los bloques políticos de izquierda y derecha. Todo ello ha saltado por los aires. La frontera del mal que delimita con el bien es ahora más sutil y complicada de desentrañar.

      Si antes había dos espacios antagónicos a nivel mundial para apoyar ciertas ideas, el Foro de Davos por un lado, para desarrollar sociedades abiertas en el planeta con el libre mercado como estandarte, y el Foro de Sao Paulo, por otro, fundado por Fidel Castro y Lula da Silva en 1990, tras la caída del Muro de Berlín y la desaparición de la Unión Soviética, y que funciona como plataforma para coordinar estrategias y directrices para que la izquierda radical sea hegemónica en América, ahora, esos dos foros comparten una extraña alianza. Ya no son opuestos, sino más bien aliados en infinidad de cuestiones.

      Esa asociación entre la izquierda revolucionaria y los llamados globalitarios -en expresión del escritor Carlos Astiz, autor de “El proyecto Soros y la alianza entre la izquierda y el gran capital” (LibrosLibres)- que serían magnates supermillonarios que actúan como “un potente gobierno en la sombra, capaz de influir sobre muchos países, alterar su estabilidad” y controlarlos, tiene una agenda común.

      Si antes eran enemigos irreconciliables, ahora se auxilian mutuamente en procurar la implantación de ciertas políticas. Por ejemplo: “Se da carta de naturaleza a casi cualquier despropósito, donde se niegan delirios y desviaciones patológicas, convirtiendo a enfermos en líderes de opinión y dirigentes de masas -señala Astiz-. Donde no se tiene rubor alguno en engañar a los niños y usarlos como ariete para imponer políticas y dirigentes. Reducir la población. Fragmentar la sociedad. Difundir el miedo y la desidia entre los individuos difundiendo la ansiedad y la falta de solidez. Convertir las sociedades en grupos enfrentados de miedo y odio. Eliminar las naciones o colocarlas bajo una dirección supranacional que ellos controlen…”.

      Esos nuevos destructores sociales, capitalistas unos e izquierdistas otros, son los bárbaros que quieren arruinar nuestras vidas.

                (autor Álex Rosal, LIBROSLIBRES, con el título que encabeza, capítulo 6, p. 32-33)

 

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