Evangelizada por Felipe, fue la puerta
del evangelio a la gentilidad con la presencia de Pedro, y será el lugar del
proceso de Pablo hasta su viaje a Roma, (años 58-60).
El año 66, por enfrentamientos entre
judíos y griegos, comienza la revuelta judía, que conducirá al desastre del año
70. Vespasiano, enviado a sofocarla con la X Legión Fretense, es proclamado
emperador en ella, dándole el título de Colonia Prima Flavia Augusta Cesarea.
En la segunda rebelión judía (132-135), la de Bar-Kikhba, el Rabí Akiva fue
torturado y martirizado en esta ciudad.
Desde antiguo la primitiva
iglesia di rango episcopal a Cesarea. En año 195 se celebra aquí un concilio
que determina que la Pascua cristiana se celebre siempre en domingo. Orígenes
traslada a ella su escuela bíblica, desde Alejandría, por discrepancias con su
obispo Demetrio. Ordenado sacerdote en 250, compone aquí la primera versión
políglota de la Sagrada Escritura, llamada Éxaplas. Y el primer
historiador de la Iglesia, Eusebio de Cesarea, ocupa la sede episcopal de esta
ciudad, del 313 al 340. Sus obras principales son el Onomasticón (geografía
de Palestina) y la Historia Eclesiástica.
Entre los numerosos fragmentos de
mármoles encontrados en sus ruinas, figura uno de singular importancia para la
historia bíblica, que tiene la siguiente inscripción: “Tiberio: Poncio Pilato,
prefecto de Judea”; y, asimismo, una figura del Buen Pastor indica el paso del
cristianismo.
(Teodoro López, Carlos Sáez,
Ángel Martín, Peregrinación a Tierra Santa, p. 54.55, relato n. 24/2)
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