martes, 9 de julio de 2024

 El buen humor y el buen vivir
Quince recetas seguras
 
El director del Miami Herald, Richard G. Capen, que fue hace años embajador de los Estados Unidos en España, había publicado un libro sobre valores -Finish Strog- en el que da una serie de consejos para alcanzar esa capacidad. Empieza la lista con una sabia advertencia: nada hará que cambiemos si no podemos esfuerzo de nuestra parte. Es lo de siempre. Aquí está su relación:
 
·       Los optimistas son personas con un gran afecto hacia los demás, empezando por la propia familia y los amigos más cercano.
·       Los optimistas siempre descubren el lado bueno de las personas.
·       Los optimistas se ríen mucho. De los primero que se ríen es de ellos mis mismos.
·       Los optimistas encuentran en todos buenos presagios. Creen en el poder de una sonrisa.
·       Los optimistas quieren lo que hacen y ponen en todo su corazón en ello.
·       Los optimistas hacen un recuento de lo bueno que reciben cada día, como remedio para reaccionar contra el pesimismo.
·       Los optimistas aprender a perdonar a base de poner freno a los sentimientos de furia, odio, o egoísmo.
·       Los optimistas tienen la actitud positiva de “seré capaz de…”. Rechazan los sentimientos contrarios.
·       Los optimistas se apoyan en la fe como un medio para cumplir su fin en la vida.
·       Los optimistas creen en el cambio y dan la bienvenida a nuevos retos.
·       Los optimistas miran hacia el futuro, tratando de comprender de verdad lo que piensa la siguiente generación.
·       Los optimistas hacen todo lo posible para quitarse de la cabeza pensamientos negativos.
·       Los optimistas hacen todo lo posible para esquivar el cinismo. Hablan un lenguaje diferente.
·       Los optimistas utilizan toda la fuerza de las actitudes positivas, en las que pueden confiar, para pensar siempre bien.
·       Los optimistas no nacen así. Se moldean poco a poco, con su propia actitud.
 
      Todos conocemos personas que se enfrentas a la vida con ese espíritu impagable. Sería fantástico dejarnos influir por ellos. Quizás una buena fórmula sería el proponernos conseguir una de esas metas cada día.
 
              (Extraído del libro: El valor de los valores, de Covadonga O`Shea, 11 edic. p.167-168)

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