martes, 2 de julio de 2024

 LA TEOLOGÍA EN LA UNIVERSIDAD
Casi en bloque la universidad europea está atrapada por el materialismo.
                                      Así no podemos fundamentar la moral y la justicia.
 
      Casi en bloque la universidad europea está hoy atrapada por el materialismo y cree (no se puede demostrar) que el fundamento de la realidad es solo material y que todo se explicará un día por la física, la química y la evolución. Así no podemos fundamentar la moral y la justicia. El valor de las personas no es el mismo si somos combinación casual de la materia o imagen de un Dios creador. Hoy el progreso formidable de las ciencias es, en sí mismo, tropezarse con la inmensa inteligencia que llena el universo. El big bang es, sobre todo, una formidable explosión de inteligencia. Por eso, la probabilidad de que haya una inteligencia creadora es altísima, como defendió el filósofo Anthony Flew.
 
      Los retos actuales de la teología en la universidad son, en primer lugar, ocupar su sitio y defender que la causa última del universo es inteligente y personal; para luego afrontar el problema del mal (teodicea) y de la salvación en Cristo y exponer la salvación como buena nueva a los cristianos y a los demás. A continuación, defender que el ser humano es imagen de Dios y no de la materia. También mantener viva la inmensa aportación humanista de la tradición cristiana: defender el Estado de derecho, que amenaza ruina y, por último, fomentar un clima de amistad social y solidaria que no se puede basar en la química e integrar en esa convivencia a los desfavorecidos.
 
      Conviene recordar el prólogo de la Declaración de Independencia de Estados Unidos: “Sostenemos como evidentes estas verdades: que todos los hombres son creados iguales; que son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables; que entre estos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad; que para garantizar estos derechos se instituyen entre los hombres los gobiernos.” Nuestra cultura y nuestra convivencia están basadas en estas convicciones. Y no hay mejor explicación para la maravilla del cosmos y de lo que es un ser humano.
   Publicado en Alfa&Omega, número 1353, edición Madrid, del 9 al 15 de mayo 2024.
Autor: Juan Luis Lorda, Profesor de Teología en la Universidad de Navarra.

    

     

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