jueves, 5 de septiembre de 2024

 EL DECÁLOGO: LOS DIEZ MANDAMIENTOS
LA SAGRADA BIBLIA, Libro del ÉXODO

“Después el Señor dijo a Moisés: Sube hacia mí, a la montaña y quédate allí pues voy a darte las tablas de piedra con la ley y los mandamientos que he escrito para instruirles”. (Éxodo 24,12)
                  En la tradición judía, se le llama “las diez palabras”

Jesucristo y los Mandamientos
Los diez mandamientos son considerados por el antiguo pueblo hebreo como fruto de su alianza con Dios en el Sinaí. Y sabemos que, en tiempos de Jesucristo, eran muy venerados y conocidos por todos los buenos judíos.
 
Ø  Según los Evangelios, Jesucristo habló de esos mandamientos en tres ocasiones principales: con el joven rico: “No matarás, no adulterarás, no robarás, no levantarás falso testimonio, honra a tu padre y a tu madre”. Añadiendo, como resumen: “Ama al prójimo como a ti mismo” (Mt 19,16-19)
 
Ø  Un experto judío en la interpretación de la Escritura, le preguntó cuál es el principal mandamiento de la Ley; Jesús le respondió; “Amarás al Señor tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el mayor y el primer mandamiento. El segundo es semejante a este: amarás al prójimo como a ti mismo” (Mt 22,36-40).
 
Ø  Se trata del Sermón de la Montaña. Allí detalla cada mandamiento. Donde el quinto mandamiento dice: “no matarás”, Jesucristo pide evitar cualquier maltrato o insulto al prójimo. Y al recordar el octavo que es no testimoniar en falso, Jesucristo reclama tener un lenguaje sencillo y veraz.
 
Sobre el Decálogo, los tres primeros mandamientos, referidos a Dios: AMAR A DIOS SOBRE TODAS LAS COSAS – NO TOMARÁS EL NOMBRE DE DIOS EN FALSO – SANTIFICAR LAS FIETAS.
 
      Si Dios existe, habrá que amarle por encima de todo. Fe, Esperanza, Caridad. Adorar a Dios. Cuando se quita a Dios: supersticiones y magia. Empeño en conocer para poder amarle. Evitar toda blasfemia. Santificar las fiestas. Parar y contemplar. El descanso. La doble vida. Celebrar, contemplar, agradecer. El Domingo, la fiesta cristiana. El culto público.
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Los siete restantes mandamientos, (todos referidos al prójimo): NO MATARÁS – NO COMENTERAS ACTOS IMPUROS -NO ROBARÁS – NO DIRÁS FALSO TESTIMONIO NI MENTIR – NO CONSENTIRÁS PENSAMIENTOS NI DESEOS IMPUROS – NO DESEARÁS LOS BIENES AJENOS.
 
Los primeros prójimos
      “Amarás al prójimo como a ti mismo”. A veces, se nos olvida o nunca nos hemos dato cuenta de que “prójimo” es la misma palabra castellana que “próximos”.
      Es más “prójimo” el que está más “próximo”. Y precisamente porque está más cerca, hay que amarle más. A esto s ele llama también el “orden de la caridad”. Está bien amar a toda la humanidad, pero hay que empezar por amar a las personas más cercanas. Esto que parece tan lógico es difícil. Amar a la humanidad es bastante fácil. Sobre todo, es fácil pensar y declarar que uno ama a la humanidad, porque es muy barato y no compromete a nada.
         (Juan Luis Lorda, Los diez mandamientos, colección Patmos n. 269, Ediciones Rialp)   

La obligación del Decálogo
     Los diez mandamientos, por expresar los deberes fundamentales del hombre hacia Dios y hacia el prójimo, revelan en su contenido primordial obligaciones graves. Son básicamente inmutables y su obligación vale siempre y en todas partes. Nadie podría dispensar de ellos. Los diez mandamientos están grabados por Dios en el corazón del ser humano.  
                                                                         (Catecismo de la Iglesia Católica n. 2072)

 

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