EL DECÁLOGO: LOS DIEZ MANDAMIENTOS
LA SAGRADA BIBLIA, Libro del ÉXODO
“Después
el Señor dijo a Moisés: Sube hacia mí, a la montaña y quédate allí pues voy a
darte las tablas de piedra con la ley y los mandamientos que he escrito para
instruirles”. (Éxodo 24,12)
En la
tradición judía, se le llama “las diez palabras”
Jesucristo y los Mandamientos
Los diez
mandamientos son considerados por el antiguo pueblo hebreo como fruto de su
alianza con Dios en el Sinaí. Y sabemos que, en tiempos de Jesucristo, eran muy
venerados y conocidos por todos los buenos judíos.
Ø Según los
Evangelios, Jesucristo habló de esos mandamientos en tres ocasiones
principales: con el joven rico: “No matarás, no adulterarás, no robarás, no
levantarás falso testimonio, honra a tu padre y a tu madre”. Añadiendo,
como resumen: “Ama al prójimo como a ti mismo” (Mt
19,16-19)
Ø Un experto judío en
la interpretación de la Escritura, le preguntó cuál es el principal mandamiento
de la Ley; Jesús le respondió; “Amarás al Señor tu Dios, con todo tu
corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el mayor y el primer mandamiento.
El segundo es semejante a este: amarás al prójimo como a ti mismo” (Mt 22,36-40).
Ø
Se trata del Sermón de la Montaña. Allí detalla cada
mandamiento. Donde el quinto mandamiento dice: “no matarás”, Jesucristo
pide evitar cualquier maltrato o insulto al prójimo. Y al recordar el octavo
que es no testimoniar en falso, Jesucristo reclama tener un lenguaje sencillo y
veraz.
Sobre el Decálogo,
los tres primeros mandamientos, referidos a Dios: AMAR A DIOS SOBRE TODAS LAS
COSAS – NO TOMARÁS EL NOMBRE DE DIOS EN FALSO – SANTIFICAR LAS FIETAS.
Si Dios existe, habrá que amarle por
encima de todo. Fe, Esperanza, Caridad. Adorar a Dios. Cuando se quita a
Dios: supersticiones y magia. Empeño en conocer para poder amarle. Evitar toda
blasfemia. Santificar las fiestas. Parar y contemplar. El descanso. La doble
vida. Celebrar, contemplar, agradecer. El Domingo, la fiesta cristiana. El
culto público.
--------------------------------
Los siete restantes
mandamientos, (todos referidos al prójimo): NO MATARÁS – NO COMENTERAS ACTOS
IMPUROS -NO ROBARÁS – NO DIRÁS FALSO TESTIMONIO NI MENTIR – NO CONSENTIRÁS
PENSAMIENTOS NI DESEOS IMPUROS – NO DESEARÁS LOS BIENES AJENOS.
Los primeros
prójimos
“Amarás al prójimo como a ti mismo”. A
veces, se nos olvida o nunca nos hemos dato cuenta de que “prójimo” es la misma
palabra castellana que “próximos”.
Es más “prójimo” el que está más
“próximo”. Y precisamente porque está más cerca, hay que amarle más. A esto s
ele llama también el “orden de la caridad”. Está bien amar a toda la humanidad,
pero hay que empezar por amar a las personas más cercanas. Esto que parece tan
lógico es difícil. Amar a la humanidad es bastante fácil. Sobre todo, es fácil
pensar y declarar que uno ama a la humanidad, porque es muy barato y no
compromete a nada.
(Juan Luis Lorda, Los diez mandamientos,
colección Patmos n. 269, Ediciones Rialp)
La obligación del
Decálogo
Los
diez mandamientos, por expresar los deberes fundamentales del hombre hacia Dios
y hacia el prójimo, revelan en su contenido primordial obligaciones graves. Son
básicamente inmutables y su obligación vale siempre y en todas partes. Nadie
podría dispensar de ellos. Los diez mandamientos están grabados por Dios en el
corazón del ser humano.
(Catecismo de la Iglesia Católica n. 2072)
No hay comentarios:
Publicar un comentario