miércoles, 4 de septiembre de 2024

 EL MOTOR DEL RESENTIMIENTO
20. Enfrentar A conta B
            “Destruir y deconstruir es de los más sencillo” Douglas Murray
      Una de las herramientas preferidas de los bárbaros para construir la telaraña diabólica es excitar los enfrentamientos, las luchas y los odios. Es ideal para agitar el árbol y lograr que los partidarios de su cuerda recolecten los votos. Esa histórica lucha de clases marxista se traslada a otros ámbitos y ya tenemos a los negros contra los blancos, hombres contra mujeres, heterosexuales contra homosexuales, pobres contra ricos, zurdos contra diestros, enfermos contra sanos, pasado contra presente, minorías contra mayorías… El objetivo es zarandear al público sacudiendo las bajas pasiones del resentimiento.
      Lo hemos visto con la destrucción y vandalización de estatuas de personajes históricos como Cristóbal Colon, Fray Junípero Serra, Winston Churchill, Abraham Lincoln y otros muchos, que fueron señalados como racistas y el odio se desató sobre sus monumentos. Todo comenzó cuando una masa enfurecida quería vengar muerte de George Floyd en mayo de 2020, un hombre negro de Mineápolis (EEUU) que fue detenido por las fuerzas de seguridad y murió por la brutalidad de unos desaprensivos que eran blancos. Organizaciones com o Black Lives Matter (“Las vidas de los negros cuentan”) acusaron rápidamente a la policía de “asesino racista”, y sin esperar a la veracidad de los hechos, empujaron a una legión encolerizada a prender fuego a las calles y destruir todo aquello que tuviera connotaciones de racismo. La tesis era simple: han asesinado a Floyd por ser negro... y el enfrentamiento racial explotó. De nada sirvió que, en el juicio contra Dereck Chauvin, el policía blanco que aplicó una brutalidad inusitada con George Floyd hasta dejarlo sin vida, se demostrara que no había un móvil racista, y que el propio Chauvin jamás había manifestado animadversión contra los negros, ni a nivel público ni privado. La verdad era más simple: una desgraciada acción policial que s eles fue de las s manos y se transformó en una salvajada atroz. Un caso parecido ocurrió unos años antes, el 10 de agosto de 2016, cuando otro hombre, Tony Timpa, de treinta y dos años, fue asesinado en Dallas en unas circunstancias similares a las de Floyd, tras sen detenido por un grupo de cinco policías
      Timpa, que ha diferencia de Floyd era blanco, había llamado al teléfono de emergencias solicitando ayuda. Explicaba que padecía depresión y esquizofrenia, y que no se había tomado la medicación. Además, había consumido drogas. Su terrible muerte quedó registrada gracias a las cámaras de la propia policía en cuyo vídeo se puede ver a un hombre desarmado, que está esposado e inmovilizado contra el suelo, que llora y suplica por su vida.: “¡Me vais a matar! ¡Me vais a matar!”. Así estuvo Timpa durante trece minutos hasta que finalmente perdió el conocimiento y murió. Hasta en treinta ocasiones imploró que le levantaran la rodilla de su cuello y que le dejaran respirar, mientras los policías bromeaban con la situación. Se trata de brutalidad policial, y no de móvil racista.
      Lo mismo opine el locutor radiofónico negro Larry Elder, conocido como “el sabio de South Central”, un distrito de Los Ángeles, en una entrevista del programa televisivo The Rubín Report, en dónde desarmó el mantra del racismo sistemático de la policía americana. “En 2015 novecientas setenta y cinco personas recibieron disparos de agentes de la policía. Sólo el 4% fueron policías blancos que dispararon a negros desarmados. La mitad de los homicidios de este país son cometido por (y contra) negros. El año pasado hubo catorce mil homicidios. El 96% fueron entre negros. ¿Qué opina de eso los Black Li ves Matter?”.
      Entonces, ¿si la mayoría de los homicidios que se cometen entre negros, y el supuesto racismo sistemático no es la razón de esa violencia, ¿dónde está la causa? Larry Elder, responde: “La mayor carga de los negros es criarse sin un padre. Un niño negro que crece sin un padre tiene una probabilidad cinco veces mayor de ser pobre y delinquir, nueve veces mayor de dejar de estudiar y veinte veces mayor de terminar en la cárcel. Cuando la gente me habla de racismo sistemático o inconsciente, siempre les digo: dame un ejemplo. Yo doy datos”.
        (Álex Rosal, DESPIERTA Y COMBATE A LOS BÁRBAROS QUE ARRUINAN TU VIDA, p. 52-54, capítulo 21)

 

 

 

 

 

 

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