miércoles, 12 de febrero de 2025

TIERRA SANTA. Altiplano Occidental
ALREDEDORES DE CAFARNAÚN. Relato 41

 LA SINAGOGA. Es la más bella de las antiguas sinagogas de Israel, construida con piedra blanca o malaki, se remonta a mediados del s. IV y al parecer fue construida por judeo-cristianos de Siria, llamados despectivamente “minim”, seguidores de Cristo, o por el emperador Juliano el Apóstata (361-363). De estilo greco-romano, con capiteles corintios, tiene unas dimensiones de 24, 40 por 18,65 m. y en sus muros laterales corren dos hileras de asientos de piedra o poyos, adosados a las paredes. La engrandecen su amplio atrio lateral, el balcón que da al sur y un peristilo en la parte norte de la sala central o de oración. Posiblemente tuvo matroneo o lugar exclusivo para las mujeres.

      Los elementos decorativos de la sinagoga pueden verse en el interior del recinto franciscano: variedad de capiteles corintios con símbolos judíos, como la menorá, el shofar y la badila, piedras del arquitrabe, talladas con ornamentación floral, estrellas de seis y cinco puntas, y especialmente la primera representación del Arca de la Alianza tallada en piedra.

      La sinagoga del tiempo de Jesús, en la que Él actuó repetidas veces, ha sido localizada por el P.R. Corbo bajo el pavimiento de la actual.

 EL POBLADO. Construido en piedra basáltica, junto a la vía principal, quedan aún, a la parte derecha, las tiendas comerciales, y a la izquierda, muy agrupadas, las casas, lo que indica un género de vida matriarcal, con los hornos en el patio, ventanas bajas y escaleras exteriores para acceder al terrado construido de ramaje y barro. Las viviendas de escasa altura y techo ligero, se caracterizan por una serie de cuartos que dan a un patio central.

 LA CASA DE SAN PEDRO. No ha resultado difícil identificar la casa de Pedro entre todas las que conforman el poblado. Se halla en el límite meridional, ocupando un extenso espacio, a unos 20 metros de la playa. Tanto al norte como al oeste, quedaba englobada en un conglomerado de casas igualmente privadas. Sin embargo, al sur quedaba un amplio espacio libre, sin habitaciones, al borde mismo del lago, Por el este, se comunicaba con la calle principal del pueblo. Apenas si distaba 30 metros de la primitiva sinagoga.

      El habitáculo existía ya cuando Pedro, procedente de Betsaida, se establece en Cafarnaún. Era de un solo piso y el techo plano resultaba accesible gracias a unos escalones que ascendían desde el patio.

 LA DOMUS ECCLESIAE. La sala central de la vivienda aislada y convertida por los judeo-cristianos en Domus Ecclesia para venerar el lugar santificado por la presencia del Cristo y Pedro. En el s. IV, se da realce al interior de la sala levantando un arco central sobre dos pilares que todavía existen. En el s. V se erigió una basílica de planta octogonal sobre todo el solar de la casa, con octógono central sobre la sala venerada y un octógono externo al que se accedía por ocho umbrales desde un pórtico o galería que daba acceso a otras dependencias. Posteriormente en el pasillo este se añadió un ábside con un baptisterio.

      El haberse conservado la casa de Pedro se debe al acierto de que esta iglesia se construyó sobre un poyo artificial a un metro de altura sobre los restos antiguos. La localización exacta de la sala venerada quedaba bajo el mosaico del octógono central. Su pavimento, las paredes decoradas y llenas de grafitos son invocaciones a Cristo y Pedro “están como entonces fueron” y denotan la constante veneración.

      Cuando el 570 el anónimo de Piacenza visitó Cafarnaún, dejo escrito: “Llegamos a la casa de Pedro, que ahora es una basílica”, no vio nada de la casa, ya que estaba bajo tierra. Esto no quita valor a su testimonio, pues nos ubica el lugar exacto donde estaba la casa del príncipe de los Apóstoles (E. Loffreda, o. f. m.)

 MEMORIAL DE SAN PEDRO. En nuestros días se ha levantado un nuevo santuario sobre el recinto sagrado, que evoca la imagen de una barca, obra del arquitecto Ildo Avetta. El proyecto tiene la finalidad de proteger las ruinas veneradas y facilitar la celebración de la Eucaristía, cerca de la sinagoga donde Jesús pronunció el discurso del Pan de Vida.

         (Teodoro López, Carlos Sáez, Ángel Martín, Peregrinación a Tierra Santa, relato 41, p.104-106)

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