JÓVENES Y MAYORES, CREYENTES, AGNÓSTICOS, ATEOS,
Y A LO LARGO DE TODA LA VIDA
Poco se habla del amor,
es cierto, más que hablar, comentar, es vivirlo y compartirlo; el verdadero
amor: sincero, limpio, no del
interesado, egoísta, calculador, el que sabe comprender, disculpar, incluso
perdonar y dispuesto siempre a servir, el que está fundado en el amor a
Jesucristo, éstos tienen un gran recorrido, porque de modo permanente es
acertado su comportamiento, se sitúa en la verdad puede estar alegre y cómo
facilita la convivencia.
Cuando se ama, cambian los
comportamientos, las intenciones, la correspondencia, el modo de mirar,
dispuestos a servir sin pasar factura, se vive mejor y mejora: la familia, el
ambiente de trabajo, la sociedad. Una permanente asignatura, mejor, un
Mandamiento de la Ley de Dios sentenciado por Jesucristo:
“Tener una visión un poco parecida a la de
Dios. El amor de Dios y su sabiduría no se diferencian entre sí ni de Él mismo.
Casi podríamos decir que ve porque ama, y por lo tanto que ama, a pesar de lo
que ve” (C.S.
Lewis, Una pena en observación, Anagrama, 10ª edición, p. 98)
Es cierto, que la virtud del amor (el
mandamiento), precisa de una formación y de una doctrina, la que se vive y
desarrolla a lo largo de toda la vida y con toda clase de personas. También en
la enfermedad, en las dificultades de la vida, del trabajo. Cuando te
parezca que el Señor te abandona, no te entristezcas: ¡búscale
con más empeño!, Él, el Amor, no te deja solo.
-Persuádete de que “te deja solo” por Amor,
para que veas con claridad en tu vida lo que es suyo y lo que es tuyo.
(Josemaría Escrivá, Forja n. 250).
La Sagrada Escritura, la Doctrina cristiana, los padres, los buenos amigos, son un “máster” permanente, que nos forma y nos hace felices en esta tierra, porque todos ellos son enseñan a amar. La caridad es un don excelente, del amor. “La caridad es paciente, la caridad es amable; no es envidiosa, no obra con soberbia, no se jacta, no es ambiciosa, no busca lo suyo, no se irrita, no toma en cuenta el mal, no se alegra por la injusticia, se complace en la verdad, todo lo aguanta, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta”. (San Pablo, 1 Corintios 13, 4-7).
“Los 5 efectos del amor: 1) la unión de quienes se aman; 2) la identificación de voluntades; 3) la admiración gozosa hacia la persona que se ama; 4) el celo, que busca desinteresadamente el bien de quien se ama, hasta llegar a los mayores sacrificios; 5) el sufrimiento compartido, por el que se hacen propios las penas y dolores de la persona a la que se ama (Santo Tomás, Suma Teológica,1-2 q.28 y s)
Tanto amo Dios al mundo que entregó a su Unigénito, para que todo
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