COMPRENDER LAS ESCRITURAS
¿Qué es la Biblia?
EL ANTIGUO y NUEVO TESTAMENTO DE LA BIBLIA
La Sagrada Escritura en el Misterio de Cristo y de la Iglesia (Antiguo Testamento)
La clave para comprender la naturaleza y el mensaje de los libros sagrados es Jesucristo. En ellos Dios ha condescendido a hablarnos en lenguaje humano de manera semejante a como el Verbo Eterno del Padre ha asumido la debilidad de nuestra carne y se ha hecho uno de nosotros. En la Sagrada Escritura Dios nos habla por medio de los autores humanos (los hagiógrafos) y con palabras de éstos. Los libros del Antiguo Testamento, que contienen la palabra de Dios que iba preparando la venida del Salvador, eran un primer paso hacia la encarnación de la Palabra Eterna del Padre.
Los libros del Antiguo y Nuevo Testamentos, en cuanto inspirados por el Espíritu Santo, son instrumentos de comunicación entre Dios (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y el creyente. Según el designio salvador de Dios, esos libros proclaman la “vida nueva” que brotan del manantial de Jesús crucificado y resucitado, y se propaga por la predicación del Evangelio y los sacramentos de la Iglesia. Las Sagradas Escrituras no son, por tanto, el fundamento del Cristianismo, como si éste fuese una religión del libro. El Cristianismo es “la religión de la “Palabra” de Dios, no de un verbo escrito y mudo, sino del Verbo encarnado y vivo” (Catecismo de la Iglesia Católica n. 108)
La revelación de Dios ha culminado en Jesucristo (Nuevo Testamento)
“En diversos momentos y de muchos modos habló Dios en el pasado a nuestros padres por medio de los profetas. En estos últimos días nos ha hablado por medio de su Hijo, a quien instituyó heredero de todas las cosas y por quien hizo también el universo” (Hb 1,1-2). Jesucristo, el Hijo de Dios, es la Palabra última y definitiva de Dios a los hombres, y esa Palabra está testimoniada en el Nuevo Testamento. Por eso el Nuevo Testamento es la parte final y conclusiva de la Biblia, siendo ésta el conjunto de libros que la Iglesia proclama como Palabra de Dios y en los que encontramos cómo se ha realizado la revelación de Dios al hombre a lo largo de la historia. A la luz de Cristo, Palabra definitiva de Dios, al que san Juan llama “el Verbo de Dios” (Ap 19,13; Jn 1,1), comprendemos el significado de toda la Biblia y la revelación progresiva de Dios a los hombres.
Tradición, Escritura y Magisterio, al servicio del Evangelio
La predicación del Evangelio por parte de los Apóstoles se desarrolla oralmente y por escrito. Oralmente, ya que “con su predicación, sus ejemplos, sus instrucciones, transmitieron de palabra
lo que habían aprendido de las obras y palabras de Cristo y lo que el Espíritu Santo les enseñó”
(Concilio Vaticano II, Dei Verbum 7.19).
Siendo Jesucristo y su Evangelio la revelación plena y definitiva de Dios, y ofreciéndosenos esta revelación mediante la Tradición y la Escritura, auténticamente interpretadas por el Magisterio de la Iglesia. “una y otra hacen presente y fecundo en la Iglesia el misterio de Cristo que ha prometido estar con los suyos “para siempre hasta el fin del mundo” (Mateo 28,20; Catecismo de la Iglesia Católica n. 80).
(Ediciones Universidad de Navarra/EUNSA, Comentario Sagrada Biblia, p. 8 y ss. capítulo 2) +++++++++++++++++++++++++++++++++
De esta forma, mediante esas tres realidades -Tradición, Escritura y Magisterio- tan íntimamente
ligadas entre sí que no puede subsistir la una sin las otras (Catecismo Iglesia Católica n. 78), se transmite la revelación divina.
Siendo Jesucristo y su Evangelio la revelación plena y definitiva de Dios, y ofreciéndosenos esta revelación mediante la Tradición y la Escritura, auténticamente interpretadas por el Magisterio de la Iglesia. “una y otra hacen presente y fecundo en la Iglesia el misterio de Cristo que ha prometido estar con los suyos “para siempre hasta el fin del mundo” (Mateo 28,20; Catecismo de la Iglesia Católica n. 80).
(Ediciones Universidad de Navarra/EUNSA, Comentario Sagrada Biblia, p. 8 y ss. capítulo 2) +++++++++++++++++++++++++++++++++
No hay comentarios:
Publicar un comentario