TIERRA SANTA. Altiplano Occidental

      Ciudades de NAZARET

La tradición histórica de los lugares santos de Nazaret radica y se fundamenta en la población judeo-cristiana, principalmente en los familiares de José y María, que transformaron sus casas en iglesias-sinagogas, de las que se conservan dos baptisterios de los siglos I y II.

      Las excavaciones realizadas por el P. Belarmino Bagatti o.f.m. (1955-1959), con motivo de la edificación de la nueva basílica, han puesto en evidencia que la aldea de Nazaret se remonta a la época del Bronce o de los patriarcas y la continuidad del asentamiento urbano hasta el poblado evangélico. Ocupaba éste una distancia de 200 metros, justamente la que existe entre las basílicas de la Encarnación y san José, y lo formaban unas cuarenta habitaciones-grutas -como la de la Virgen- dotadas de cisternas, silos, molinos, hornos de fundación y utensilios ordinarios de uso común.

      En una gruta-casa de similares características a las antedichas, una de las cuales se ofrece en toda su integridad a la curiosidad del peregrino, tiene lugar el más trascendental de los misterios, la Encarnación del Verbo de Dios. La lógica veneración de tan alto misterio en esta Gruta ha sido constante desde los tiempos apostólicos, como denota la evolución del santuario de época en época. Requieren nuestra atención de modo especial:

 . La iglesia-sinagogal de los judeocristianos de Nazaret, de la que se han hallado paredes y columnas con abundantes grafitos dedicados a la Virgen en diferentes idiomas; el más importantes es el XE MAPIA (Ave María) en griego, del siglo II.

 .  La Gruta de Conon diácono de Jerusalén, excavada en la parte exterior de la roca de la casa de María, en el siglo IV.

 .  El Monasterio e Iglesia bizantinos del siglo V, que sustituye a la iglesia sinagogal judeo-cristiana.

 .  La Gran catedral cruzada, levantado por Tancredo, tras encontrar Nazaret con sus iglesias y monasterios destruidos y prácticamente sin población cristiana, a pesar de que en un principio la ocupación árabe (638) había sido tolerante con la comunidad.

 Nazaret en la época cruzada recupera la vitalidad cristiana con el traslado a ella de la sede episcopal de Scitópolis (Beisán).

    Perdida la batalla de los Cuernos de Hattín, Nazaret por diferentes situaciones, hasta que Bibars (1283) se enseña contra todo lo cristiano: destruye la Basílica, monasterios e iglesias, y expulsa a los habitantes cristianos.

      Siglos de ausencia e inevitable abandono andan en el corazón arruinado de las iglesias mártires de Nazaret, hasta que los franciscanos obtienen en 1620 el emir de Galilea, Fakr ed-Din, el permiso de residencia en Nazaret y la propiedad de las ruinas de los santuarios. De nuevo suena, desde la emoción, el nombre de María en los labios cristianos. Un siglo después (1739), pueden construir una iglesia, demolida en 1959 para dar paso a la actual Basílica dignísima y esplendorosa, según el proyecto del arquitecto milanés Giovanni Muzio.

            (Teodoro López, Carlos Sáez, Ángel Martín, Peregrinación a Tierra Santa, relato 46/2 p.126-127)

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Nota. estadística y datos del año 2001)