jueves, 28 de agosto de 2025

COMPRENDER LAS ESCRITURAS
El Antiguo Testamento
                         Lecturas previas: Mateo 5, 17-18 / Romanos 3, 1-4,12 
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¿Qué es lo que un cristiano necesita saber sobre el Antiguo Testamento? El primer versículo del Nuevo Testamento contesta a esta pregunta:

             Genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abrahán (Mateo 1,1)

 A continuación, viene una larga lista de los antepasados de Jesús, comenzando por Abrahán. Esta “genealogía” (palabra griega que significa “estudio de los antepasados de una persona”) es un resumen de la historia del Antiguo Testamento. Lo primero que debemos saber de Jesús, nos dice Mateo, en su relación con el Antiguo Testamento.

 Más aún, las palabras de Mateo son un eco del Antiguo Testamento. En Génesis 5, 1 se dice: “Este es el libro de las generaciones de Adán”. En la traducción griega del Antiguo Testamento (utilizada por los primeros cristianos), la palabra “generaciones” es la misma que la palabra” genealogía” utilizada por Mateo 1, 1, donde nos muestra que Jesús es el nuevo Adán y que la historia que comenzó en Adán termina en Cristo.

 Es necesario entender el Antiguo Testamento para poder comprender el Nuevo, de la misma forma que necesitamos saber álgebra para entender trigonometría.

 El Antiguo Testamento es un conjunto de libros formado por lo mejor de la literatura de Israel. Desde que el pueblo de Israel fue constituido en el pueblo elegido de Dios, lo mejor de su literatura es algo más que simple literatura humana: Es literatura inspirada por Dios.

 En su conjunto, los libros del Antiguo Testamento nos narran la historia del camino hacia la salvación, un camino que lleva directamente al Nuevo Testamento, en el que se cumplen las promesas hechas en el Antiguo.

 El Nuevo Testamento cumple el Antiguo, esto es, completa y lleva cumplimiento todas las promesas del Antiguo. No anula el Antiguo. El Antiguo Testamento sigue siendo Sagrada Escritura igual que lo era antes de la venida de Cristo. “Pensad que no he venido a abolir la Ley y los Profetas” dijo Jesús en el Sermón de la Montaña (“la Ley y los Profetas” es la expresión que la Tradición judía usaba en el Antiguo Testamento para designar las Escrituras). “No penséis que he venido a abolir la Ley o los Profetas, no he venido a abolirlos sino a darles su plenitud. En verdad os digo que mientras no pasen el cielo y la tierra, de la Ley no pasará ni la más pequeña letra o trazo hasta que todo se cumpla” (Mateo, 5, 17-18).

 En efecto, “el fin principal de la economía antigua era preparan la venida de Cristo, redentor universal”. “Aunque contienen elementos imperfectos y pasajeros”, los libros del Antiguo Testamento dan testimonio de toda la divina pedagogía del amor salvífico de Dios. “Contienen enseñanzas sublimes sobre Dios y una sabiduría salvadora acerca del hombre, encierran tesoros de oración y esconden el misterio de nuestra salvación” (DV 15), (Catecismo n. 122)                                                            --------------------------   

                                           (Scott Hahn, Ph. D. MEDWEST THEOLOGICAL FORUM/Editorial Edibesa,

                                               Curso para el estudio de la Biblia, capitulo 2/1, p. 2425)

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