viernes, 19 de noviembre de 2021

 

EL TRANSHUMANISMO “es un sueño infantil”
Rémi Brague: nuestra época solo usa la razón para el cálculo,
“todo lo demás se deja a la emoción”
 
Recientemente, Rémi Brague (París 1947), uno de los más importantes intelectuales católicos europeos, dio una serie de conferencias en Italia. Con este motivo, Rodolfo Casadei le entrevistó para Tempi sobre las consecuencias que implica para la sociedad y la cultura su profunda descristianización.
                      Ante las preguntas, algunas de las respuestas (selección):
“El perdón no es una noción filosófica. Lo que existe en la filosofía antigua es la noción de sungnomé, algo que tiene que ver con la noción de falibilidad humana, con el hecho de que los dioses pueden engañarnos adoptando la forma de otros seres; al hacerlo, nos inducen a error. El perdón es algo que entra en el horizonte cultural del mundo con la Biblia y las religiones bíblicas. Primero con el judaísmo de Israel y, más tarde, con las
 dos religiones que surgieron de él: el judaísmo rabínico y el cristianismo.
 
“Esta idea del perdón presupone un pecado contra una persona. Cuando se rompe una regla, no puede haber perdón. Si me salto un semáforo rojo, me multan: no hay perdón posible. Lo único que se parece al perdón es la amnistía: con ella se olvida el pasado y ya no se te pide que pagues la multa… El cristianismo dice que Dios nos ha perdonado en Cristo y que debemos aceptar este perdón. Podemos rechazarlo: somos plenamente libres es nuestra relación con Dios, Él nos quiere así.
 
“Si falta esta figura de un Dios personal, entonces nos queda nuestro sentimiento de culpa: no es el cristianismo el que inventó la culpa, en contra de lo que piensan algunos imbéciles. Entonces la gente empezará a decir que el delincuente actúa de determinada manera debido a una enfermedad física o mental, o a una disfunción del mecanismo social. Buscarán a los responsables de todo lo que va mal, pero que nunca es culpa nuestra, sino de las estructuras sociales, las condiciones históricas, el complejo de Edipo y otros traumas psicológicos de la infancia. En ninguna de estas hipótesis es necesario pedir perdón. Así que estoy de acuerdo con usted: sin el cristianismo, la noción de perdón desaparece.
 
“Pero también hay otro peligro, que es el humanitarismo. René Girard decía que el humanitarismo es un humanismo árido, que ya no se nutre de su fuente. La religión del bienestar y el humanitarismo tienen en común la idea de que no debemos intentar mejorarnos a nosotros mismos. El supuesto básico del humanitarismo es que no hay pecado original que no hay en nosotros una tendencia al mal contra la que Dios debe ayudarnos a resistir: las personas son buenas, basta con un poco de diálogo y todo se resuelve. Lo que más me perturba es que muchos cristianos también razonan de esta manera, o, mejor dicho, sienten de esta manera, porque esto no es razonar. Esto es un aplanamiento del ser humano.
 
“El cristianismo debería ofrecer una conciencia de los abismos del mal que hay en nuestro interior, como hay también alturas inconcebibles de santidad que se pueden experimentar. El cristianismo tiene una visión del hombre en relieve, mientras que la visión del bienestar, la visión terapéutica, el hombre psicológico, humanitarista, es una visión aplanadora. Nos describe como carentes de profundidad y altura; es una visión que no hace justicia a todas las dimensiones del hombre, como hace el cristianismo. Y por eso algunos le acusan de pesimista: pero no es pesimista, ¡es realista! Por el contrario, decir y pensar que todo en el hombre es bello y amable es signo de ceguera” ….
 
                          (Publicado por ReligiónenLibertad, el 20 de octubre 2021)

No hay comentarios:

Publicar un comentario