miércoles, 7 de febrero de 2024

HISTORIA DE PALESTINA
Período Cruzado (1099 - 1291) –
Período Mameluco y Otomano (1291 – 1917)
 
Período Cruzado. Godofredo de Bouillón conquistó Jerusalén en 1099. Su hermano Balduino, en el año 1100, se corona rey el día de Nochebuena, en Belén, estableciendo el Reino Latino de Jerusalén que durará aproximadamente dos siglos, largo período luminosamente fecundo en obras y vigor cristianos,
      En la Batalla de los Cuernos de Hattín, 1187, Saladino el Curdo vence a los cruzados y con ello cae para siempre el reino de Jerusalén. Los cruzados se repliegan a la costa: San Juan de Acre, Atlit, Cesarea, Jafa. Con ánimo de recuperar Jerusalén, van a continuar hasta ocho las Cruzadas, en las que intervendrán Ricardo Corazón de León, Federico Barbarroja y San Luis IX de Francia, etc.
      San Francisco de Asís llega con talante muy diferente a Palestina en el año 1219. Es una fecha señera para la pervivencia y conservación de los Santos Lugares. Toda la sufrida obra franciscana en Tierra Santa arranca de aquí. La piedad de Francisco encendió una llama de amor y paz que ha venido ardiendo desde entonces, prácticamente sin solución de continuidad, a pesar de cuantas adversidades han soplado enérgicamente sobre ella.
      Consignemos aún que fue el general mameluco Bibars quien arrebata a los cruzados las pocas fortalezas que aún mantenían, con lo que se cierra el período de 1291. Y como los Santos Lugares habían sido, a su criterio, motivación de la enérgica reivindicación del mundo cristiano, no dudó en arrasarlos con ahínco iconoclasta, hasta sus cimientos.
 
Período Mameluco y Otomano. Bajo el período Mameluco, Tierra Santa se convirtió en provincia dependiente de Damasco. A partir de ahí, altibajos políticos y económicos se sucederán ininterrumpidamente.
      Los franciscanos, a pesar de todo, y a costa de sacrificios innumerables, se las componen como pueden para permanecer en Tierra Santa, no sin la inestimable ayuda de los estados europeos, a quienes se acude con insistencia para poder perseverar y atender dignamente los Santos Lugares y asistir a los peregrinos, que siguen acudiendo en aras de su fe, no sin tropiezos e inconvenientes.
      El año 1516, Palestina queda sometida al imperio otomano con la conquista de Jerusalén por Selim I. Solimán el Magnífico reconstruye sus murallas en 1542. El territorio fue dividido en cuatro estados feudales militares: Jerusalén, Gaza, Nablús y Safed. Es ahora cuando se despoja a los franciscanos del Santo Cenáculo, interrumpiéndose una posesión cristiana que conecta con una antiquísima tradición.
      Paralelamente, llegan, expulsados de España, muchos judíos que se instalan principalmente en Safed y Jerusalén. En realidad, la última parte del siglo XVI es contraria por igual al cristianismo y al judaísmo, hostigados sin clemencia, uno y otro, por la oficialidad local y el bandidaje.
      El tratado de Karlowitz, en 1699, con la caída del Imperio Otomano en Europa, concede a Rusia el control de los Santos Lugares de Jerusalén, lo que propicia el consiguiente auge de los cristianos ortodoxos. Y de nuevo, los siglos XVII y XVIII conocieron la entrada de población judía. Ante la descomposición del Imperio Otomano, Napoleón en 1799 -al fracasar en sus intentos de actuar sobre las Indias contra los ingleses-, pretende tomar San Juan de Acre, pero también fracasa en su empresa. En 1800 residían en Palestina 10.000 judíos, 25.000 cristianos y 250.000 musulmanes”.
            (Teodoro López, Carlos Sáez, Ángel Martín, Peregrinación a Tierra Santa, p. 34-35, relato n. 15)

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