“Nombre que recibe de los
cruzados la antigua y próspera Akko. Su buena situación geográfica la
convirtió, desde la antigüedad, en centro comercial y portuario del Oriente y
de Egipto. Figura ya en las tablillas del Tel el-Amarna; en el Libro d ellos
Jueces (1,31) aparece como
ciudad de la tribu de Aser, en la época de los Tolomeos se la conoce por
Tolemaida. Justamente en Tolemaida desembarca san Pablo camino de Jerusalén (Hch 21,7).
Su azarosa historia se resume en un
continuo toma y daca entre las más variadas naciones que la convirtieron en
escenario interminable de confrontación histórica. La ocuparon asirios, persas,
griegos, tolomeos, macabeos, partos y romanaos.
En el 638 cae en manos de los árabes. Balduino
I la fertilizó en 1104, constituyéndola en núcleo cristiano de la dominación
cruzada en Palestina. Después de la batalla de los Cuernos de Hattín en 1187,
la ciudad sufrió avatares de todo tipo, hasta que las ayudas de Federico
Barbarroja, Ricardo Corazón de León y Felipe Augusto la devolvieron a los
caballeros de san Juan en 1191. Conoció entonces un siglo de prosperidad
cristiana y la fundación de la Orden Militar de los Caballeros Teutónicos.
Finalmente, el Sultán de Egipto, Melek el Ashraf, expulsa definitivamente a los
Cruzados de Acre, en 1291, fecha que da fin a las Cruzadas.
Ya en época moderna, Amhed Pachá el
Jazzar (el carnicero), impulsa su florecimiento a mediados del siglo XVIII. Y
en el mismo siglo, concretamente en 1799, Napoleón intentó infructuosamente
conquistar la ciudad, en su campaña de oriente.
En 1831, Ibrahim-Pachá atacó la ciudad; y
tres años después los turcos la recuperan. Por fin, en 1948 entra a formar
parte de Israel hasta alcanzar hoy una población (más de 44.240 habi., judíos y
árabes), dedicada a la industria artesanal.
La actual ciudadela, construida en el
siglo XVIII sobre restos de la cruzada, por Pachá el Jazzar, dentro del recinto
amurallado de doble foso, bajo el mandato inglés se convirtió en prisión de los
miembros del Haganá.
Allí fueron ejecutados los primeros
luchadores por la libertad de Israel en 1947. En la misma ciudadela se pueden
admirar las siguientes obras cruzadas: el salón de los Caballeros, la sala del
Gran Maestre, la Cripta de san Juan, desde la que se puede recorrer el pasadizo
subterráneo de salida, -en otro tiempo al puerto- y que hoy conduce por una
hospedería a una galería de tiendas antiguas caballerizas cruzadas.
Otros lugares que requieren la atención
del peregrino pueden ser: el puerto y
sus defensas hacia el Mediterráneo; en él desembarcaron san Francisco, en 1219,
y “el Sefardí” Moisés Maimónides; la posada o Khan de las Columnas, construida
en 1785 utilizando materiales extraídos de Cesarea Marítima, Tiro y Ascalón; el
típico Zoco, la Mezquica y las Murallas de doble foso de la ciudad, obras de
Pachá el Jazzar.
Relatos bíblicos: Asentamiento de la
tribu de Aser (Jc
1,31);
Expedición a Galilea
(1Mt5, 20-23);
Muerte de Jonatán (1M12,
39-50)
Pablo se detiene en Tolemaida (Hch 21,7-14): “Nosotros yendo de Tiro a Tolemaida,
acabamos nuestra navegación, saludamos a los hermanos, y nos quedamos allí un
día con ellos”
(Teodoro López, Carlos Sáez, Ángel Martín, Peregrinación a Tierra Santa, p. 43-44, relato n. 19)
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