domingo, 17 de agosto de 2025

Repasar y difundir el Catecismo de la Iglesia Católica,
siguiendo el Año litúrgico, del 17 al 23 de agosto 2025
-------------------------

                  El derecho a la fama

   Desde muy antiguo, al comentar el quinto mandamiento, que obliga al 
respeto por la vida, la tradición cristiana incluye aquí el respeto a la fama. 
Parece un poco lejano, pero tiene su sentido. Hemos visto que Jesucristo 
comentó y amplió el quinto mandamiento “no matarás” y pidió evitar 
cualquier daño injusto físico o moral al prójimo.
            (Juan Luis Lorda, Los diez mandamientos, p. 96, Colección Patmos 269)
----------------------------------------------------------------------------------
                   Tiempo Ordinario
Día 17. DOMINGO. Semana XX.
San Jacinto, Patrono de Polonia, siglo XIII
Cat. “Hágase tu voluntad”, n. 2822-2827

Día 18. lunes de la XX semana.
Santa Elena, reina, madre de Constantino, siglo IV
Cat. “Nuestro pan de cada día” (I), n. 2828-2833

Día 19. martes de la XX semana.
San Juan Eudes, Fundador Congregación de Jesús y Maria, siglo XVII
Cat. “Nuestro pan de cada día” (II), n. 2834-2837

Día 20. miércoles, San Bernardo, abad y doctor de la Iglesia, siglo XII
Cat. “Perdona nuestras ofensas”, n. 2838-2841

Día 21. jueves. San Pío X, papa, siglo XIX
Cat. “Como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden”, 2842-2845

Día 22. viernes, Bienaventurada Virgen María Reina.
Cat. “No nos dejes caer en la tentación”, n. 2846-2849

Día 23. sábado de la XX semana.
Santa Rosa de Lima, virgen. Primera santa de América, siglo XVII
Cat. “Y líbranos del mal!, n. 2850-2854
------------------------------------------------
En el blog, SEÑOR, ¿QUIÉN ERES? (1)
El Misterio de Jesús de Nazaret, (Francisco Fernández-Carvajal)
           https://ramonbertrand.blogspot.com

miércoles, 13 de agosto de 2025

                                          SEÑOR, ¿QUIÉN ERES?

Yo soy el Alfa y la Omega, el Primero y el Último, el Principio y el Fin. (Apocalipsis 22, 13)

Los discípulos percibían atónitos que era Dios mismo, pero no conseguían articular todos los aspectos en una respuesta perfecta.                 (Benedicto XVI, Jesús de Nazaret, I, p. 355)

     Cuando Jesús dice YO, ¿quién es el sujeto, ¿quién la persona? ¿quién está detrás de esta expresión aparentemente tan simple? Había nacido en Belén, la ciudad de David. Su aparición pública tiene lugar junto al Jordán en el año decimoquinto del emperador Tiberio César. La predicación de Juan había atraído a numerosos judíos que recibían su bautismo; también Jesús acudió como uno más a este lugar. Después de ser bautizado, mientras estaba en oración se abrió el cielo, y descendió el Espíritu Santo sobre Él como una paloma, y se oyó una voz del cielo: Tú eres mi Hijo amado, en Ti me he complacido. (2)

      ¿Qué pensaron quienes oyeron esta voz del cielo?

      Nosotros sabemos quién es Jesús; sus contemporáneos no pudieron conocer su identidad divina a primera vista, en primer lugar, porque Él es en todo como nosotros y porque solo a través de los milagros, el trato y la conversación se podía vislumbrar su divinidad; “al tomar sobre sí la naturaleza humana completa, el Hijo de Dios quiso asumir con ella las características naturales de esta humanidad y, entre ellas, la pasibilidad y la mortalidad”. (3)

      En cierta ocasión, mientras navegaban los discípulos, de noche y en medio de una tempestad, se apareció de pronto sobre las olas una figura humana: Ellos al verle caminar sobre el mar gritaron; pensaron que era una fantasma; todos le vieron y se asustaron. Pero Él, enseguida, les habló con ellos y les dijo: ¡Soy yo, no temáis! Y subió a la barca con ellos y cesó el viento (4). En este soy Yo es el Hijo eterno quien habla, es Jesús de Nazaret, Dios y hombre verdadero.     

Más allá de toda categoría humana

      “Los discípulos reconocen que Jesús no tiene cabida en ninguna de las categorías habituales, que Él era mucho más que uno de los profetas, alguien diferente. Que era más que uno de los profetas lo reconocieron a partir del Sermón de la Montaña y a la vista de sus acciones portentosa, de su potestad para perdonar los pecados, de la autoridad de su mensaje y de modo de tratar las tradiciones de la Ley… Los discípulos percibían atónitos: “Este es Dios mismo” (4)

      Con frecuencia leemos en el Evangelio estas expresiones Yo soy, soy Yo, que solo presentan un ligero cambio en el orden de las dos palabras. Sin embargo, esta variación encierra un gran significado: desde la zarza que ardía sin consumirse en el desierto, Moisés escuchó la voz de Dios, y a la pregunta sobre cuál era el nombre del que hablaba, la respuesta fue: Yo soy el que soy. (5) Este modo de llamarse es misterioso, pero es preciso reconocer que el nombre de Dios no puede tener palabras humanas que no signifiquen del todo; nuestro lenguaje carece de esta capacidad.

      La divinidad de Jesucristo tiene su fundamento en la igualdad de naturaleza con el Padre, igualdad que implica la preexistencia: una existencia eterna y sin principio. En su vida terrena, temporal, posee una gloria igual a la del Padre, aunque permanece oculta bajo el velo de la carne. Jesús atestigua que existencia anterior al decir que vino al mundo y que salió del Padre. (6)

  Y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz. (7) No hizo alarde alguno: ha descendido para identificarse con nuestra pobre condición humana.

                 Notas: 2). Lucas 3,21-22; 3) Ocáriz, Mateo-Seco, Riestra, El misterio de Jesucristo; 4) Marcos 6,49-50; 5)

                Benedicto XVI, Jesús de Nazaret, I, p. 355; 6) Éxodo 3,14; 7) Filipenses 2,6-8.
                               (Francisco Fernández-Carvajal, El Misterio de Jesús de Nazaret, p. 31-32, Ediciones Palabra)

                                                                              +++++++++++++++++++++++++++++

 

 

domingo, 10 de agosto de 2025

Repasar y difundir el Catecismo de la Iglesia Católica,
siguiendo el Año litúrgico, del 10 al 16 de agosto 2025
------------------------- -
    Solemnidad de la Asunción de la Bienaventurada Virgen María,
Madre de nuestro Dios y Señor Jesucristo, que, consumado el curso
de su vida en la tierra, fue elevada en cuerpo y alma a la gloria de
los cielos. Esta verdad de fe, recibida de la tradición de la Iglesia,
fue definida solemnemente por el papa Pío XII en 1950.

                                            (Elogio del Martirologio Romano)
---------------------------------------------------------------------
              Tiempo Ordinario
Día 10. DOMINGO. Semana XIX.
San Lorenzo, diácono, mártir, siglo III
Cat. Los tres grados del sacramento del Orden, n. 1554

Día 11. lunes, Santa Clara, virgen y fundadora Orden Damas
Pobres de San Damián (Clarisas) siglo XII
Cat. Oración de la Iglesia, n. 2767-2772

Día 12. martes de la XIX semana.
Santa Juana Francisca de Chantal, Co-Fundadora, s. XVI-XVII
Cat. Padre “nuestro” n. 2777-2793

Día 13. miércoles de la XIX semana.
Santos Porciano e Hipólito, papa y presbítero, siglo III
Cat. “Que estás en el cielo”, n. 2794-2796

Día 14. jueves. San Maximiliano María Kolbe, presbítero y mártir
Cat. Las siete peticiones, n. 2803-2806

Día 15. viernes, Asunción de la Bienaventurada Virgen María.
Cat. María asunta, madre en el orden de la gracia, n. 966-970

Día 16. sábado de la XIX semana.
San Esteban, rey de Hungría, siglo XI
Cat. Santificado sea tu nombre, n. 2807-2815
------------------------------------------------
En el blog, 
La familia es el santuario de la vida, c) La tarea educativa.
La Biblia: La Iglesia será nuestro guía,
capitulo 1/8
       https://ramonbertrand.blogspot.com

                     

jueves, 7 de agosto de 2025

COMPRENDER LAS ESCRITURAS
                                      La Iglesia será nuestra guía.                                     Capítulo 1/8

                                * La Biblia puede ser difícil de entender.
                                * La Iglesia fue creada por Dios para enseñarnos l que necesitamos saber.


La Biblia es un libro extenso y a veces complicado. Fue escrito a lo largo de miles de años por personas que vivieron en épocas muy diferentes a la nuestra. Sin ayuda es difícil que podamos entender con claridad lo que los autores de la Biblia querían decirnos.

Sin embargo, disponemos de esa ayuda. La Iglesia, fundado por el mismo Jesucristo y guiada por el Espíritu Santo, interpreta la Biblia sin error. Tal como Cristo prometió, la Iglesia siempre nos asiste para enseñarnos cómo entender la Biblia a la luz de la Tradición viva.

Sin esta ayuda estaríamos perdidos. Si no tuviéramos un divino maestro que nos guiara, estaríamos a merced de las interpretaciones humanas, y estas interpretaciones no siempre están de acuerdo. Si queremos vivir conforme a la Palabra de Dios y entender la Sagrada Escritura, debemos aprender lo que enseña nuestra Madre la Iglesia.

En el año 382 a.C. el Papa encargó al clérigo y erudito Jerónimo (San Jerónimo) que tradujera a Biblia, del griego y hebreo al latín. Esta traducción se conoce como la Vulgata, del latín vulgata editio (edición para uso común).

                    ¿Qué es el canon de la Biblia?
Los libros de la Biblia están libres de error por la inspiración divina. Por tanto, sólo Dios puede revelarnos qué libros Él ha inspirado. La lista de los libros inspirados se llama “canon” de una palabra griega que significa “caña de medir”. Para que un libro se incluya en el canon, debe estar inspirado por Dios. La Iglesia ha contestado a la pregunta sobre la inspiración de un libro, basándose en lo que dice la Sagrada Tradición. El Magisterio interpreta la Tradición con la asistencia del Espíritu Santo.

Desde el principio, la Iglesia ha mantenido que los libros de la Biblia están inspirados. “Por la Tradición conoce la Iglesia el Canon íntegro de los libros sagrados, y la misma Sagrada Escritura se va conociendo en ella más a fondo y se hace incesantemente operativa” (Vaticano II, Dei Verbum 8).
Los testimonios más importantes de la Iglesia primitiva sobre el canon proceden de los Concilios de Florencia de 1441. El Concilio de Trento en 1546 definió solemnemente el canon de la Escritura.

                                   (Scott Hahn, Ph. D. MEDWEST THEOLOGICAL FORUM/Editorial Edibesa,
                                    Curso para el estudio de la Biblia, capitulo 1/8, p. 16)

miércoles, 6 de agosto de 2025

LA FAMILIA, CÉLULA VITAL DE LA SOCIEDAD
La familia es el santuario de la vida, c) La tarea educativa, 241, 242, 243

241. Los padres tienen el derecho de fundar y sostener instituciones educativas. Por su parte, las autoridades públicas deben cuidar que “las subvenciones estatales se repartan de tal manera que los padres sean verdaderamente libres para ejercer su derecho, sin tener que soportar cargas injustas. Los padres no deben soportar, directa o indirectamente, aquellas cargas suplementarias que impiden o limitan injustamente el ejercicio de esta libertad”. (1) Ha considerarse una injusticia el rechazo de apoyo económico público a las escuelas no estatales que tengan necesidad de él y ofrezcan un servicio a la sociedad civil: “Cuando el Estado reivindica el monopolio escolar, va más allá de sus derechos y conculca la justicia. El Estado no puede, sin cometer injusticia, limitarse a tolerar las escuelas llamadas privadas. Éstas presentan un servicio público y tienen, por consiguiente, el derecho a ser ayudadas económicamente”. (2)
-------------------------------------

242. La familia tiene la responsabilidad de ofrecer una educación integral. En efecto, la verdadera educación “se propone la formación de la persona humana en orden a su fin último y al bien de las sociedades, de las que el hombre es miembro y en cuyas responsabilidades participará cuando llegue a ser adulto” (3) Esta integridad queda asegurada cuando -con el testimonio de vida y con la palabra- se educa a los hijos al diálogo, al encuentro, a la sociabilidad, a la legalidad, a la solidaridad y a la paz, mediante el cultivo de las virtudes fundamentales de la justicia y de la caridad. (4) 
      En la educación de los hijos, las funciones maternas y paternas son igualmente necesarias. (5) 
Por tanto, los padres den obrar siempre conjuntamente.
-----------------------------------

243. Los padres tienen una particular responsabilidad en la esfera de la educación sexual. Es de fundamental importancia, pues un crecimiento armónico, que los hijos aprendan de modo ordenado y progresivo el significado de la sexualidad y aprendan a apreciar los valores humanos y morales a ella asociados: “Por los vínculos estrechos que hay entre dimensión sexual de la persona y sus valores éticos, esta educación debe llevar a los hijos a conocer y estimar las normas morales como garantía necesaria y preciosa para un crecimiento personal y responsable en la sexualidad humana”. (6) Los padres tienen la obligación de verificar las modalidades en que se imparte la educación sexual en las instituciones educativas, con el fin de controlar que un tema tan importante y delicado sea tratado en forma apropiada.
---------------------------------
1, Santa Sede, Carta de los derechos de la familia, art. 5, b.
2, Congregación para la Doctrina de la Fe, Libertatis conscientia, 94: AAA 79
3, Concilio Vaticano II, Decl. Gravisimun educationes, 1, AAA 58
4, Juan Pablo II, Exhortación apostólica, Familiaris consortio, 37: AAS 74
5, Concilio Vaticano II, Constitución pastoral, Gaudium et spes, 52: AAS 52
6, Juan Pablo II, Exhortación apostólica, Familiaris consortio, 37: AAS 74

-------------------------------------------
                  (Librería Editrice vaticana, Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, edición 2005, p. 138-139)

                                          ***********************